En teoría, la vida de Terra debería de ser más fácil ahora. Su hermano kanima ya no está, tiene a los mejores amigos del mundo e Isaac está enamorado de ella. Sin embargo, su vida perfecta está a punto de tambalearse.
El pasado ha regresado por ell...
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Terra abrió su casillero. Detrás de ella, Lydia parloteaba con Allison sobre unos chicos nuevos que a Terra no le importaban. Su mente estaba pensando en Jackson. No la había llamado desde que se había ido a Londres. No que le importara realmente pero... extrañaba a su hermano. Lo extrañaba muchísimo. Nunca lo admitiría, y nunca sería ella la que lo llamase primero, pero era raro no caminar por los pasillos con él. No se había dado cuenta de cuánto le hacía falta hasta que había regresado a la escuela y entendió que Jackson ya no estaba ahí para ella.
Sacó su libro de francés, y una nota se deslizó hasta el suelo. Terra frunció el ceño, agachándose para recogerla. La abrió con sus dedos, conteniendo la respiración cuando detectó el aroma. Era el perfume favorito de Brandon.
Tragó saliva, y la leyó. Era su letra.
"Hola, Terra Grace. Te veías realmente sexy esta mañana, con tu labial rojo. ¿Te he dicho que me encantan tus labios rojos? Las cosas que solían hacerme esos labios... Los extraño. Te extraño. Qué suerte que nos veremos más pronto de lo que crees. Con amor, Brandon xx"
Cuando la terminó de leer, la carta se le cayó. Estaba petrificada. No. No podía ser cierto. No podía estar ahí...
—¿Terra? ¿Estás bien? —preguntó Lydia, preocupada. Terra ni siquiera parpadeó. Allison se agachó a recoger la carta y cuando la terminó de leer, se la pasó a Lydia con una expresión sombría.
En ese momento, las puertas de la preparatoria se abrieron, y Brandon Davis entró. Lucía tan seguro de sí mismo. Sabía que era atractivo y no tenía pena en usarlo a su ventaja, con sus azules que Terra tanto adoraba antes.
Varios chicos y chicas se acercaron a saludarlo. Brandon solía ser popular cuando estudiaba ahí. De muchas maneras, se parecía a Terra.
Terra quería gritar. Quería correr. Quería moverse, hacer algo, pero estaba petrificada. Su mente aun no comprendía que el peligro era real. La mirada de Lydia fue hacia donde Terra estaba viendo, y frunció los puños en cuanto notó lo mismo que Terra. Brandon estaba ahí.
—¿Ese es el ex novio? —preguntó Allison, entrecerrando los ojos. Como si la hubiese escuchado, Brandon volteó a ver fijamente a Terra en ese momento.
La estaba viendo. Estaba ahí. Él estaba...
Brandon le guiñó el ojo, antes de regresar su vista a la chica con la que estaba hablando.
—No es cierto —jadeó Terra, sin poder respirar. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sus rodillas comenzaron a fallarle—. No es cierto, no es cierto. No está pasando, no...
Se sentía como miles de abejas atacando su estómago. Se sentía como estar a punto de ser atropellada y no poder moverte. La sangre se acumuló en sus oídos. Dejó de escuchar a sus compañeros y solamente escuchaba un zumbido. Sentía que su corazón iba a salírsele del pecho en cualquier momento.
