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-¿Por qué no me lo dijiste?- pregunto parado a su lado. Tres nombres figuran en la corteza del gran Sauce. -No te lo estoy reclamando...no tenías que decírmelo, pero el jueves... pudiste decirme que querías...-

-¿Koba no se molestó por que volvieras antes?- pregunta cambiando de tema y lo único que logra es que me sienta peor que antes -No te lo estoy reclamando tampoco...- su voz se quebró y dejó de hablar girando el rostro a un lado.

-Señor y Señora Galván- comienzo y me acerco un paso más al árbol -Lamento el tiempo que me llevó darme cuenta, lamento si causé algún daño, y les prometo...- mi voz sale rota y las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas -Prometo cuidar de su hijo- finalizo -Lo prometo...voy a cuidar de él...-

Siento sus brazos rodearme y no puedo detener mi sollozo. Volteo hundiendo mi rostro en su pecho y me aferro a él como ya se me ha hecho costumbre.

-Voy a cuidar de ti, yo...lo prometo...- le digo y me acerca más a él

-¿Es eso una declaración?- pregunta en mi oído y sonrío

-¿Qué dirías si fuera así?- pregunto avergonzado

Unos segundos pasan y luego su abrazo se suaviza y sus manos bajan hasta mi espalda baja.

-Diría que debes tomar responsabilidad...- murmura y levanto la cabeza para mirarle

-Estoy dispuesto a hacerlo- digo seguro de mis palabras y le inclino levemente hasta poder alcanzar sus labios y besarle -Estoy dispuesto a mucho contigo...- afirmo y sonreímos al mismo tiempo.

**

-Estoy nervioso- dice mientras se quita la remera y me relamo los labios mirándole el torso sin disimulo. -Bueno, al menos soy el único que lo está al parecer...- acota y sonrío sintiendo mi vergüenza esparcirse por todo mi cuerpo.

-Es mi primera vez idiota, no creas que estoy como una lechuga- digo pasándome los dedos por el cabello -Además...-

Enarca una ceja incitándome a seguir. Mordisqueo el interior de mi mejilla y sonrío.

-Tienes un cuerpo envidiable...-

-¿Yo? Pero si se me está haciendo difícil contenerme contigo y eso que sigues vestido- dice fastidiado y no puedo evitar reír mientras caigo sobre el colchón y observo el techo.

-¿Tienes condón?- pregunto y asiente inclinándose y quitando una pequeña cajita púrpura del cajón, quita también un bote transparente y luego se arrodilla entre mis piernas con confianza

-Ya he estado entre tus piernas, no es como si fuera la primera vez...-

-No dije nada- repongo y sonríe

-Lo siento...-

-No lo hagas, está bien que estés nervioso-

-Va a doler-

-Y luego será genial-

-Bueno...-

-Hazlo- incito y suspira ayudándome con mis pantalones.

-Espera- dice y se levanta yendo a apagar la luz. Sonrío cuando vuelve y me besa encendiéndome por completo. Sus manos se encargan de liberarme más abajo y no puedo evitar sentir pequeños espasmos cada vez que su mano toca alguna parte de mí.

Puedo sentir sus manos haciendo algo y luego mis piernas se abren un poco más, alejo mi rostro del suyo, su respiración se estrella contra mi cuello estremeciéndome y no puedo evitar gemir ante eso. Pronto siento algo frío y mojado en mi entrepierna y jadeo buscando su mirada.

ALGÚN DIA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora