Ella ha caído en una trampa. Lo ha perdido todo.
Ella es la nueva.
Ella tiene un oscuro pasado.
Ella usa un revólver para defenderse de los muertos que ahora habitan en el mundo.
Ella es valiente, pero tiene miedo.
Ella es Negan.
❝El amor requi...
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Allison movió ligeramente la cabeza sobre el pecho de Carl, este la miró.
-¿Te molesta?- le preguntó.
Le estaba acariciando el pelo. Ambos tumbados en la cama de Allison, hablando sin hacer nada más que eso. Felices y tranquilos. Llevaban un tiempo así.
-No- sonrió ella-. Me encanta. Hace tiempo que nadie me acaricia el pelo.
Carl le devolvió la sonrisa. Justo entonces, escucharon la puerta de la casa abrirse. Ally miró a Carl con el ceño fruncido y poco a poco su gesto se aflojó, mostrando una cara que irradiaba completamente felicidad. Dirigió la mirada a la puerta de la habitación y se levantó de la cama a una velocidad casi increíble. Carl rió mientras la veía salir corriendo.
-¡Tara!- exclamó la pequeña.
La morena, estaba en la puerta con unas gafas de sol puestas y comiendo lo que parecía ser regaliz roja. Se quitó las gafas al ver a Allison y sonrió de oreja a oreja. La castaña bajaba las escaleras tan rápido como podía hasta que finalmente llegó frente a ella y la abrazó fuertemente.
-Estás bien- susurró todavía en el abrazo.
Tara sonrió, había echado muchísimo de menos a Allison. Había momentos en los que creyó que no volvería a Alexandria, siempre preocupada. Pensar que Denise cuidaba de Allison le hacía quedarse mucho más tranquila.
-Te he echado de menos- dijo Tara.
-Y yo a ti.
Carl bajó las escaleras, haciendo que Tara se separase del abrazo de Allison con una mirada divertida y una pícara sonrisa en los labios. Se quitó el regaliz.
-¿Carl?
-Hola, Tara- sonrió para después abrazarla. Ella se lo correspondió.
-Tiene muchas cosas que contarme, señorita Moore- Tara se dirigió a Allison esta vez- ¿Dónde está Denise? Tenemos una partida de billar pendiente, ¿recuerdas?- sonrió-. ¡Vamos a celebrar que he llegado!
La sonrisa de Allison se esfumó por completo y miró al suelo. El momento había llegado. Denise no estaba. Tenía que decírselo. Carl miró a la que era ahora su novia con un gesto apenado.
-¿Qué pasa?- preguntó Tara con preocupación-. ¿Dónde está? ¿Está bien?
Allison negó lentamente con la cabeza y miró a Tara a los ojos. Era increíble lo rápido que se podía pasar de la absoluta felicidad a la tristeza más profunda del mundo.
-Tara... Denise... ya no está aquí- respiró hondo-. Ya no está viva.
