CAPITULO XXIX

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He Tian abrió perezosamente los ojos, sentía que la cabeza se le caería del cuerpo, ambas cabezas.

¡MIERDA!

Estaba desnudo y junto a él Jian Yi, que al igual que el azabache, se encontraba sin rastros de ropa alguna.

¡¡MIERDA!!

El moreno intentaba por todos los medios acordarse de lo que había pasado la noche anterior pero no podía, cuando hacía demasiado esfuerzo, la cabeza empezaba a martillarle de tal forma que no le dejaba pensar en nada más.

He Tian se llevó las manos a la cabeza intentando sofocar su dolor pero sobre todo la culpa que sentía en estos instantes, le había fallado a Mo. Y si bien era cierto que ellos ya no eran nada definitivamente desde la tarde de ayer, ni siquiera había pasado un día y el moreno ya había buscado refugió en los brazos de otro pobre marginado como él.

¿Con qué ojos veré a Jian Yi?

El azabache se levantó tan despacio como pudo para no despertar al albino, no quería encontrarse con su mirada de reproche y al igual que la de suya, cargada de arrepentimiento. Hizo su camino hasta el baño y espero que el agua aliviará todos los dolores que en esa mañana parecían ser más intensos que nunca.

Su cabeza aún amenazaba con explotar y Tian sólo podía pensar que merecía eso y más. Duró unos 45 minutos en el baño limpiando bien su cuerpo, pero lo que el moreno necesitaba realmente era lavar su alma. Recordó la primera vez que le hizo el amor al pelirrojo, fue una de las tantas primeras veces que vivió a su lado, ninguno de los dos estaban acostumbrados a eso. El azabache siempre estuvo con mujeres. Sí, coqueteaba con hombres pero jamás llego más allá con ninguno de ellos, excepto Mo.

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El pelirrojo estaba en casa de He Tian como todas las tardes, preparando su comida y la cena.

El moreno había salido del baño con sólo una toalla amarrada a la cintura, al fin y al cabo los dos eran hombres pero muy en el fondo Tian sabía que ponía nervioso a Mo. Hace días le había besado y él lloró.

¡LLORÓ!

Al principio pensó que era por la molestia, después el pelirrojo le contó que no había besado nunca antes a nadie. Que según él, reservaba ese momento para alguien especial y He Tian se había mofado de ser su "alguien especial", cosa que Mo siempre había negado entre maldiciones y berrinches.

A He Tian le causaba intriga saber si el pelirrojo sentía la misma atracción que él, no lo podía negar, Mo le gustaba y le gustaba demasiado.

Así que el azabache se propuso ese mismo día, saber sí el menor correspondía a sus sentimientos. Sería poco decir que He Tian puso mucho empeño a lo que de "relaciones homosexuales" se trataba, no quería que fuera una experiencia desagradable para ambos. Quería que Mo, si es que accedía a mantener algo con él, se sintiera bien.

Pero primero lo primero, el moreno tenía que saber si el pelirrojo estaba interesado. Así que el primer paso era que le viera con poca ropa, no era por presumir pero He Tian tenía un buen cuerpo, pocos se resistían a él.

Cuando Mo vio al azabache quedó perplejo y de paso, sin que fuera la intención de él, se rebano el dedo mientras cortaba las verduras por la distracción.

-¡Mierda!- gritó el menor mientras se llevaba el dedo a la boca para intentar parar la sangre.

He Tian corrió inmediatamente a su lado sintiéndose estúpido al querer coquetear con Mo mientras sostenía los utensilios.

HOPE (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora