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Sumida en sus pensamientos no se percató del rápido recorrido a velocidad ultraplus sino hasta que franquearon la carretera rodeada de árboles y arbustos batidos por el viento. Prontamente llegaron a la bifurcación que, de seguir, llevaba sin tardanza al mausoleo y luego al pueblo de la montaña, pero que, si se cruzaba a la derecha, se dirigiría a su casa. Giraron en esa dirección dejando atrás el aerocartel de luces holográficas de neón que rezaba en letras rojas la leyenda: "Vúlnerant ommes, última necat". Rápido comenzó el recorrido a un lado de la cerca blanca de dos metros de alto que delimitaba el área de la casona dentro de su extensa finca. Siguieron avanzando unos doscientos metros más para entrar. Bajando un poco la velocidad, entre las dos paredes de piedra gris se enmarcaba el gran portón de hierro forjado, el cual se abría gracias a los biocensores de proximidad que activó con su intercomunicador.

—¡Gracias a Elohim que esto funciona como lo recuerdo! —exclamó y se extrañó de usar nuevamente esa expresión con tanta libertad y seguridad. Viki solo la miró risueña y se revolvió en su asiento haciendo un ademán que le diera la confianza de soltar lo que se venía pensando durante todo el silencioso camino.

El portón se cerraba nuevamente haciendo un chirrido. Se giró para observarlo y reconoció el decorativo monograma familiar de una "B" entrelazando una "C": Blanco Castillo. Estaba en casa finalmente. Se volvió y la fuente emanando siempre agua fresca la esperaba al final de la calzada, los viejos árboles de la floresta, el viento arrasándolo todo ¡Cuánto extrañaba todo aquello!

—La vida te puede resultar diferente ahora, mija —declaró la rubia cuando el aeromóvil giraba en la redoma para estacionarse frente a las escalinatas de la entrada—. Tomalo con calma, Tamar. No te ofusquéis en pensar millones de aspectos por cualquier cosa que te pase. Ve, Elohim es soberano y todo sucede en su creación por una razón que Él tiene en control y es siempre para nuestro bien. Nosotros no conocemos y a veces no queremos entender que Él solo quiere nuestro bien y nos empeñamos en cualquier otra cosa. Te dice que si tenéis sed, Él te da de beber para que no tengáis más nunca sed; y si hambre, comida que satisface. Buscá a YAHWEH mientras podéis encontrarlo, llamalo mientras está cerca. Volvete a Él y tendrá compasión tuya porque es generoso para perdonar. Ve, sus pensamientos no son como nuestros pensamientos y su manera de actuar no es como la nuestra. Recordá que Él es Elohim y no un humano y la palabra que sale de sus labios no vuelve a Él sin producir efecto, sino que hace lo que Él quiere y cumple la orden que le da. Porque Él obra por caminos misteriosos que nosotras, mija, no entendemos. Con todo y eso, nos promete vida, alegría, bienestar y paz aquí y en la eternidad.

—Treinta segundos para activación de reflejo de origen — anunció la voz robótica de la I. A. del vehículo.

—Comprendo Viki, pero no te preocupes ya más por eso... —le aseguró la morena tomando sus manos y hablando lentamente—. Yo he entendido muchas cosas de las que tú y Kati me han explicado y creo.

—¿Crees?

—Creo

—¡Me alegráis con esa respuesta, mija! Ve, ahora te aguarda otra gran lucha, pero tranquila que todo lo puedes en Yahshúa que es quien te da la fuerza —declaró la rubia estrechándola en sus brazos con gozo—. Encomendá tus caminos a Él, confiá en Él y Él hará según su voluntad y para tu bien.

—Iniciando conteo regresivo para el retorno —interrumpió la voz.

—¡Que tengáis una agradable noche! ¡Hasta un nuevo encuentro! ¡La bendición de YAHWEH sea sobre ti! ¡Te bendigo en El Nombre de YAHWEH! —La despidió.

—¿No te quedarás conmigo así sea un rato?

—No. Ahora yo debo ir a casa y vos, vos necesitáis asumir tu verdad para que te podáis enfrentar a la vida —concluyó dándole un abrazo y abriendo la puerta del vehículo.

Como Viento con la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora