—Necesitas amor en tu vida. De eso se trata el primer punto del que te hablaré. Te advierto que tomaré como base un campo de la creencia tan complejo y extenso que no está completa su desmitificación.
—¿Me hablarás de religión? —inquirió con fingida alarma, escucharía lo que tuviera que decir así solo fueran chismes. Porque, Tamar, era una mujer curiosa.
—No. De una creencia de vida que generará en ti un cambio total de perspectiva —aclaró susurrando y mirando a los lados misteriosamente—. Una va por la vida pensando que necesita este aparato o aquella mejora o incrementar sus ganancias, conocimientos, tecnología y pertenencias. La tecnología publicitaria ha llenado nuestras mentes de tanta basura que no sabemos a veces ni qué queremos, sentimos o necesitamos realmente. Tienes sed y lo primero que se te viene a la mente es una de esas bebidas energéticas promocionadas en las pantallas. Te pica el hambre y, sin que te lo propongas, la cancioncilla del comercial te ronda la cabeza. Te sientes sola y un anuncio erótico te asegura cuál es la solución. Nos han condicionado desde el cómo vestir hasta el cómo sentir y reaccionar para estar dentro del estándar que la sociedad requiere ¡Hasta la muerte está condicionada! Entonces una termina sintiéndose vacía. Luego recurres a los apaciguadores. Tomas alguno y vuelves a la tranquila manada.
—Te entiendo —asintió totalmente de acuerdo.
—Yo vengo hablarte del amor, pero también de la libertad porque no se puede el uno sin el otro. No puedes amar lo que te impone otro si no lo que tú misma decides amar valorando los pro-contras y sobre todo, lo que te impele a producir y mantener ese sentimiento. Es como sujetar algo con tu mano, para agarrarlo primero debes soltar lo que sea que te la ocupe. Saberte poseedora de la libertad es un estado mental al que debes llegar, pero no puedes hacerlo sola. Allí es donde entra el amor.
—Entonces el amor me hace libre y liberarme me hace amar
—Una cosa y la otra. Pero necesitas un detonante. Algo que active uno o ambos. La libertad que te produce es la más sublime que hay. El amor del que te hablo es el más antiguo que existe. El más honesto, puro y capaz de hacer a una feliz y virtuosa durante la vida y posterior a la muerte. Es ese donde el que ama adquiere un no sé qué de más divino porque en su alma existe una parte del Dios. Ese en el que quien es amado sabe que, aunque piense para sí mismo no merecerlo, no ser apto o no poder corresponderlo a igual grado, en nada cambiará el durable amor con que es amado porque quien le ama intenta acercarse a su alma. Y el alma es el bien más bello y perdurable que una pueda tener y brindar. Este amor es pura bondad y, sin importar las circunstancias o el tiempo, jamás deja de existir. Conlleva a la mayor de las virtudes y contiene el poder más grande porque mueve a los hombres hacia el Dios y a este hacia los hombres en busca del complemento que les falta. (N. A.: se puede ubicar un breve fragmento de El Banquete de Platón)
—¿Entonces al Dios le falta algo que el hombre tiene y viceversa? —Este filosofar tomaba un extraño camino.
En la escuela era común aprender que una de las comprobaciones científicas más relevantes de las ciencias antropológicas en la rama sicosocial de los últimos milenios y que acabó definitivamente con las guerras religiosas fue establecer como ley que el hombre tenía la necesidad intrínseca de creer libremente en algo superior a él mismo. Necesitaba creer en una fuerza suprema que propiciara el engranaje del mundo y de cierta forma lo mantuviera en control. Bien podía llamarse Ser Superior, Dios, Fuerza, Providencia, Destino, Naturaleza o como tuvieran a bien si era una creencia desmitificada. La desmitificación se había convertido en una de las aplicaciones más fundamentales del viaje en el tiempo. Pero eso de que éste Ser Superior necesitara al hombre dejaba mucho que desear, era algo que hasta la fecha no había sido desmitificado con éxito y, pensándolo bien, gritaba ser una locura.
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Como Viento con la Muerte
Science FictionComo Viento con la Muerte Vúlnerant ommes, última necat* *Hieren todas, la última mata En las afueras de la futurista Ciudad del Sol un ser oscuro, antiguo y seducto...