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 — ¿Buenos días? — Miró a Henry y suspiró.

— Buenos días Henry — me dirijo directamente a la cafetera — gracias por el café — me sirvo mi taza de café y lo llevó a mis labios, apoyó mi cadera en la encimera y veo a Henry, él está jugando con la comida — ¿pasa algo?

— He estado pensando Merlina — enarcó una ceja pero él no se ha fijado — pondré más empeño en mis estudios — contuve el deseo de tirarme al suelo y dar gracias a Dios por qué Henry estaba al fin reflexionando acerca de su vida — no mereces renunciar a tu vida por mi culpa y yo he estado pagándote mal, haré que te sientas orgulloso de mi.

Caminó hacia él y revuelvo su cabello.

—Me alegra escuchar esas palabras Henry, ¿qué harás mientras comienzan las clases? — él levanta el rostro hacia mí, sus ojos color miel me han recordado la mirada de cariño de mamá.

— Buscaré un trabajo, mis días de ir a parar a la delegación han terminado — solté el aire y di gracias a Dios en silencio.

— Voy a alistarme, preguntaré en la cafetería si hay algo en lo que puedas trabajar — me dirigí a mi habitación, me sentía feliz por la decisión de Henry.

Isael

— Lo siento — el chico se inclinó y recogió rápidamente las páginas que habían caído cuando "accidentalmente habíamos chocado " sonreí al notar que él se detuvo a leer el anuncio, su mirada de sorpresa me alegro.

— ¿El mago necesita un ayudante? — Asiento y veo una gran sonrisa en su rostro, meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón y me siento satisfecho porque el chico ha caído — ¿usted lo conoce? — vuelvo a asentir

—Debe ser interesante trabajar con el mago, aprender de él — me entrega las hojas y suspira.

— ¿No lo intentarás? — no tomó las hojas, la noche anterior me di cuenta que el chico estaba encantado con los actos de magia.

— No creo que yo sea el adecuado para el puesto, acá dice que necesita chicos de 18 años en adelante, apenas tengo 13 años — sonrió de medio lado mientras pienso que el chico es más alto para su edad, estaba seguro que contaba con 18 años, tome las hojas entre mis manos y me centre en la parte en donde decía 18 años y lo cambie a 13 años, di un empujoncito mental en el chico.

Miró las hojas.

— Eres el indicado para el mago, tienes trece años como indica el anuncio.

El sonríe y asiente.

— Iré a la dirección — sonrió y lo veo a los ojos.

— Vamos — caminamos a la par, todo el camino hacia el edificio, lo hicimos en silencio, trataba de entrar más a la mente del chico para ver sus recuerdos pero no podía hacerlo, fruncí el ceño porque a lo largo de los años, no había tenido ese problema, pude hacerle cambiar de opinión en lo que respecta a lo que había leído en la edad pero era lo único que había podido hacer en su mente, había una barrera que no me dejaba entrar más en su mente.

La gente iba apresurada a sus respectivos trabajos, el chico no se fijaba en las personas que pasaban a nuestro lado empujando, ni el bullicio de los autos al tocar sus bocinas.

Me miró y sonrió cuando nos detuvimos frente al edificio en el mejor punto de la ciudad, el portero me saludo y abrió la puerta de vidrio, nos dirigimos al ascensor y pulse el botón hacia el piso donde estaba mi departamento.

— ¿Cómo te llamas chico? — he pegado mi espalda en la pared del ascensor.

— Henry Villa...— frunce el ceño — he hecho justamente lo que mi hermana me ha repetido hasta el cansancio que no haga... he hablado con un extraño y he venido a su casa — su cuerpo se pega al ascensor y su respiración se acelera, me doy cuenta que está nervioso y con justa razón. Me doy un manotazo mental en la frente.

— Henry, lamento haber sido tan descortés contigo, mi nombre es Isael y soy el " mago " — su cuerpo sigue pegado a la pared del ascensor y su respiración es más acelerada, suspiró y extiendo mi mano con la palma hacia arriba, una llama de color azul se ha proyectado, los ojos de Henry se han abierto más y veo que su cuerpo va relajándose ya que se está despegando de la pared del ascensor, en ese momento las puertas del ascensor se han abierto, el chico mira hacia afuera. Cierro mi mano y la llama de fuego se ha extinguido.

— Vamos — escuchó sus pasos seguirme, al llegar al apartamento saco mi llave y entró, el chico lo hace juntamente conmigo.

— ¿Por qué no se activo la alarma contra incendios? Es fuego después de todo — me siento y apoyó mis codos en los brazos del sofá.

— Dado que serás mi ayudante puedo decirte que no sólo controlo el fuego en mi mano, también lo que está a mi alrededor — él se deja caer en el sillón frente a mí, su mirada recorre el moderno apartamento que está reluciente de tan limpio.

— Pensé que vivías en algún castillo con murciélagos volando por la sala, grandes gárgolas de piedra en la entrada del castillo, mirando todos nuestros movimientos, poniendo nuestros nervios de punta —enarcó una ceja ante la imaginación del chico.

— Soy mago, no drácula — el chico sonríe, saca su móvil que está sonando estruendosamente con la canción de moda que estaba en este momento.

Entorno los ojos y lo veo, se ha puesto rojo pero no de vergüenza, está molestó con quién sea que lo ha llamado.

— "no me llamas más" — responde, no me ha causado curiosidad para escuchar la llamada, me interesa más observar sus reacciones, hay algo en este chico que me causa curiosidad, sobre todo el por qué no puedo entrar a su mente, estoy seguro que él no conoce la magia y no sabe cómo proteger su mente, es algo innato en él. Trato de recordar si el reloj causa eso en la persona que ha estado en contacto con él pero en mi mente no hay ningún registro de ese dato.

— Lo siento — murmura — guarda su móvil en el bolsillo de su gastado Jeans.

— ¿Tus padres permitirán que trabajes? — él bajó la mirada.

— Sólo tengo una hermana — la recordaba.

— Tú hermana debe firmarme una autorización para que trabajes conmigo — debía conocerla y saber si ella también tenía esa protección mental, ambos hermanos debían de tener el reloj, "mi reloj".

— Merlina se alegrará al saber que tengo trabajó — enarcó una ceja.

— Interesante nombre Henry.

— A ella no le gusta, no cree en la magia, y nuestros padres le pusieron así, ya que es tradición familiar poner ese nombre a todas las niñas nacidas cada cuatro años.

— Una tradición que debe tener su explicación — Henry se encoge de hombros.

— Es una locura — pasa su mano por el cabello — ¿será buena la paga?

Henry abrió los ojos como plato al escuchar la suma que le pagaré.

— ¿Tanto? — asiento.

— Iré por la hoja de autorización, debes llevarme a tu casa para que tu hermana la firme y comencemos a trabajar.

— Ella está en su trabajo — me pongo de pie y me dirijo al despacho, Lucio está frente al computador, el ruido de la impresora me avisa que la carta está lista.

Me la entrega.

— Usaré el auto — él asiente y se pone de pie.

— Extraña tradición amo la de esa familia, ¿magia?

Me encojó de hombros y veo la pantalla, el chico sigue sentado en el sillón, está texteando en su móvil.

— Vamos Lucio, hay algo en el chico extraño, no puedo entrar a su mente y ver sus recuerdos, necesitaba ver si ha tenido contacto con el reloj.

Lucio está sorprendido.

— Puede entonces amo, que al fin hemos encontrado el reloj.

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Kgerals🌼

El Amor de IsaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora