CAPITULO XVII

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Habían pasado ya veinte días desde que He Tian había accedido a ir a aquella fiesta. El azabache había ganado su recompensa, sólo tuvo un bocado parar saber que el albino era un inútil en la cocina.  No le quedaron ganas de probar la comida de Jian Yi nuevamente, era asquerosa.

-¿Qué clase de veneno es esté idiota?- preguntó Tian saliendo inmediatamente al baño a tirar la "comida" que le había preparado.

-Bueno, el trato era que yo cocinaría para ti. Tú nunca preguntaste si sabía hacerlo, es tu castigo por dejar que tomará tanto ayer. Esté dolor de cabeza me está matando.- decía Yi mientras seguía a Tian hasta el baño.

Inmediatamente el mayor recordó el beso que al parecer Jian Yi no recordaba, para su suerte el albino estaba lo suficientemente ebrio y no pudo recordar mucho después de que empezó a beber sin control.

-No es mi culpa que seas un tarado intolerante al alcohol, si sabes que no aguantas ¿por qué rayos tomas, idiota?- le reprochaba Tian mientras bajaba la perilla del baño.

-¿No eres mi madre o sí? Deja de molestarme. Ahora si me permites, iré a dormir porque no puedo estar de pie en estas condiciones.- dijo el albino mientras se alejaba en dirección a su habitación.

-¡Heey tarado! ¿Qué hay de mis comidas?- salió Tian y reclamó a Yi.

-Si quieres puedo seguir cocinando para ti, a menos que quieras que lo dejemos así.- dijo con burla el menor.

-No, lo dejaremos así. No quiero morir tan joven, aún tengo asuntos pendientes en esta vida.- se dio por vencido Tian.

-Eso pensé.- fue lo único que dijo el albino mientras entraba a su habitación.

-Maldito bastardo.- susurró Tian.

Y esa había sido la historia después de aquella fiesta del demonio.

En ese momento se encontraba desayunando en la terraza de su nuevo restaurante favorito, recordaba a su Momo. Sabía de sus movimientos porque su tío le mantenía informado. Precisamente, la noche anterior le había dicho que cierto peliplateado estaba muy pegado a Mo. He Tian se había quedado descolocado con aquella declaración.

¿Quién sería el dichoso She Li?

La pinta que tenía no le agradaba nada, se veía peligroso. Sin duda alguna sus intenciones con el pelirrojo no eran buenas, de ninguna manera. El azabache desearía tanto estar con Mo para que ninguno de los dos tipos que ahora le rondaban constantemente se acercarán a él, todo eso le ponía furioso. Sí tan sólo su padre no lo hubiera orillado a esto, las circunstancias serían otras.

Terminó su desayuno y se levantó para irse directo a la universidad, ese día tenía las primeras dos horas libres y las había aprovechado para desayunar algo diferente. Estaba poniendo todo de su parte para que esto terminará pronto.

El día paso rápido y no había visto en todo el día a su albino favorito. Pensó en llamarle pero Jian Yi también tenía asuntos y una propia vida, no siempre estaría rondando al azabache. Aun así se sintió extraño.

Llego a su casa y encontró Jian Yi tirado en el sofá, estaba dormido. Se veía algo raro. El azabache se acercó para mirarle más de cerca, estaba muy rojo de la cara.

-Maldición.- dijo el azabache dándose cuenta de la fiebre que presentaba el albino.

En seguida se quitó su abrigo y lo dejo en su habitación. Se dirigió al baño y lleno un traste con agua fría, tomó una toalla del armario y se dirigió a la sala. Inmediatamente se arrodillo al lado de Yi y puso el trapo sobre su frente ¿Cómo es que no había llamado para pedir su ayuda? Tian no quiso darle mucha importancia y después de cambiar el trapo por otro más fresco, salió a toda prisa.

HOPE (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora