Pologo.

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No me sueltes, prometiste no dejarme caer... No me sueltes,
eran las mismas palabras que me dijiste hace mucho... Me lo habías prometido.
No me sueltes, el tiempo siguió su curso, diferentes caminos tomamos y una promesa...
aquella promesa de mis viejos amigos de volverlos a encontrar, comenzar un nuevo inicio de nuestras miserables vidas
y de las miradas discriminatorias de los demás...

Pero tuviste la osadía de arrebatárnos nuestros sueños, mas la única forma de devolver
aquella esperanza perdida, por mas diminuta que fuera...
Alguien debía quedarse a cumplir el castigo, aquel juicio injusto por aquellos que perdieron su humanidad hace muchos milenios.

Por la libertad de los que amo, empuñare mis sentimientos contra mis enemigos y con tal de superar este dolor, tan agudo, tan triste como la lluvia que cae en mi alma, que poco a poco se fue cristalizando en nieve filosa y fría.

Y ahora te quejas, te quejas de mi ausencia, te quejas de haberte dado cuenta que existía, te quejas de que nunca te dije nada y ahora, eres tu quien me busca, quien se desespera y, lo más obvio, quien llora.

Pero lloras pensando que yo te abandone, si tu fuiste el que me abandonó, fuiste el responsable de que mirara por nuevos caminos, por nuevas oportunidades, de aceptar la realidad...
y te agradezco por ello; tu voz ya no llega a mi corazón, porque gracias a ti, estaré a salvo... A pesar de que el dolor sea pequeño, leve y constante, no me arrepiento.

Este dolor, aunque lo niegue varias veces, es el único recuerdo... El único recuerdo sano, que tu me dejaste conservar.

Me Odias... Verdad?? (Nanatsu no Taizai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora