Capitulo E

1.8K 116 51
                                    

Narrador Jerome.

Mi último recuerdo es haber estado muerto, QUE SENSACIÓN TAN INCREÍBLE.

Se sentía una relajación impresionante, químicos felices inundaban mi cabeza y por primera vez en mi vida me sentí liberado.

Mentira, mi último recuerdo era Harleen, sus suaves manos en mi rostro... Su olor a sudor, lágrimas y perfume barato. Su voz temblorosa y sus gritos, hermosos gritos de dolor. Tan solo pensarlo me daba asco. O eso quería obligarme a sentir.

Todo era muy confuso, estaba listo para morir, lo estaba, pero pasaron unos cuantos días en el limbo. Ya saben, un lugar oscuro, aburrido pero tranquilo.

Cuando como si de una aspiradora se tratase, succionaron mi alma de ahí, que sensación tan desagradable.
De pronto volví a sentir mi corazón, pero mi sangre estaba fría, mis músculos tiesos y mi mente hecha una mierda.

No podía pensar claro, solo sucesos que pasaban en bucle, sangre, muerte, risas, tristeza, desesperación, emoción y todo una y otra vez, un vomito emocional que no terminaba. Era como si mi cuerpo no fuera mío y mi mente estuviera más fuera de control que lo normal.

Hasta que dentro del mar de locura y medicinas inyectadas en mis venas, escuché una voz, una voz conocida, molesta, chillona pero que hacían que mis sentidos cobraran vida, Harleen.

¿Que demonios estás haciendo? No tengo idea de dónde estoy pero, tu, ¿ que haces aquí? ¿Acaso no tienes nada mejor que hacer? No, no lo tienes, yo me robe tu vida y me apodere de ella. Y al parecer estás con quién quiera que me está metiendo tubos en el ano, que conveniente ¿No?

Así pasaron meses, mi cerebro y conciencia eran sometidos a experimentos y líquidos extraños, y no podía hacer nada al respecto, mis estúpidas manos no podían moverse aún y las historias y películas cursis de Harleen comenzaban a hartarme a niveles estratosfericos.

Todo parecía igual hasta que un día metieron una sonda al lumbral que se encarga de los sueños en el cerebro, el subconciente, bastó con un par de choques y me encontraba en una habitación roja, habitación con la que ya había soñado antes, había recuperado mi cuerpo pero sabía que no era real.

Sea lo que sea lo que está pasando allá afuera, demonios, no creo que sea algo bueno, y no puedo esperar para saber que es.

Si logró salir de aquí, bueno, prepárate Gotham, por que aún no han visto nada.

.--¿se están divirtiendo?--.
.--Dime Jimbo, ¿te diviertes?--.

Narrador Harleen

Por dios, Jerome...

Su mano estaba descansando sobre el vidrio que lo contenía, haciendo que casi nuestra piel se tocará. El simple hecho de verlo hizo que todo mi cuerpo se tensara, que hermosa sensación.

Había pasado mucho tiempo y nadie me daba respuestas, necesitaba a Jerome.

Me decidí a hablar con el encargado de estos experimentos. Cuando entré a este lugar, me dijeron que me tenían una misión especial, que me necesitaban  para Jerome, pero hasta el momento solo he fungido de cuidadora, y ya no podía esperar un segundo más.

Le di un beso en el cristal a mi solecito naranja y levanté mis cosas. Subí por el ascensor y camine sigilosamente al pasillo al que se me tenía prohibido entrar. Era sencillo, los guardias eran unos cerdos que se quedaban bobeando con mis piernas, todos menos el último, el guardia de la oficina del Dr. Y la señora Peabody, sin embargo será fácil derribarlos. 

Señor Hugo Strange, estoy lista.

-------------------------------------+----------------

Suicide Kids.|| Jerome Valeska.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora