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Me quede sentada en el borde de la cama impaciente y aún bastante nerviosa. La cama era cómoda y algo grande; menos mal. Comencé a dar golpecitos en el suelo con el bastón esperando a que aquel misterioso chico llegará.
Cogí la almohada a mi lado y la olí -(es una manía que tenía de hacerlo)- Olía a perfume de hombre y estaba segurísima que era de aquel chico que había estado acostado aquí. Suspiré y volví a acomodar la almohada como pude.
- Llegué. -Escuche como la puerta se abría y el chico hablaba. Me moví incómoda en la cama.
- ¿Qué ha pasado, entonces? -Le preguntó, tratando de sonar casual y sin nervios.
- Estaba en lo cierto, me estaban buscando. Seré tu ayudante, por cierto. Todos los pacientes aquí tienen uno. -Dice y suspiró.
- Oh, bueno. Mi nombre es Kendall, por cierto. -Le digo y presiono mis labios en una pequeña sonrisa incómoda.
- Lindo nombre. Yo soy Isaac. -Me dice y sonrió.
- ¿Me explicarás como serán las cosas aquí? Por qué estoy segura de que no será como un hotel. -Digo.
Lo siento acercarse y sentarse quizás en una silla de al frente de mi.
- A las 8 y media de la mañana es el desayuno, aquí estaré media hora antes ayudándote a preparar, obviamente; bajaríamos a desayunar. Luego podrás ir al patio, o volver a tu habitación pero indicando tu tratamiento a las 4 y media los médicos vendrán a buscarte.
Me dice y no evito sentirme más nerviosa. El tratamiento consistirá con médicos. Bueno, era obvio pero yo sólo pensé que ellos me enseñarían a como salir adelante siendo ciega.
- No te preocupes, yo estaré siempre presente en las visitas de los médicos. Podremos ser amigos y puedes confiar en mi, Kendall. -Dice cogiendo mi mano desprevenidamente.
Me sobresalto y saco mi mano de su agarre bruscamente.
- Um, lo siento. -Digo rápidamente. No quería que lo tomará mal pues no me lo esperaba.
- No hay problema, se que puede ser difícil. -Dice y suspiró asintiendo.
- ¿Cuales son los días de visita? -Le preguntó pues moría de ganas por saber cuando podría pasar tiempo con Justin.
El se ríe levemente. Tiene una risa encantadora y pegajosa.
- Los sábados y sólo podrán venir 3 personas cada sábado. -Dice y asiento.
- ¿Qué hora es? -Le preguntó.
- Las seis y media de la tarde, ¿quieres comer algo o quizás ir al patio?
Me ofrece y lo pienso. No tenía hambre pero si quería tomar algo de aire fresco.
- Me apunto a ir al patio. -Le digo y vuelvo a escuchar su risa.
- Voy a coger tu mano. -Me dice antes de hacerlo, asiento y el pone mi mano en su antebrazo.
Al llegar al patio, el me ayuda a sentarme en un banco; lo podía sentir sentado a mi lado.
- ¿Podrías describirme el lugar? -Le preguntó.
- Hay flores de todos los colores a un lado de nosotros. Hay bancos blancos que alumbran y hacen ver mejor los alrededores y al fondo hay una gran fuente donde ahora mismo se encuentran dos parajes bañándose y bebiendo agua. El sol ha bajado y el cielo se ha tornado de tres colores; rosa, azul y amarillo. -Dice y sonrió imaginándome lo poco que puedo recordar.
Cuando al tratar de recordar como se vería una fuente, me alarmé.
- ¿Kendall? ¿Te encuentras bien? -Dice, debo de tener la cara pálida.
- Estoy perdiendo mis recuerdos, no puedo acordarme de como se ve una fuente; es borroso. -Digo con la voz quebrada.
El coge mis manos y las apreta. Me dice que cuente del uno al diez y eso hago, lo repito y mi respiración vuelve a la normalidad.
- Estas llegando a la etapa en la que comienzas a perder tus recuerdos. Es así, Kendall. Luego de que pase más tiempo no podrás recordar ni de que color es algo, pero linda, estarás bien. -Dice mientras rodea su brazo en mi hombro.
- Odio haberme quedado ciega. -Le digo sincera, el suspira a mi lado.
- Siento mucho lo que paso, pequeña. -Dice, el sabía lo que me había pasado; era obvio.
Eso era lo primero que había tenido que decir al llenar el documento de solicitación para entrar aquí.
- Necesito descansar. -Digo parándome con la ayuda del bastón.
Vuelvo a sentir el brazo de Isaac en mi mano y me conduce hasta mi dormitorio.
Allí me dice que mi ropa la han acomodado en los gabinetes, mañana el me ayudaría a ponerlas y para que yo pueda saber donde están así que están encima de la mesa. Me dice que tenga buenas noches y que mañana temprano vendría a ayudarme. Le agradezco por hoy y se va.
Me acercó hasta la mesa como puedo y con mis manos comienzo a tocar la ropa, está doblada y completamente lisa.
Hay una nota en un montón de camisetas, suelto el bastón a un lado y cojo la nota; esta escrita en braille -(es para ciegos)- paso mis dedos por ella para leerla y sonrió al leerla.
" Tienes 5 camisetas mías con mi perfume, para que duermas mejor. Cuando vaya a visitarte traerme más. Recuerda que te quiero y no preguntes como aprendí el braille. Te quiero mucho, mi amor. "
Me despojo de mi ropa y rápidamente me pongo una de las camisas que Justin ha dejado, sonrió al olerla y rápidamente recordarme a Justin.
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Siento por el capítulo corto. Me gustaría agradecerle por los que leen esta novela cada día que subo algún capítulo. Muchísimas gracias.
Los comentarios y votos jamás están de más, pueden comentar y opinar acerca de lo que piensan de la novela y de como va hasta ahora pues eso me sirve de motivación a seguirla.
No la haré muy larga pues tengo otras ideas que posiblemente pueda usarlas así que ustedes están más que bienvenidas a continuar leyendo lo que escribo.
¡Muchas gracias!
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My Light ➳ j.b
Fiksi Penggemar— “¿Cuál es tu miedo?” — El me pregunta. — “La oscuridad. Irónico por qué vivo en ella.” — Le contestó.