《She is Negan》 Carl Grimes

31; "I PROMISE"

Capítulo 31

L o  p r o m e t o

[Dusk Till Down] - Zayn Malik ft. Sia

Estaba en el coche, de copiloto, sin decir ni una palabra. Tan solo miraba enfrente y pestañeaba de forma asustadiza cada vez que escuchaba la puerta de un vehículo cerrarse. No había podido dormir en una semana entera. Unas grandes ojeras surcaban la piel bajo sus ojos, dándole un aspecto poco saludable. Ni siquiera tenía fuerzas para replicar.

Miró sus manos vendadas y movió los dedos ligeramente, causándole dolor. Hizo una mueca. Puede que aquel día, se pasase bastante dándole puñetazos a la puerta metálica.

Iban de camino a Alexandria, a por la mitad de todo. Su padre la había obligado a ir. Ella quería, en realidad. Pero no de esa forma. Las órdenes que le habían dado eran permanecer junto a Dwight y coger todo lo que los Salvadores le ordenasen. Eso era lo que no quería hacer. La principal razón era por la humillación que suponía tanto para Allison como para el grupo de Rick. Y la segunda razón es que apenas tenía fuerzas para hacerlo.

Por otro lado, quería verlos a todos. Quería quedarse allí. Quería asegurarse de que su familia estaba bien y de que estando en Alexandria, no les ocurría nada a ninguno.

El trayecto se le hizo eterno. Esta vez, veía la carretera a la perfección pero a nadie parecía importarle porque sabían, de alguna manera, que Allison no trataría de escaparse del Santuario. Porque tenía miedo.

El coche en el que ella estaba, frenó, ya a las puertas del pueblo. Vio como todos los Salvadores bajaban de sus vehículos y no tardaron en obligarla a bajar también.

Sintió la mano de Negan posarse sobre su hombro y sacudirla ligeramente, provocándole un tambaleo.

-Anímate- le dijo con una sonrisa-. Hoy es un gran día, princesa.

Allison levantó la cabeza con lentitud para mirarlo, pero no dijo nada. No le era conveniente. Porque lo único que saldría de su boca eran palabras de desprecio y eso solo le causaría más problemas. A penas le quedaban lágrimas para llorar. Había estado escuchando todos los días la misma maldita canción y cualquier daño sentimental era peor que uno físico, lo había comprobado. No quería más, aunque sabía que no pararían hasta que se uniese a ellos. Estaba en la mierda.

Negan se acercó silbando a la puerta del pueblo y con su bate golpeó los barrotes tres veces, para acto seguido, exclamar con voz grave:

-¡Cerdito, cerdito, déjame entrar!

Allison quiso desconectar. Soltó un suspiro y miró sus botas para después darle una patada a una pequeña piedrecita que tenía delante. Sí, le resultaba humillante todo aquello. A Negan se le daba de categoría jugar psicológicamente con las personas. Lo estaba consiguiendo tanto con ella, como con Daryl. El cual, vestido de blanco con la letra A en naranja, estaba enfrente de un grupo de Salvadores, con las manos atadas.