CAPITULO 20 EL AMOR DE ARNOLD II

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CAPITULO 20 NO ES UN ADIOS

El amor es infinito, noble, hermoso y sobretodo sin condiciones, el amor es libre, es inmenso, es eterno, es confiable, es respeto, es todo, el amor por una persona nunca debe ser dañino, nunca lastima, nunca engaña, porque simple y sencillamente no se puede, no se puede porque el amor está por encima de todo lo demás sentimientos egoístas que pueden existir en el universo.

Es contradictorio decir que el amor nos ciega pero a la vez nos abre la verdad que ante nosotros teníamos pero ¿Qué hacer cuando esa verdad es tarde? ¿Qué hacer cuando nos damos cuenta de lo que teníamos y lo perdemos? En realidad nunca fue nuestro entonces ¿? Preguntas sin respuestas, preguntas a la nada donde nunca habrá una respuesta, todo es tan incoherente cuando nos enamoramos, pero así es el amor y a la vez es crudo, es en ocasiones cruel pero ¿Qué habría o seria del amor sin heridas que sanar? Muchas veces son necesarias para fortalecer el lazo entre dos personas que están destinadas a amarse y por más que puedan pasar obstáculos o dolor siempre terminan en la misma incógnita ¿Por qué sigo amándolo? ¿Me volví a enamorar? ¿Cómo? ¿Enamorarse de la misma persona? Sera esto posible ¿Por qué no? En realidad es mejor dicho no te he olvidado...sigo amándote...

Porque el amor verdadero nunca termina pero siempre puede volverá empezar...

H.G.P

Había pasado ya una semana desde que volvieron de San Lorenzo, Arnold no había visto a Helga al menos no con ella consiente de que estaba ahí, Helga no lo había visto para nada ni siquiera cuando Phoebe la llevo al campo Gerald, pero esto era porque Arnold se había ido antes de que ella apareciera, Gerald no lo entendía la chica le gustaba o era más que un gusto según le había comentado ¿Por qué huía de ella ahora que tanto lo necesitaba?

Era el momento perfecto le había dicho pero el rubio simplemente desapareció del lugar como alma que lleva el diablo.

¿Qué demonios le pasaba a Arnold Shortman? Nadie lo sabía.

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Pero ese día no podría escapar más, ese día iniciaban clases nuevamente, pronto estarían en sexto grado y tampoco era como si pudiera escapar del país y de la escuela para no verla, así que suspirando camino lentamente hacia la parada del autobús, donde ella ya estaba por supuesto en su lugar de siempre con Phoebe.

-Buenos días viejo –Saludo Gerald sonriéndole mientras hacían su saludo especial

-Buenos días Gerald –Dijo sentándose a su lado

-¡Miren todos Arnoldo ya no trae su suéter de abuela! Jajaja

Gerald miro más detenidamente a su amigo y este llevaba una camisa de cuadros pequeña de color verde como sus ojos sus típicos pantalones y tenis, este solo movió la cabeza negativamente

-No preguntes

-¿Tu mama?

-Si –Dijo dejándose caer, era extraño desde que tenía uso de razón él se había vestido solo pero ahora que tenía padres, su mama quería lavarle, planchar su ropa y sobre todo lo que parecía gustarle más era poder escoger un atuendo para ir a la calle.

-Tendrás que acostumbrarte viejo, así son todas las mamas

-Es tonto –Murmuro muy bajo pero no lo escucho su amigo.

Phoebe se acercó a Gerald quien sonrió cómplice y paso al lado de Arnold quien le miro sin entender –Perdón es que...Phoebe y yo no hemos terminado una conversación pendiente ¿Verdad nena?

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