002 ┃ verde.

450 75 19
                                    

Pasé los demás días del viaje yendo directo al campo de girasoles nada más empezaba nuestro tiempo libre, siempre esperando encontrarme con Dylan y siempre acertando, divisándolo a lo lejos, acariciando las flores, hablando con ellas o corriendo s...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasé los demás días del viaje yendo directo al campo de girasoles nada más empezaba nuestro tiempo libre, siempre esperando encontrarme con Dylan y siempre acertando, divisándolo a lo lejos, acariciando las flores, hablando con ellas o corriendo sin un destino fijo, al menos hasta que me veía, pues en ese momento sus pies iban directos a mi sin ninguna distracción.

El último día me planteé seriamente quedarme con él; no volver a casa. Luego recordé que echaría mucho de menos a mis padres y a mi hermana, además de todas mis cosas que aún estaban en mi habitación, y no podía abandonarlos así como así.

—¿Entonces te vas?

—Supongo.

—Pero vas a volver— me miró esperanzado, aparentando certeza en sus palabras pero necesitando de mi confirmación para asegurarse—. ¿Verdad?

—No lo sé, yo vivo muy lejos de aquí.

—¿Como de lejos?

—Muy, muy lejos. A más de cien metros incluso.

—¿D-De cien?

—Puede que hasta mil.

—...

—...

—...

—...

—¿No voy a volver a verte?

—Yo nunca dije eso— sonreí, adoptando la posición madura como el mayor de los dos que era. Sí, al parecer el chico era un año menor que yo, y de vez en cuando lo hacía notar llamándome Tom, aunque debido a su despistada cabeza, eran menos que más veces que lo hacía—. Solo que quizás tarde bastante, tendré que sacar mi licencia de conducir.

—¿Y cuándo la podrás sacar?

—Cuando sea mayor.

—¿Cuándo seas tan alto como estos girasoles?

—Incluso más.

—Prométemelo— pidió, aunque sonó más como una enfurruñada exigencia—. Promete que cuando seas mas alto que estos girasoles vendrás a verme.

—Lo prometo si tú prometes que estarás aquí esperándome.

Levantó su meñique cogiendo mi mano y elevando el mío propio, para seguidamente entrelazarlos y terminar uniendo nuestros pulgares.

—Ahora no puedes incumplir tus palabras o te saldrán babosas por la boca.

—Tu tampoco, o se te caerá el pelo y te volverás verde.

—No me importaría volverme verde, es mi color preferido— declaró con una sonrisa.

—¿Pero a que no te gustaría quedarte sin pelo?— negó apresuradamente, llevando las manos a su cabeza de forma inconsciente para asegurar que su cabellera siguiera intacta—. Pues entonces no rompas la promesa.

—No lo haré.

—Yo tampoco— sonreí y me puse de pie, sabiendo que hiciera lo que hiciese llegaría tarde, al menos veinte minutos después del toque de queda, pero no me importaba. Cualquier castigo merecía la pena solo por disfrutar un minuto más con el castaño—. Por cierto— le sonreí abiertamente, de esa forma que tanto me había acomplejado tiempo atrás pero que él me había hecho saber que le encantaba, que era "guay"—. Mi color preferido también es el verde.

COLORS  적응! ー dylmas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora