❥| Prólogo |

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Suho lloraba descontroladamente, sentía que su alma se quebraba en miles de pedazos como un cristal rompiéndose con un duro golpe , fracturando todo el amor que sentía hacia aquel hombre. No podía creer que esto le estuviera sucediendo esto, que esta situación a la que está enfrentando pueda ocurrirle. Es como en esas ocasiones donde escuchas que le sucede algo malo a uno person ajena y piensas que es desafortunado pero que dudas que puede ocurrirte. Estaba completamente seguro del amor que le tenía Sehun, juraba que ese hombre lo amaba de esa misma manera que el le amaba. Incluso podría apostar por ello ciegamente.

Hasta hoy.

Las pruebas eran muy claras. Oh Sehun había embarazado a Irene, a pesar que Junmyeon espera un hijo de él. Las hojas que sostenía en sus manos dictaban la prueba que aquel bebé es de Sehun. Eran irrefutables.

Prueba de paternidad.
Resultado de prueba de ADN.

Reporte: Legal.
Probabilidad de paternidad: 99.3%

Paciente 1(padre): Oh Sehun

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Paciente 1(padre): Oh Sehun.
Paciente 2 (hijo): Bae JongIn.

Ya no podía seguir viendo aquel documento donde mostraba la clara infidelidad cometida por su esposo, asi que dirigió la mirada a aquella mujer que lo miraba socarronamente, con una clara aura de victoria en su semblante. Daba la impresión que en cualquier momento estallará en unas enormes carcajadas. Duras y estruendosas, esperando el momento en que él se rompiera en llanto para poder reírse. Por supuesto que estaba equivocada, jamás permitiría que viera que lo lastimó profundamente,no le daría esa satisfacción. Primero se arrancaría un brazo.

Aunque costaba mucho no romperse en ese mismo momento.

— ¿Ahora lo comprendes?— preguntó burlona, sus labios formando una inclinación en una de las comisuras de sus labios, el gesto le resultaba tan odioso que las ganas de darle un merecido golpe a su rostro angelical se incrementaron al triple — Sehun jamás amará a una pobre bestia como tú. Él se casará conmigo después de dejarte tirado como pensaba hacer en un principio.

Escuchar aquellas palabras fue como una bofetada a su autoestima, no, mas bien como una verdadera paliza.

— Se divorciará de ti y yo seré su legítima esposa y tú.— se detuvo para mirarlo de arriba a abajo respectivamente — regresaras a la calle, donde siempre debiste quedarte.

Eso fue más que suficiente, así que irguiéndose en sus 1.67m la encaró con todo el orgullo que tenía —que era demasiado— y sonrió ladeado, mostrando que era más fuerte y que no se dejaría intimidar por una chica estúpida y mimada. No señor, él es Kim Junmyeon, un hombre que salió de las calles por su esfuerzo y dedicación, no un idiota que se doblegara ante palabras duras

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