41.- A base de mentiras

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Este día hay demasiadas cosas por hacer este día pero cuando Marian me pidió de favor que la llevara con Kate no pude negarme, sé que Kate la necesita, ambas se necesitan más de lo que su ego es capaz de admitir.   

Nos fue bien, sigue siendo y seguirá siendo difícil adaptarnos pero cada vez lo hacemos mejor, además no queríamos arruinar este día, es muy importante para todos. Kate se fue mucho más feliz pero ahora quién me preocupa es Marian, en todo el camino a la agencia no paro de hablar de posibles escenarios en los que ella comete un error frente a todos los empleados, está nerviosa pero yo le dije que no era necesario hacer una ceremonia de presentación, claro que quien insistió en que era necesario fue su padre.

En síntesis no fue tan malo porque gracias a esto hice la oportunidad de verla todos los días, nuestra relación va creciendo de a poco. Marian no es difícil de querer y ahora que nos hemos enfocado a nuestro trabajo no hemos tenido insinuar que quiera terminar con lo que tenemos, por lo menos por esa parte estoy tranquilo.

Aunque lo que me molesta ahora es que su padre la domina demasiado, me di cuenta cuando no le puso ningún pero acerca del evento de hoy z lo acepto sin más, yo entiendo que así la educaron pero no debería hacer algo que la haga sentir incómoda y tampoco entiendo a sus padres, insisten en que sea independiente pero quieren controlar cada paso que da —literalmente, si padre le enseño a caminar para proyectar seguridad—, debe ser un tormento tener que soportarlo todo el día.

—Marian ya deja de dar vueltas, vas a hacer que se me revuelva el estómago —desde que entró a mi oficina no ha parado, si continúa así le hará un hoyo al suelo y va a provocar que me dé dolor de cabeza por escuchar el sonido de sus zapatos contra el mármol del piso—. Has estado ensayando varios días, nada te puede salir mal.

No dejaré que nada pase, ella es quién manda aquí, le pese a quien le pese ella ahora también es dueña de todo esto.

—Estoy bastante alterada —dice deteniéndose junto a la ventana—. No entiendo cómo lo hacen los presentadores de televisión, quiero que por favor le digas a Melissa que me de unos consejos —lo haría si Melissa saliera en televisión.

Hace unos días les tocó encontrarse de nuevo y después de hablar como gente civilizada parece que se llevan mejor, mi mamá influyó demasiado en eso, ninguna de las dos quería quedar mal y se trataron con respeto, en el proceso de ser civilizadas terminaron por hacerse amigas.

No hay manera en la que yo pueda entender a esas tres mujeres, por suerte hoy solo tengo que lidiar con dos de ellas.

—Hija, Jonathan, ¿ya están listos? —nos pregunta el padre de Marian entrando sin tocar— Por lo menos me hicieron casó en cuanto a la vestimenta, te ves hermosa mi vida. Excelente traje Jonathan —lo mismo dijo su sastre, porque me llevo a hacerme un traje a la medida, no dejo que simplemente fuera a escoger uno, insistió que era una ocasión especial y que debía verme a la altura de la belleza de su hija.

—Papá, ¿por qué tengo que hacer esto? —por fin empieza a quejarse— Parezco una niña vestida de secretaria, no se si sea capaz proyectar lo que quieres —de niña no tiene nada y he visto a muchas secretarias pero ninguna con un vestido tan caro, mucho menos con ese diseño, ese escote en la espalda no es lo apropiado para la oficina, el blazer que lleva encima lo cubre bien.  

—Marian tienes que hacerlo porque afuera están todos tus… No, perdón sus empleados y los están esperando —nos hace señas para que nos demos prisa, me levanto de mi asiento para darle aunque sea un poco de ánimos a Marian. 

—Marian yo voy a estar a tu lado todo el tiempo —ver si se relaja un poquito—. Tú solo tienes que pararte a mi lado sonreír y saludar.

La única vez que le levantó la voz a su padre fue porque le dijo algo parecido —sólo quédate quieta, igual que una planta si no te apetece decir nada—, y ella le pidió que no la tratara como una estúpida que solo servía para eso y a mi no me dice nada. Quiero que ella me diga algo, que reaccioné, si es necesario que me insulte pero no soporto verla tan dócil. Quiero que sea la rebelde que conocí, de la cual voy a enamorarme.

Destino [Saga Amores Incesantes #1] || Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora