04; complicated

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Caían copos. Al igual que toda la semana, el día se volvía a encontrar frío, tanto que algunos pequeños copos de nieve podían vislumbrarse por la ventana del soso y blanco cuarto del hospital que Hyieri tenía y no compartía con nadie. A la chica la nieve le gustaba, le parecía inmaculada y pura, lo que los humanos no podían ser más allá después de pasar la fase de bebés, pero aquella mañana no la contemplaba, no como su amigo lo hacia, pues el nerviosismo y la ansiedad la estaban comiendo viva y no la dejaban pensar en otra cosa que en la decisión que hace dos días (pues no habían podido verse antes) había tomado para poder salir hoy con el chico nuevo y Jimin al jardín. A entablar una amistad que no estaba segura si iba a ser posible y no por su lado, pues ella quería ser amiga del chico con todas sus fuerzas, o por el lado de su mejor amigo, que también quería poder tener algo de relación con el castaño; sino que tenía miedo de que no pudiesen llegar a nada por que él no quería.

Por lo tanto Kim Hyieri no podía dejar de morderse las pocas uñas que ya de por sí tenía y de removerse de un lado a otro por su pequeña cama, entre las sábanas que se enredaban a su pequeña y esbelta figura.

— ¿Puedes dejar de moverte? Me estás poniendo nervioso —Jimin susurró con voz calmada sin dejar de mirar los pocos copos de nieve que se podían divisar por la ventana. No lo decía a malas, realmente el pobre chico también estaba empezando a ponerse nervioso por el movimiento de su mejor amiga.

— Lo siento, es que estoy muy nerviosa — Susurró tan bajito que casi ni ella podía haber escuchado, aún así el rubio, milagrosamente, consiguió hacerlo.

— ¿Te estas arrepintiendo? 

— No — Negó con un movimiento de cabeza y una exageración en las manos — Simplemente estoy nerviosa — Suspiró y rascó su brazo.

Y aquello era verdad, pues de las pocas veces que había estado nerviosa en toda su vida (que en verdad habían sido escasas) está era una de las situaciones en la que peor se encontraba. Y no, no se arrepentía de su decisión pero tenía algo de miedo de lo que podía ser el final de aquella decisión. ¿En qué momento había llegado a tener miedo hasta de crear amistades?

— Jimin — Llamó a su amigo — ¿Tú piensas que ha sido mala idea? — Preguntó haber si con su voz y su respuesta podría calmarse un poco. Aunque sabía que sería complicado.

— ¿Arrepentirme? No, la verdad. Tampoco se porque habría que hacerlo, simplemente queremos ser amigables con él, sino quiere es su problema. Él se lo pierde, asi que no estés tan nerviosa y deja de morderte las uñas que vas a hacerte daño al final — Comentó, al percatarse que, efectivamente, su mejor amiga iba a acabar haciéndose daño pues sus dedos estaban a punto de sangrar.

Hyieri hizo caso a su amigo y apartó las manos de su cara, y las uñas de su boca, para dejarlas apoyadas en las blancas sabanas, descansando. Las palabras de Jimin le habían calmado un poco, pero aún sin saber porque no podía dejar de sentirse angustiada. No entendía el por qué de ese sentimiento cuando nunca antes en su vida se había preocupado por caerle bien o no a la gente, siempre había intentado acercarse a las personas con buenas intenciones, y si eso no funcionaba pues para adelante con su hermano y sus dos o tres conocidos del momento (pues tampoco es que le durasen mucho las amistades) sin preocuparse porque no hubiese salido bien la cosa pero por lo que parecía con Jeongguk era distinto, pues sentía algo de miedo de que no saliese eso ( desconocía si era porque le daba lástima o porque parecía que tenía mucho mundo interior) pero quería descubrir la razón.

Se levantó de la cama, sus pies pisando el frío suelo y un escalofrío recorriendo toda su columna vertebral, y se acercó a la ventana, al lado de Jimin, dispuesta a observar en silencio el blanco y puro paisaje que podía divisar desde allí, dejándose sola con sus pensamiento y sentimientos, conociéndose aún más a sí misma y a su yo interior.

Quizás Kim Hyieri debía dejar de darle tantas vueltas a las cosas.

( . . . )

Jeon Jeongguk estaba nervioso, y él nunca, pero nunca estaba nervioso. Bueno, nunca cuando a ese tipo de cosas se refería y eso que no le gustaba nada conocer a personas nuevas, pues no sabía con lo que se podía encontrar y si eran buenas o malas pero que tampoco quería descubrir. Pero nunca, cuando su hermano sobretodo, le obligaban a conocer o a interactuar con personas se ponía tan nervioso. Y eso que había pasado por muchas situaciones que hubiesen requerido eso. Él simplemente se mantenía callado y hablaba cuando era necesario y ya, pero tener que hacer amigos era otra cosa. Él no sabía hacer amigos, o sea, solo había tenido (y tenía) uno en toda su vida ¿Cómo se supone que iba a poder enfrentarse a esos dos chicos y ser su amigo? Era imposible, pero su hermano se había visto tan feliz que tenía que, por lo menos, intentarlo. Aunque estaba seguro de que la cosa iba a fracasar. Por eso cuando se había hecho de noche, debido a que al ser invierno anochecía más temprano, había salido de su cuarto, empujando su silla de ruedas, para poder salir por donde habían salido él y su hermano el otro día al jardín.

Habían decidido salir de tarde, en vez de mañana, porque les venía mejor a los otros dos, o eso le había dicho Hyieri el otro día, y a él le daba igual la hora realmente. O sea, prefería que no hubiese hora directamente para que las manos no le estuviesen sudando en ese momento y para poder salir corriendo, si es que pudiese, de allí, ahora mismo. Incluso se había replanteado no ir, pero seguro que su hermano se hubiese decepcionado o que la chica se hubiese presentado en su habitación después de un arduo trabajo buscando y preguntando por su paradero y no quería aquello. Ninguna de las dos opciones.

Cuando Jeongguk llegó al pequeño jardín los otros dos chicos ya se encontraban allí, sentados en el pequeño banco y hablando. El castaño se percató de que había dejado de nevar pero que había quedado todo con un poco de capa. También se dio cuenta de que quizás no era muy recomendable estar allí con el frío que hacía, pero no dijo nada respecto a ello cuando se acercó, con lentitud, a la pareja.

— Hola —  Susurró, rompiendo el silencio que se había formado cuando se acercó a ellos, pues se habían callado cuando él llegó. No sabía de dónde había sacado las agallas para hablar, al igual que el repentino interés de saber de qué hablaban. Solo rezaba porque algún de ellos hablase ya si no quería acabar muriendo por el estrangulamiento de su garganta que se había resecado repentinamente. Los nervios.

— Hola Jeongguk — Hiyeri fue la primera en hablar, sin temblarle la voz como había creído en un primer principio, pero aún con los nervios a flote. Sonrió después de decir aquellas palabras, calmando un poco a Jeongguk que ya había planeado cuatro posibles planes de escapada —  Hace mucho frío aquí fuera ¿No crees? Jimin y yo hablábamos de eso antes de que llegases. Hemos decidido llevarte un sitio ¿Quieres? —  Preguntó, con miedo a una negativa, aunque sin que se le notase. 

Jeongguk lo pensó un poco, sintiéndose mal pues pensaba que se habían callado porque estaban hablando de algo malo sobre él.

— Vale, supongo que es mejor que estar aquí fuera con el frío.

Hyieri sonrió con más fuerza y el rubio fue el primero en levantarse, acercándose a Jeongguk para poder tirar de su silla. Así irían más rápido y no le supondría tanto esfuerzo al más pequeño de los tres.

— Vamos entonces —  Dijo este, poniéndose en marcha y tirando de la silla. La chica les siguió por detrás, ahora mucho más segura de su decisión. 

Ese día,  Kim Hyieri se dio cuenta de que Jeon Jeongguk era más complicado de lo que ella creía en un principio, todo por lo que parecía esconder tras aquellos ex brillosos ojos y las pocas palabras, debido a su timidez, que había dicho. Aún así estaba segura de que iban a ser muy buenos amigos y de que iba a ayudarle a recuperar el brillo que le correspondía, no tenía duda alguna de eso.

[ . . . ]

n/a; espero que os guste 

bai

re que el gif nada que ver pero

 oye mira qué bonicos

Reminiscence | jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora