El Mejor Sueño De Todos

Capitulo 3: No quiero perderte.

-¿Qué?- Fue lo único que pude decir ante tal confesión. ¿Qué lo preocupé? ¿Esta bien lo que escuché? Bueno, sería obvio que lo preocupara, tal vez no sabia donde estaba y pensaria que me tenían preso, que pudiera revelar información sobre la liga, si ahora ya todo tiene sentido.

-Lo que escuchaste Idiota, me preocupaste...- Su sonrisa se borró poco a poco al mismo tiempo que bajaba la mirada. -Creí que habías muerto y me asusté.- Parecia que quería llorar, pero solo se limitó a tomar mi mano, yo estaba muy confundido y sorprendido a la vez.

Esperen... ¿De verdad este es Shigaraki? ¿Este es el estúpido lider que tenemos? ¿Desde cuando le asustan ese tipo de cosas? No estoy entendiendo nada, mucho menos cuando tomó mi mano y se acercó a mi, más de lo debido.

-No quiero perderte...-

¡ESTO YA ES MUCHO PARA MI!
No puede hacer nada más que desviar la mirada obviamente bastante sonrojado por la situación, su cercanía me esta poniendo muy nervioso, tanto que temia que mis manos comenzaran a sudar.

-¿Te sientes bien? ¿A caso esto es una broma?- Pregunté al mismo tiempo que me soltaba de su agarre. -No es gracioso Shigaraki.-

-No es una broma Dabi, lo digo muy en serio, no quiero separarme de ti, no te volveré a dejar solo...- Su rostro comenzaba a entristecerse, volvió a la misma posición de antes.

-¿Por que?- Volvi a preguntar, levanté la mirada para verle, de verdad parecia triste.

—Por que...bueno por que me...— Un fuerte golpe lo interrumpió, era la puerta abriéndose y la misma rubia entrando igual de alegre, ahora ese rostro pasó de estar triste a estar enojado.
Levanté la mirada para poder ver a la rubia y su estúpida sonrisa.

-Ya pasó mucho tiempo, ahora es mi turno de visitar al enfermo.- Comentó en un tono infantil, como siempre. - A-mar-ga-do-kuun me dijeron los doctores que ya podias salir de aqui...- Ahh, de verdad me molesta su voz.

-¿Cómo sabes eso? A cabo de despertar, eso es prácticamente imposible.- La rubia solo sonrió y dirigió la mirada a Shigaraki, como si tramaran algo.

-Es verdad, olvidé comentarte, nos vamos.- Me dijo Shigaraki muy tranquilo mientras se rasguñaba el cuello como era de esperarse.

-¿Nos vamos? ¿Cómo es...- De pronto un portal hecho por Kurogiri apareció frente a mi camilla del cual podia ver a Twice esperando del otro lado, saludando. Solté un pesado suspiro, era una estupidez hacer esto pero era mejor que estar en este cuarto aburrido por no se cuanto tiempo. Me quité la aguja del suero que había en mi brazo y la de sangre sin mucho cuidado, seguido de esto me puse de pie torpemente, casi caigo si no fuese porque Shigaraki me tomó del brazo después me ayudó a atravesar, en cuestion de segundos me encontraba en el bar, Twice se me acercó y me dio mi ropa. A paso lento la tomé y me dirigí a un lugar más privado, el baño por ejemplo, solo ahí pude quitarme esa estúpida bata de hospital y noté esa gran marca en mi abdomen, una cicatriz al parecer ya estaba a poco de sanar por completo, si nl la cuidaba bien podria infectarse, busqué el botiquín que había en el baño y saqué algunas gasas y vendas, en cuestión de segundos habia vendado mi abdomen y terminé de ponerme mi ropa de siempre, limpié la sangre que había salido de mi brazo y ya habia secado, minutos después salí, caminé hacia el bar donde había dejado a todos pero solo estaba Shigaraki, me tomó del brazo y me sacó de ahí.

Ahora me encontraba caminando por la calle a un paso apresurado, nuevamente no entendia nada pero me detuve de golpe lo cual a Shigaraki le sorprendió.

—¿A dónde me llevas?— Dije con la mirada fija en mis zapatos.

—A mi lugar privado.— Contestó y volvió a jalar mi brazo obligándome a caminar, no tenia la energía suficiente, ni si quiera había comido nada y tenia muchl sueño.
Íbamos a su lugar privado... ¿A su departamento quizás? No quise preguntarle directamente asi que sólo segui caminando.

Después de entrar y caminar de callejón en callejón llegamos a una pequeña casa, no llamaba mucho la atención además de que estaba alejada de la sociedad, todo era muy tranquilo ahí, maldito Shigaraki, por su culpa caminé mucho, ya no podia dar otro paso más y el lo notó, por lo que trató de caminar mas lento.

—Lo siento por traerte hasta aqui caminando, pero nadie sabe de este lugar así que te pido que guardes el secreto...—

—No te preocupes...— Respondí.
Me ayudó a caminar hasta la puerta de aquella casa, abrió la puerta y me llevó hasta el sofá para que pudiera sentarme. —Tengo hambre.— No pude evitar callarlo mas, mi estómago rugia hambriento como si fuera un león.

—Oh, bueno ya prepararé algo para que comas, tu solo recuestate en el sofá.— Dicho esto se fue directamente a la cocina. Le tomé la palabra y me recosté, cerré mis ojos y en cuestión de segundos me hallaba durmiendo tranquilamente, hasta que sentí un picoteo en mi hombro, abri mis ojos dandome cuenta de que era Shigaraki.

—Ya esta la cena servida.— Me ayudó a ponerme de pie, caminar hasta la mesa y sentarme en la silla que estaba frente a ella. Sobre la mesa habia un plato con sopa de fideo caliente junto a un vaso de agua de fruta, sin esperar más comencé a comer, el solo se limitó a observarme.

—Por que me gustas.— Finalmente habló con una ligera sonrisa formada en sus labios azules...

—¿Qué?— ¿Ahora que estaba diciendo? Solté la cuchara debido a la sorpresa. Su sonrisa se borró al ver mi acto, no es mi culpa que el dijera algo como eso asi sin más.

—Lo que me preguntaste en el hospital y ya no pude responder, me gustas.—