Todos tenemos un amigo que dice no creer en la política o que simplemente pasa del tema. Desde mi humilde opinión creo que ese argumento solo puede provenir del desconocimiento y es que la política no es una fe que elijas venerar sino que es una idea intrínseca que palpita en nuestras vidas.
La política no es nada más que la organización de las relaciones entre individuos y sus colectivos en sociedad, por lo tanto aquel que arguye a la corrupción de los políticos o a la ineficacia del sistema para desentenderse de algo que le influye no hace más que otorgar poder a los que nos asfixian. Usualmente la gente desconfía de los que gobiernan por sus acciones y sus maneras de actuar, a nadie le gusta que se cierren pactos de corbata en despachos o que se cambien favores como quien cambia cromos en la plaza. Otros tienen tan interiorizada esa falacia de la complejidad de la política que no se creen a la altura de comprender los engranajes de la sociedad, no es necesario tener un conocimiento de todos los sucesos para dar nuestra opinión como ciudadano, ahí se pone a prueba el alcance real de las democracias que nos gobiernan.
Cuantos nos indignamos al enterarnos de muertes innecesarias, violaciones impunes, corruptos en libertad y guerras planeadas para luego no mover un dedo y seguir igual que antes.Si crees que el sistema no te representa debes luchar por cambiarlo, no a través de partidos políticos que están enquistados en un cúmulo de mentiras, se puede cambiar desde abajo simplemente concienciando a tus conocidos de la importancia que tienen muchos de los temas que nos rodean.
Cada nueva generación ha asumido que había algo que no les gustaba y han logrado cambiar cuanto han podido, sea el fin de la esclavitud, los derechos civiles o la libertad moral. Nuestra generación es la más preparada y la más castigada, nuestro reto es abrir los ojos para democratizar el sistema, acercar la política a nuestras vidas mediante diferentes formas de actuar, podemos exigir: transparencia, limitación de mandatos, justicia eficaz, impuestos a la especulación, huchas sociales, cambio real del modelo energético, confianza en la inteligencia del pueblo para votar en lo que nos concierne; en definitiva adueñarnos de nuestro futuro para no regalárselo a quiénes lo venden al mejor postor.
Apoyar estas medidas significa alentar el progreso por el buen camino, no más neoliberalismo globalizado que solo beneficia empresas y oligarcas, claro que podemos abrirnos al mundo y algún día ser realmente una única comunidad, pero para el bienestar de la gente no solo para el de las economías.
Por favor, indignaros ante la injusticia, usemos nuestras herramientas contra el establishment, dejemos de ser maníquies y rompamos el escaparate de una vez; y es que tener espíritu crítico a pesar de lo que dicen no significa negatividad sino progreso en sociedad.
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Política actual (Teoría y Praxis)
Non-FictionMi más humilde opinión sobre el panorama político del momento. Sin filtros. Luchando por un mundo mejor en el frente de la cultura, la primera víctima siempre es la verdad.
