Capítulo 12

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- Bien muchachos, eso es todo por hoy, pueden tomarse el día libre.

- ¡Tu no puedes hacer eso Stark!

- Oh por favor, ¿ni si quiera porque están lejos pueden dejar de pelear?

Natasha comenzó a recriminarles sus comportamientos, Tony llevaba nueve meses fuera de circulación, pero ayudaba al equipo por vídeo llamada como ahora, mientras que Steve, a pesar de estar de vacaciones, de vez en cuando apoyaba en las misiones haciendo acto de presencia.

Hasta donde se sabía, estaban en polos opuestos del planeta y ni aún así dejaban de pelear, muchas veces era frustrante, la espía rusa siempre pensó que entre esos dos había química, pero esto era ya pasarse de la raya.

- Está bien, está bien no diré nada más – Tony levantó las manos en señal de rendición.

- Lo siento – se disculpo Steve.

- Por cierto Stark, estas ¿llevando una buena vida? – preguntó Clint

- No me quejo, ¿por qué lo preguntas?

- Pues, porque te veo más gordo que antes, debes hacer más ejercicio amigo y dejar los croissant.

Los allí presentes comenzaron a reír con excepción de Steve- quien comenzó a sentir pánico recordando la última vez que insinuó por casualidad que Tony estaba hermosamente gordito- y Bruce, quien había comenzado a sacar cuentas mientras observaba la evolución de su amigo a través de la pantalla en los meses que fueron pasando.

Y Natasha, quien se había percatado que aquellos cachetes no eran productos solamente del fondue de queso.

En la pantalla, la cara de Tony se distorsiono por la cólera.

¡Oh no!

- ¡Gorda tu abuela y tus calzones de mi pequeño pony Barton! Espera a que regrese y…

Tony se calló abruptamente con una mueca de dolor, seguido a eso, se escucho como si hubieran echado una cubeta con agua.  Loki, quien había estado escuchando atentamente la conversación - nótese el sarcasmo - abrió los ojos en sorpresa al reconocer aquel sonido y seguido de eso la cara de dolor del castaño.
Si no lo sabría él.

¡Lo sabía!

- ¿Tony, que fue eso? – preguntó Bruce, otro que reconoció al instante ese sonido.

- Lo-lo siento,- dijo con dificultad- a mi enfermera se le cayó mi sopa, debo irme, los veo luego.

La imagen en la pantalla se cortó de inmediato.

- Bien, ahora capitán debemos… ¿Capitán?

- El se fue hace mucho rato, Barton. - comentó Loki con aquella típica sonrisa de saber algo que nadie más sabía.

Y en efecto, el capitán Rogers no estaba por ningún lado, en cuanto vio la expresión de Tony, salió corriendo hasta llegar al quinjet, mientras llamaba al doctor, en cuanto éste le confirmó que en cinco minutos estaría en su casa, llamó a Tony.

- ¡YA VIENE!

A través de la pantalla Steve vio que su castaño se encontraba acostado en el suelo con las piernas flexionadas, sosteniendo su abultado abdomen.

- Tranquilo mi amor, respira como nos enseñaron.

- Lo estoy haciendo y NO FUNCIONA, QUIEN MIERDA DIJO QUE RESPIRAR ASÍ AYUDARÍA, ¡¡¡MALDITA SEA MATENMEEEE!!!!

- Cariño, trata de calmarte, ya estoy cerca y el doctor ya debe estar por llegar, Jarvis….

- Capitán Rogers, el doctor Evans acaba de llegar

- Gracias Jarvis, amor, el doctor ya llegó ¿Dónde estás?

- ¡EN EL INFIERNO! ¡DONDE MÁS CREES QUE ESTOY ROGERS! ¡TODO ESTO ES TU CULPA!

- Jarvis…

- El doctor ya está con el señor Stark en su habitación.

- Gracias otra vez.

- De nada, Capitán.

- ¡ROGERS! ¡¿DONDE DIABLOS ESTAS?!

Steve podía ver en la pantalla la cara surcada en lágrimas de su esposo, le estaba partiendo el corazón verlo sufrir.

Por suerte ya había llegado, salto del avión a penas aterrizó en su jardín y llegó justo a tiempo de ver como su bebé llegaba al mundo.

- Muy bien señor Stark, ¡puje!

Tony hizo lo que le pidieron y pujó con todas sus fuerzas, mientras Steve se había sentado a su lado en la cama y lo tomaba de la mano.

- Eso es bebé, lo estás haciendo bien, amor mío.

- Ya salió la cabeza, respire señor Stark, ahora ¡puje!

Por dios que Steve sintió que el castaño le partió los dedos al apretarle la mano tan fuerte. Finalmente y tras varios minutos - que a Steve le parecieron una eternidad - un llanto potente inundó la habitación y el afortunado padre comenzó a llorar.

- Ya está aquí, ya está aquí mi amor- comenzó Steve a besarlo- gracias, muchas gracias mi vida.

- Felicidades señores, es un varón.

El doctor coloco al bebé lloroso en el pecho de Tony para que pudiera alimentarlo, después claro de haberlo limpiado y realizado las primeras atenciones, el pequeño se agarró al instante al pezón de su papi y se escucho el sonido característico que hacían los bebés al respirar y pasar su alimento.

- Es perfecto, Tony – Steve acaricio con reverencia su cabecita mientras lo cubría con una manta.

- Lo es, definitivamente es perfecto, nuestro pequeño Peter Benjamín Rogers Stark

- Te amo, los amo.

Steve abrazo a sus dos grandes tesoros, sintiendo que la vida era maravillosa.

Nuestra Historia de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora