Laiden: ¡Que Viva La Reina!

1.5

La señora Carthen apenas y podía con su inquietud, revolvía papeles dentro del tercer cajón del escritorio como si buscase algo ¡Y claro que lo hacía!

Era promordial, importantisimo, de vida o muerte. Le quedaba poco tiempo.

Con un manotazo cerró la gaveta, tirando de la siguiente mientras mechones de su cabello castaño salían apresurados del moño para caerle en la nariz, provocando un estornudo que sacudió varios papeles.

-Disculpe -murmuró una voz sobresaltandola, rápidamente acomodó el escritorio y su ropa y embozo una sonrisa titubeante.

-¿Si? -dijo, notando que eran dos jóvenes los que le hablaban y no Stacy- ¿En que puedo ayudarles?

-Pues... nos dijeron que teníamos que venir a recoger las llaves.

Carthen observó curiosa a los sujetos. El primero vestía una camisa de botones que tambaleaba entre lo formal y lo común, junto a un par de pantalones negros y botas marrón, los ojos gris miel la taladraban de una forma que ella solo había visto muy pocas personas, instandola a no meterse con él; el segundo en cambio parecía más amable, apoyando ambas manos en el escritorio de manera nerviosa y tratando de que su cabello rubio no le cubriera los ojos.

-¿Volvieron a perderlas? Dioses, les he dicho miles de veces que no las dejen dentro, no puedo estarles prestando las copias cada vez que ven a una niña bonita y su cerebro se va a dormir; si Stacy se llega a enterar, seguro que los deja sin pastel el viernes...

-No, disculpe nosotros...

-... aunque también puede que quieran hacer alguna broma, nunca los había visto en las residencias antes ¿es a alguien del equipo? Porque si es así,  tengo una lista ordenada de quien se merece más salir con el cabello teñido de rosa. ¿Pero porque siempre es ese color? Creo que seria mejor un rojo o verde, o pintarles la cara con tinta ¿ustedes que opinan?

-No... -Needle miró anonadado como la mujer les entragaba un trozo de papel con mas de treinta nombres. ¿Así eran todos los humanos?

-Escuche -Está vez fue Laiden el que le llamó la atención, quitandole la lista- sólo queremos las llaves de nuestras habitaciones.

-Ya, esta bien, cero bromas ¿Cuales son sus nombre?

-Laiden Arwen y Needle Carlan.

-Si, si Laiden... -La señora Carthen abrió los ojos de manera desmesurada al comprender quienes eran. Por un segundo no hizo más que intercambiar la mirada de ellos a las maletas del piso, luego al folder con documentos que sostenía el de cabello azabache, como si eso lo explicara todo- Oh, son los nuevos.

-Si.

Su sonrisa se ensanchó aún más.

-¡Porque no lo dijeron antes! Pasen esos documentos para ver sus nombres. Deben estar cansados ¿De afuera de las murallas? Casi ocho horas de viajes ¿fue muy pesado? ¿que les ha parecido la ciudad?

-Muy colorida -respondió el rubio, olvidando los nervios- casi no hemos podido ver nada, pero me gusta el cambio de aires.

-Magnífico, cuando puedan vayan a la Bek'eli, se los recomiendo -dió un vistazo a los papeles, luego asintió como si entendiera algo y los dejó sobre el escritorio para que mas tarde Stacy, la recepcionista, los revisara-. Aquí están sus llaves y horario... he ¿Que carrera estudian?

-Ciencias Avanzadas, me dijeron que esta era la mejor Universidad de Kerrah para estudiarlo. Laiden está en Artes Plásticas.

A la mujer le costó un segundo recordar que Laiden era el moreno y otro más en comprender que él era un artista; le veía más cara de abogado gruñón o jugador de poker. Aun así le entregó las llaves con gesto animado.