~21~

3.4K 549 0
                                    

— ¿Qué te pasa? — Henry me observa, me doy cuenta que lo he preocupado, me pongo de pie y acarició su rostro.

— Estoy bien — muerdo mi labio inferior — te veo diferente, un poco más alto — sonrió — y de mal genio últimamente.

— No quiero estar aquí, Isael es un mentiroso, me mintió— aprieta sus puños — no me enseño nada.

Henry el niño dulce ha desaparecido, desde varios días atrás su carácter se ha agriado más.

— Nos marcharemos después de mi cumpleaños, faltan dos días — su mirada brilla y en su rostro se curva una sonrisa.

— una vez escuche a mamá decir que serias poderosa — niego y doy un paso atrás, esa era mi realidad, mi verdad.

— Mamá bromeaba — frunzo el ceño — no lo decía en serio Henry — él se ha quedado en silencio, luego saca su móvil y entra a sus redes sociales, esa era una manera de despedirme.

Suspiró y salgo de su habitación, sentía un gran vacío dentro de mi corazón, desde ese día en el bosque que descubrí que amaba a Isael, trataba de pasar el mayor tiempo con él.

Al avanzar por la casa, lo hacía con tristeza, trataba de memorizar cada rincón, cada adorno, me abrazó a mi misma y las lágrimas rodaban por mis mejillas.

​​​​​​Isael

— La tristeza ronda por la casa — Lucio me entrega una copa — su vida cambió amo, dejó de buscar el reloj y se centró en proteger a la señorita Merlina.

— el reloj ya no es mi prioridad, la magia que hay contenida en él, si Merlina es la guardiana, ella lo destruirá.

— imaginó que aún tiene esperanza de que la señorita no sea una guardiana.

— Dicen que la esperanza es lo último que se pierde — doy un sorbo a mi bebida.

— amo, lamentó está situación — Lucio inclina su cabeza — quizás la señorita Merlina no es la guardiana.

— gracias Lucio, necesito estar sólo — él sale de la biblioteca, mientras yo le doy vuelta a mi vaso entre mis dedos, sabía que ella era la guardiana y que su destino era acabar con nosotros.

— Isael — mi hermana está junto a mí, en su mirada hay tristeza — ella quiere un hechizo de amor, está segura que olvidará todo.

— Es muy probable que pase — sonrió con tristeza — debe olvidar todo lazo formado en la tierra.

— No es justo mi querido hermano — ella apoya su mano en mi brazo — pero me pidió que en cuanto se revele su destino... si es la guardiana que la maté — doy un golpe seco en mi escritorio.

— no lo permitiré Regina.

— ¡Morirás!

— no soportaría ver que le hacen daño Regina — sonrió con tristeza — mi antiguo amante me maldijo, me dijo que cuándo me enamorara seria mi perdición y no le creí, me reí de ella y heme aquí a dos días de estar a punto de morir en las manos de ella, de la mujer que amó. Necesito que te marches Regina... mañana — ella niega y aprieta mi brazo — por favor, tú debes escapar, debes irte y vivir.

— No te dejaré Isael — sujetó su precioso rostro entre mis manos.

— no pagarás por mi decisión, debes vivir, enamorarte, casarte. Ser feliz — mi hermana lloraba.

— no te abandonare, eres mi única familia.

— hazlo por mí, debes ser feliz mi querida hermana, amas a los niños. Lo has demostrado con Henry, ella no debe encontrarte, prométeme que no dejarás que te encuentre.

— Isael... — secó sus mejillas.

— Por favor Regina — ella cerró los ojos, mientras sorbía sus lágrimas.

— Lo prometo Isael — acarició mi rostro — eres el mejor hermano que existe, me siento orgullosa de ti. Te amo tanto hermanito.

Merlina

La casa estaba en silencio, ya todos se habían ido a dormir, mientras yo daba vueltas en toda la cama. Necesita dormir pero la preocupación era tan grande, temía al día de mi cumpleaños, temía a lo que pasaría, a olvidarlo a él... a Isael, el hombre que amaba y lo peor temía hacerle daño, me pongo de pie y busco aquella caja donde estaba el arma que me fue entregada, no la quería cerca, podía hacerle daño a Isael con ella.

La sostengo en mis manos y cierro los ojos, debía enterrarla, no sabía cómo destruirla... él si... decidida me dirijo a la habitación de Isael. Con suavidad tocó su puerta y no hay respuesta alguna.

Abro la puerta y caminó hacia la gran cama, enciendo la lámpara de su mesita de noche, él duerme profundamente, me doy cuenta que ha bebido.

— Isael — susurró, mientras acarició su mejilla — mi amor, sufres como yo, no quiero olvidarte, deseo tener un futuro contigo — bajó mi cabeza y besó sus labios... él duerme profundamente — sólo nos queda un día mi amor... y todo será revelado, Isael mi amor.

Apoye mi cabeza en su pecho, mientras lo abrace, lo amaba con todo mi corazón.

El Amor de IsaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora