Ella ha caído en una trampa. Lo ha perdido todo.
Ella es la nueva.
Ella tiene un oscuro pasado.
Ella usa un revólver para defenderse de los muertos que ahora habitan en el mundo.
Ella es valiente, pero tiene miedo.
Ella es Negan.
❝El amor requi...
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Año 2013
-Nos separaremos- dijo Don-. No parece que haya muchos podridos por aquí, así que no hay problema. Si alguno está en peligro, gritad.
Todos asintieron.
-Yo iré con Cindy- dijo Ryan-. Queremos ir hasta los árboles de allá- los señaló-. Puede que tengan frutos.
-Evan y yo registraremos algunas casas.
-Bien- Don asintió mirando a sus dos hijos y a su sobrina. Después dirigió la mirada hacia los otros dos adultos, Myren y Elijah-. Nosotros nos separamos, como siempre. ¿No?
-Sí- Myren asintió-. ¿Nos reunimos aquí en dos horas?
-Hasta entonces- respondió Allison-. Nosotros dos nos vamos ya.
-Lo mismo- Ryan se encogió de hombros.
Los cuatro adolescentes se separaron para empezar a buscar provisiones. Allison sonrió al ver a Ryan con aquella chica, Cindy. Tenía un año más que él y la encontraron un día yendo sola por una gasolinera, la chica decidió acompañarlos agradecida por la comida que estos le ofrecieron. No había pasado mucho tiempo desde entonces, tal vez dos semanas pero se notaba que a Ryan le gustaba un poco.
Formaban un pequeño grupo los siete.
Allison y Evan entraron en la primera casa que vieron, no sin antes darle algunos golpes a la puerta principal, esperando que algún caminante se acercara hasta la entrada. Pero no hubo ningún movimiento sospechoso.
-Yo miraré arriba- dijo la chica-. Tú busca sobretodo en la cocina.
-Sí, lo sé.
Allison asintió, dirigiéndose a las escaleras. Evan la observó durante unos segundos. Su prima había estado actuando de manera extraña desde hacía unos días.
-Ally- la llamó. Ella giró sobre sus talones para mirarlo-, ¿estás bien?
-Sí- respondió-. Avísame si encuentras algo.
Evan suspiró, sabía que le estaba mintiendo. Lo averiguaría. Se le daba bien enterarse de las cosas. Y le preocupaba bastante su prima. Entró en la cocina pensando qué habían hecho esas últimas 48 horas, cualquier pista que le indicara el porqué de su actitud.
Allison subió las escaleras, en las cuales había montones de cajas. Hizo una mueca al llegar. La planta era pequeña. El suelo estaba lleno de periódicos, lápices de colores y libros y las tres habitaciones que había, estaban cerradas.
La que quedaba justo delante de las escaleras llamó su atención. Había un nombre en ella: Sam. Estaba puesto en lo que parecía ser una pegatina. Probablemente era la habitación del menor de la casa. Antes de que todo se fuese a la mierda, claro.
