Tregua.

67 9 8
                                    

Entre a aquella colorida cafetería ubicada en el centro de la ciudad en silencio mientras era seguido por aquel muchacho alto que me había invitado a comer. Al contrario de lo que había pensado cuando la invitación me fue hecha, el lugar en el que íbamos a comer era bastante lindo y acogedor para conversar, yo por mi parte, había esperado que comiéramos en la pequeña y poco variada cafetería de nuestro instituto, lleno de adolescentes por doquier y con aquella aura intensa que rogaba porque pronto tocaran el timbre del termino de las clases pero al parecer me había equivocado.

Tan gentil como siempre, o como aparentaba ser con el resto, Chanyeol me dirigió a una de las mesas desocupadas, corriendo mi asiento para que me pudiera sentar y de aquella manera poder pedir lo que deseara, según lo que él había mencionado cualquier cosa que pidiera, él estaría más que dispuesto a pagarlo. Si debía ser sincero, mi apetito en la actualidad era nulo, y si había aceptado esta salida había sido con el único fin de arreglar todas las cosas, o por lo menos, lograr que aquel muchacho dejara de ser tan insistente conmigo. Su mirada, desde que habíamos llegado a la cafetería no había dejado de posarse en mí ni un solo segundo haciéndome sentir demasiado incomodo. Hace un tiempo atrás, de seguro la mirada de aquel chico de orejas especiales me hubiese sonrosado o me hubiese puesto demasiado tímido mas en estos momentos producía aquella sensación de estar siendo analizado con profundidad, como si él deseara sacar algunas respuesta de mi mente o por lo menos, saber que decir sin arruinarlo todo.

-Seré sincero contigo, si he aceptado tu invitación no ha sido para comer. Quiero dejarte todo claro de una vez, así que creo que iniciaré a hablar. -Me acomodé en aquella silla, tratando de disipar aquella incomodidad que estaba embarcado por completo mi cuerpo.-

-No, por favor. Dame un poco más de tiempo y conversemos ¿Sí? Prometo no molestarte tanto si aceptas mi propuesta.

Un largo suspiro salió de mis labios al comenzar a sentirme indeciso. Si bien mi intención inicial era tomar mis cosas y marcharme lo más pronto posible, la opción que me estaba dando Chanyeol era más que tentadora, si él se alejaba un poco más de mi vida, de a poco perdería el interés en mí y se alejaría por completo.  Cabe mencionar que con la opción que me estaba dando también existía la posibilidad de que al verlo cada vez más lejos, mi mente ya no pensara en él y se dedicara al fin y de una vez por todas, a mi novio. Al tomar mi decisión final suspiré nuevamente, para exigirle previo a la conversación que tendríamos, un trozo de pastel con dulce de leche, que en secreto, era una de mis pequeñas grandes debilidades.

En todo momento Chanyeol se había mantenido en silencio, o por lo menos hasta el instante en que nuestros pedidos llegaron a nuestra mesa, sin embargo en ningún instante él había dejado de tener una gran sonrisa plasmada en el rostro. De seguro había preferido no hablar hasta que llegara la comida con la finalidad de que si en un momento nos quedábamos en un silencio incómodo, pudiera usar la comida como excusa y no mi falta de interés hacía su presencia o a sus intenciones.

-Gracias por escucharme, realmente necesito poder arreglar todo esto contigo. Lo siento si parezco un poco desesperado pero necesito que me escuches.

-No Chanyeol, esta vez yo seré quien hablará. -Tomé un trozo de aquel delicioso pastel introduciéndolo en mi boca, para luego continuar hablando.- Si tú te sientes mal por todo lo que sucedió, olvídalo. Quiero que tengamos una tregua por un tiempo ¿Te parece?

-Una... ¿Una tregua? Pero yo no entiendo, yo solo quiero tu perdón.

-Ya sabes, una tregua como en el libro. Quiero estar tranquilo, en acción de paz, olvidarlo todo ¿Sí?

-Pero ¿Podemos ser amigos?

Después de escuchar aquella pregunta dirigí mi mirada al aquel trozo de pastel que se encontraba frente a mí, jugando con suavidad con la cuchara que se encontraba en mi mano, con un pequeño pedazo de este. Ser amigo de la persona que te había lastimado de aquella manera era difícil, por no decir casi imposible además de que previo a comenzar una amistad entre ambos, debía existir un verdadero perdón. No iba a ser un ser hipócrita al darle una esperanza a aquel muchacho que se encontraba a unos metros de mí, menos después de todo aquellos momentos que pase por su culpa.

-Después de la tregua, lo veremos Chanyeol.

El consolador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora