Fame [pjm]

9. Descubiertos pero no revueltos, ¿o sí?

Los chicos notaban que algo raro estaba pasando con Jimin. No era el cascarrabias de siempre, sonreía más de lo normal y se comportaba de manera pasiva la mayor parte del tiempo.
Decidieron restarle importancia puesto que gracias a la nueva actitud positiva de Jimin podían concentrarse cien por ciento en presentar un producto perfecto para sus fans.
El único que aún tenía muchas dudas era Namjoon, en toda su inteligencia y madurez mental, Nam no lograba entender por qué Jimin estaba tan feliz todo el tiempo.

Pensaba: ¿Algún premio que hayamos ganado? No lo creo, ganamos muchos el año pasado y él seguía siempre enojado. ¿Estabilidad financiera? Mmmnah, no ha sido un problema para nosotros desde hace tiempo. ¿Nació su nuevo sobrino? Imposible, qué nuevo sobrino ni qué nada já, el hermano de Jimin es menor que él, no creo que tenga ni novia aún. ¿El nuevo disco? Podría ser, podría ser.

Pero esa sonrisa era más que una de éxito. Esa sonrisa era de...

Y la vio entrar. La bella Lee Hyun Mun entró al estudio. Sus clases habían terminado y Bts y su equipo podrían usar el estudio toda la tarde. La chica saludó a Nam y a todos los presentes con un beso en la mejilla y a Jimin lo saludó al final. Jimin miraba a la chica intensamente, y Nam lo supo. La sonrisa de Jimin era de amor.

* * *

Decidió acortar el ensayo, necesitaba pensar muchas cosas. Estaba casi seguro de que Jimin gustaba de la misma chica que él, pero no había visto nada extraño en el comportamiento de ella. "Debe ser un crush inofensivo", quería creer eso, pero sentía que iba más allá de eso, Jimin había cambiado drásticamente su comportamiento, Jimin estaba enamorado, y ese sentimiento es más fuerte que un simple crush o gusto. Lo bueno era que, Jimin no era correspondido.

Mandó al equipo a casa, incluidos Jimin y Mun y él se iría a casa pronto también.

Cuando se encontró solo en el estudio recordó que tenía algunos papeles que recoger en la oficina de Yong. Con mucha calma empezó a caminar hacia la planta baja del edificio casi vacío, pues sí, aún habían algunos muchachos y muchachas que formaban parte de la Academia dando vueltas por los alrededores, pero todos lo saludaban cordialmente y nadie gritaba su nombre ni le tomaban fotos sin su permiso. Cuando ya no vio a nadie más cerca pensó que le gustaba éste lugar porque lo hacía sentir normal; como casi todos los chicos que estudiaban ahí eran ricos y conocían a miles de famosos y el personal había convivido con tantas celebridades, no les era extraño ver al gran Kim Namjoon caminando cerca. —Amo a Army, pero tengo que admitir que se siente bien que no me griten en la cara...—, pensó riéndose solo mientras recordaba a sus adoradas fans.

Su risa retumbó en los cimientos del piso uno, y cuando paró de reírse, sintió la mirada profunda de alguien en su cuello. Su rostro ardió un poco ya que al mirar hacía la puerta abierta de la oficina de Yong, se dio cuenta de que no estaba vacía; la sonrisa ladina de Akane y sus ojos avellana, iluminaban el lugar. Caminó un poco avergonzado donde la chica y articuló:

—Buenas noches, qué vergüenza contigo, debes pensar que soy un loco que se ríe solo.
Akane, ¿verdad?

Akane rió diminutamente, se sentía estallar, el chico no podía verlo u oírlo pero el corazón de la muchacha bombeaba más duro y rápido que un solo de batería. Intentó disimularlo, no quería que él pensara que ella era una fan enamorada, (aunque sí lo era, "es mi bias, pendeja", pensaba)

—No creo que estés loco porque yo también me río sola a veces recordando cosas o pensando estupideces, pero si aún así creés que estás loco, pues yo creo que es mejor saber que estamos locos los dos, ¿No? Y sí, qué bueno que te acordás de mi nombre.