Regalada al Mafioso [10]

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MALCOM

Me separe bruscamente de ella al sentir un dolor insoportable en la cabeza, el dolor cada vez se hacia más intenso y tuve que agarrarme la cabeza y cerrar los ojos.

El dolor cada vez se hacia más y  más fuerte, mi respiración estaba agitada y comencé a recordar...

FLASHBACK

— Me encantan tus ojos, me hacen recordar el cielo cada vez que los veo —dijo la niña que estaba en frente mio.

No podía ver su rostro claramente.

—También me encantan los tuyos —le dije sonrojado.

Ella me dio un rápido beso en la mejilla y se fue corriendo. Me quede quieto en mi lugar asimilando lo que acababa de pasar.

FIN FLASHBACK

Desconcertado me dejé caer en el piso. Emma me miraba con miedo y con preocupación a la misma vez.

— ¿Estás bien? —no le contesté.

Esos hermosos ojos no los podía olvidar. Esa niña, su rostro, debo recordarlo. No podía olvidarme de ella.

Quería recordarla, anhelaba recordarla, pero por alguna razón mi mente no lo hacia. Lo unico que podía recordar eran sus ojos, sus muy hermosos ojos.

Mi dolor de cabeza iba desapareciendo, mi respiración estaba con normalidad. Pero me encontraba muy confundido.

Miré a Emma de reojo que aún seguía viéndome con preocupación. —Me iré a dormir. —Le hice saber.

Me puse de pie y camine hasta la habitación.

Me puse a pensar antes de perderla de vista.

¿Qué había hecho?

La había asustado tanto que tenía miedo de que huyera mientras dormía.

Pero estoy seguro que no lo haría.

EMMA.

Me dió una última mirada y cerró la puerta. Deje salir todo el aire que tenia retenido y me deje caer en el suelo, escondí mi cabeza entre mis piernas.

Miles de preguntas comenzaron a formularse en mi cabeza, lo peor de todo, no tenia respuestas.

Tenia algo claro, no me iría de su lado. Aunque mi mente no estaba sastifecha por mi decisión, mi cuerpo  decía lo contrario, al igual que mi corazón.

Creó que su compañía no es tan mala, aunque sea malditamente frío aveces conmigo no me importa, quiero ayudarlo, pero no se en que lo voy a ayudar.

Juzgarlo a la primera no fue una buena acción de parte mía, si hubiera sido otra persona ya me hubiera hecho daño a la primera, pero el no lo había hecho, ninguna persona estaría tan loca como para presentarme a su familia. El ni siquiera me había tocado en estos días, y sólo lo a hecho para besarme.

Sus besos, la forma en que lo hace me encanta, mucho más que eso, su forma suave y lenta hace que mi cuerpo se aceleré.

Mi padre siempre me enseñó a no juzgar a las personas a primera vista, siempre me decía que les diera una oportunidad, que tal vez esa persona resultaría diferente a como se veía. Juzgue a Malcom a la primera, por sus palabras y por sus acciones, al principio tenia medio porque no sabia que esperar de él, ya ha pasado más tiempo y ahora todo es diferente. Aunque aveces sea malditamente frio conmigo, no me importa, con el tiempo todo cambiará.

Aleje todos mis pensamientos y fui a cerrar las puertas del balcón, me encargué de apagar las luces para después ir a la habitación. Malcom se encontraba dormido boca abajo con solo la mitad de la sabana cubriendolo, busque mi pijama y me cambié en el baño.

Con cuidado de no despertarlo me metí en la cama, me cubrí con la sabana y me dispuse a dormir. Sentí como Malcom se removía en la cama, sentí su respiración en mi cuello y me tense, su brazo paso alrededor de mi cintura y me apego hacia él.

Mi corazón latía con fuerza, sin saber como actuar me relajé y me deje llevar. No paso mucho tiempo para que me durmiera.

~*~

Desperté por el calor intenso que hacia, estaba sudando y necesitaría una ducha rápido. Salí de cama y me dispuse a buscar a Malcom.

—¿Malcom estas ahí? —pregunte a la misma vez que daba pequeños golpes en la puerta del baño.

La puerta se abrió y Malcom solo traía una toalla alrededor de su cintura. Para no caer en la tentación tuve que subir mi cabeza para no mirarlo. Dignidad ante todo.

—¿Que pasa, Emma?.

—Nada, es solo que pensé que no estabas. Necesito ducharme, estoy sudando por el calor y no me gusta esta sensación pegajosa.

—Cuando termines iremos a desayunar a la alberca, después daremos una vuelta. 

—Esta bien. Estaré lista en menos de media hora. —El asintio y se dirigió a la habitación.

Me di un refrescante baño y me vestí con ropa fresca.

Busque como recogerme el cabello y ya estaba lista.

Hoy sin duda es de esos días en donde Malcom se comporta muy bipolar, de seguro tendrá un cambio en su personalidad muy pronto.

Regalada Al MafiosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora