Capítulo 9

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Los Vengadores se encontraban en medio de una pelea contra los mutantes modificados genéticamente en uno de los laboratorios de Hydra.
Todo era caótico,  habían mutantes que podían lanzarte espinas, otros que tenían psicoquinesia y por supuesto, no podían faltar los que tenían fuerza bruta y los que te manipulaban mentalmente.

Por suerte, para enfrentarlos tenían a Hulk, Pietro, Wanda, Steve, Sam, Thor, Scott y por supuesto al genio Iron Man. Quien justamente esa mañana se sentía fatal.

Aquella madrugada, antes de partir de misión y como todas ellas, el castaño se dispuso a tomar su preciado café para despertar,  pero el solo olor le dio unas náuseas terribles, por lo que se decidió tomar algo más natural y con una botella de agua salió rumbo a su misión de ese día, dejando su café tirado junto a su caja de donas, porque ni siquiera sus donas aguantaba su pobre estómago.

- Al fin terminamos - Suspiro Wanda

- Coulson, es hora, vengan por estas personas - Dijo el capitán por el intercomunicador, dándose la vuelta y alejándose un poco del bullicio.

- Necesitamos vacaciones, han sido semanas muy duras- Comentó Sam.

- Yo necesito ver a mis princesas, el otro sujeto sufre cuando no están cerca, al igual que yo- comentó Bruce un tanto nervioso como todo padre primerizo, ésta vez, Natasha se había quedado en tierra para cuidar de la pequeña Lyra.

- De acuerdo contigo amigo verde, necesito estar con mi princesa y con mi amado rey, él sin duda sabe cómo quitarme el cansancio y revitalizarme, si saben a lo que me refiero. - Thor soltó una fuerte carcajada mientras palmeadas el hombro de Scott, quien casi cae al suelo por el impacto.

- Auch...

- Milagro que no has dicho nada, Stark.  - Comentó Pietro, viendo a Tony primero ponerse verde para después perder su color.

El mencionado sacudió un poco la cabeza antes de responder.

- Mira, Flash azul, yo...

Tony se detuvo abruptamente, una sensación de náusea seguido con un fuerte mareo se apoderó de él, haciendo que viera todo negro.

- ¡Stark!

- ¡Tony!

Todos se exaltaron al ver como el castaño cerraba los ojos e iba cayendo, por suerte, Pietro rápidamente lo cogió en brazos antes que tocara el suelo, en ese momento, Steve ya había terminado de dar las órdenes a los agentes y regresaba con su grupo cuando vio a su esposo desmayado en brazos del novio de Clint.

- ¡¡TONY!!  - corrió Steve desesperado y se arrodilló al costado de su esposo- ¿Que le pasó? ¿Que tiene?,¿Esta herido?  Cariño, ¡respóndeme por favor!

- Se desmayo sin más, Sam ya llamó a los paramédicos y vienen en camino - respondió Clint preocupado.

- Jarvis, abre la armadura, por favor- Pidió Steve más que preocupado. A pesar de todos sus desórdenes alimenticios - Los cuales él intentaba con mucho ahínco ordenar - su castaño siempre se veía muy saludable.

Y verlo así, todo desvalido le rompía el corazón.

- Díganle a los paramédicos que esperen en la nave, yo mismo lo llevaré, no puedo perder tiempo esperando a que lleguen.

En cuanto la armadura se abrió,  Steve saco a un Tony inconsciente y sin esperar a nadie se lo llevó al quinjet más cercano, por suerte, todos estaban tan preocupados que no repararon en como llamó el capitán América al hombre de hierro.

Para cuando Tony despertó se encontraba en su cama, totalmente desnudo y con un también desnudo capitán detrás de él abrazado a su cuerpo con uno de sus fuertes brazos rodeando su cintura, sus cuerpos encajaban a la perfección, como dos cucharitas en un cajón, aparentemente el rubio estaba dormido, entonces recordó lo que había pasado.

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