XXIV

3.2K 281 126
                                    

          
Antes de empezar con el capítulo quiero agradecerles a todos por llegar hasta aquí. De verdad y desde el fondo de mi corazón, gracias. Mil gracias por leer, por comentar y por esperar las largas actualizaciones.

Los quiero mucho. Ahora sí, espero disfruten el capítulo. Nos vemos en las notas finales.

 ¿Por qué tan callado, Miles? No tienes nada que decir, ¿ah? ¿Ni siquiera quieres saber lo que pasó con tu querido Vico?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Por qué tan callado, Miles? No tienes nada que decir, ¿ah? ¿Ni siquiera quieres saber lo que pasó con tu querido Vico?

No me interesaba seguir oyéndola. Alessa estaba mal de la cabeza y lo último que quería era darle más cuerda. La otra mujer, la beta me observaba, sin decir nada. Podía notar lo incomoda que Alessa la ponía.

—Está bien Miles, guarda energías para luego. Vamos a tener visitas dentro de poco. Te vas a querer morir cuando los veas.

Prefería escucharla, antes que responder ante sus provocaciones. Estaba al tanto de lo que estaban planeando esas dos. Elemiah estaba en camino o al menos es lo que ellas esperaban.

Sólo podía esperar que ese idiota no apareciera por aquí. No después de todo lo que pasó entre nosotros. Me hizo una promesa y no se podía morir hasta cumplirla. No, seguramente Elemiah sabía a lo que se atenía y más le valía no venir a buscarme.

Lo último que quiero es darle más problemas. No podría soportar ver que le hagan daño por mi culpa.

—Te ves preocupado. —la mujer beta se me acercó y hasta se agachó a mi altura. —Todo va a terminar dentro de poco.

Continuó y preferí esquivar la mirada.

—No imaginé que tú fueras a tener tanto impacto en Elemiah. Te diré la verdad, Miles. Cuando Ana llegó al cuartel, hasta podía apostar que ella iba a hacer que se olvide de ti. Y no fue así. Nunca aposté, odiaría perder dinero de ese modo, como botarlo a la basura.

—A ti solo te interesa el dinero, Clara. Por eso sigues aquí. —la voz de Alessa tenía mucho fastidio guardado hacia su compañera.

Creo que ambos lo notamos, pero la tal Clara prefirió ignorarla.

—Esto de las feromonas es algo peligroso. Incluso a mí me empezaron a afectar al estar tan cerca de Elemiah. No voy a negar que me gusta mucho. Es tan varonil y atractivo que no puedo esperar para acabar con él con mis propias manos. Me encantaría hacer tantas cosas con él... Sería tan divertido...

Genial, una estaba completamente loca y la otra también. Alessa hizo una mueca de asco y hasta rodó los ojos. Tuve que disimular una también, porque las palabras de Clara me encendieron de ira.

Los betas siempre fueron presas fáciles para los alfas. Cuando trabajaba con Alessa en la cafetería, más de una vez varios alfas obtuvieron comida gratis. El idiota del jefe los dejaba marcharse sin cobrarles. La tal Clara estaba obsesionada con Elemiah, por el efecto de sus feromonas y no se daba cuenta de ello.

Corpóreo y mundanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora