❥|Te encontré|

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Le entregó la carta a Chanyeol después de quedar de verse en el mismo lugar en que quedaron de verse por primera vez, ahora estar ahí, juntos y sin rencores le hacían entrar unas ganas de llorar intensas y de alivio. Estaba satisfecho de haber arreglado las cosas con las dos personas que había cargado su conciencia en mucho tiempo, no se perdonaría completamente sus errores pero el primer paso para ser plenamente feliz es comenzar a dejar el pasado atrás y ver hacia adelante.
Estuvieron ahí poco tiempo, cada uno tenía cosas importantes que hacer, cada vez procuraba dejar menos tiempo a sus hijos solos, Baekhyun le había comentado que tenía una sensación de ser observado y perseguido por algo o alguien, y él igual. Le advirtió a Chanyeol para que tomara las medidas de precaución suficientes y se cuidara. Después del ataque a Taozi  cualquier persona que tuviera contacto con ellos corría un grave peligro.

Tomó un taxi para ir a su modesta casa, y se tomó su tiempo para pensar, la casa donde vivía siempre le pareció un poco fría, solitaria, apesar de estar en compañía de su amado hijo y Seokjin en varias ocasiones aún persistía el sentimiento de ser una casa solitaria, ahora es casa llena, las risas de los dos pequeños haciendo travesuras y contándole sus aventuras le calentaban el corazón. Las pláticas con Baekhyun siempre eran amenas e interesantes por escuchar, ahora sus presencias se hicieron indispensables para su vida. No tardó mucho tiempo para que llegara a su hogar y fuera recibido por abrazos de los niños al verlo llegar. Su alma se tranquilizó al ver los niños con bien, aún estaba un poco alterado por la reciente muerte de la que era la secretaria de Sehun.
Algo le olía muy mal.

—¡Demonios! ¡ El kimchi se está quemando! — escucha el grito de Baekhyun en la cocina.

Oh bueno, puede que sea el olor del kimchi quemado.

—  ¡Baekhyun no maldigas enfrente de los niños! — grita un Junmyeon irritado. Los mayores de encargan de arreglar el kimchi pero este estaba bastante mal para comerlo así que ordenaron comida en un restaurante italiano al que JongIn había insistido querer comer desde que llegaron. Todos se sientan en la mesa del comedor y en cuanto llega la comida devoran todo con satisfacción.

Esa persona espantosa le había llamado por teléfono después de haberse reunido con Junmyeon, ahora se dirigía a la mansión que sabe de memoria su camino

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Esa persona espantosa le había llamado por teléfono después de haberse reunido con Junmyeon, ahora se dirigía a la mansión que sabe de memoria su camino. Esta tan irritado que no le molestaría en absoluto cortarle la cabeza casi calva de quién más odia y lanzarla lejos para que se pierda y nunca más ser vista de nuevo, era una idea bastante cautivadora pero no podía ser llevada a cabo si quería ser un hombre libre en vez de ir a la cárcel por asesinato. Aunque valdría toda la maldita pena.
La mansión lo recibe casi con con burla, recuerda que la primera vez que la vio estaba tan embelesado y entusiasmado ante semejante caserón, ahora la odiaba.

El mayordomo de la propiedad lo recibe en la puerta con su usual expresión estoica y seca, ese hombre siempre le ha dado escalofríos. Con un gesto desdeñoso le da su chaqueta y se guarda su teléfono en su bolsillo trasero del pantalón de mezclilla que lleva. Sabía que quién lo espera repudiaría verlo en «semejantes fachas» y eso solo le divertía más, podía decir todo lo que quiera y al le importaría lo más mínimo.

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