Destino [Saga Amores Incesantes #1] || Completa

40.- Otro pedacito de mi corazón

Hace dos meses quería que el tiempo pasara muy rápido para poder comenzar de nuevo y ahora que llego el día que estaba esperando sólo me apetece que el tiempo se detenga eternamente, no quiero que siga avanzando porque después mi vida va a cambiar, todo será distinto. 

Salgo de mi vestidor para mirarme en el espejo pero en lugar de enfocarme en mi solo miro el arreglo de rosas amarillas que Marian me envió, mamá me lo dejo ahí porque yo no quería ni verlo, no después de leer la nota que me envió.

Lamento no poder ir contigo pero tenemos un reunión en la empresa.
Te deseo suerte, con todo mi amor.
Marian.

Casualmente mi tío organizo una reunión en al empresa el mismo día de mi graduación, me sorprende que lo hiciera, desde aquella cena las cosas están raras pero eso no me importa yo siempre imaginé que estarían a mi lado, incluso si en el paquete Jonathan venía incluido, me hice a esa pero ahora ni eso tendré. 

—Kate, ya es hora —me dice mi madre desde la puerta.

Salgo de mi trance y por fin veo mi reflejo, me veo justo como quería, como soñé pero no me siento de esa manera, si estoy feliz pero no al cien por ciento dichosa, incluso me siento un poco vacía y sola.

—Vamos —asiente, tengo que hacer esto, la vida no se detiene porque ella no está aquí. 

—Estas preciosa, ese color era… —viene a darme un abrazo, en ocasiones siento que al igual que el señor Adrián ella busca algo más en mi rostro— es el que mejor te queda, vámonos se hará tarde —se adelanta a mi y baja las escaleras con rapidez, los zapatos no me permiten hacer lo mismo.

Cuando llegó de nuevo alguien más capta mi atención, en la puerta hay una sorpresa que no esperaba pero que es la mejor que pudieron darme.

—¿Marian? —asiente y me sonríe, por supuesto que es ella— ¿No se supone que tenías una reunión?

Las rosas siendo mis favoritas me parecieron horribles pero estando ella aquí todo me parece maravilloso.

—Si pero Jonathan la pudo retrasar unos minutos solo vine a desearte buena suerte y darte un abrazo —y así lo hizo se lanzó a mis brazos con fuerza—. De verdad lamento no poder estar ahí pero tengo que hacer esto. Tenemos mucho tiempo para celebrar.

No lo tenemos, no hay tiempo, solo me queda una fecha más para ser felices juntas y después me iré. Ella se quedará para ser feliz con Jonathan. Los dos tendrán lo que merecen, un ambiente propicio para que encuentren la felicidad, yo no estaré rondando sobre ellos como un fantasma y viceversa.

—Te ves bien —es Jonathan desde la puerta—. Felicidades me enteré del diploma, sé que has trabajado mucho.

—Gracias lo del diploma también fue una sorpresa —solo esperó que me digan que lo de la empresa es una maldita broma y que me acompañaran—, una muy agradable, ustedes también lucen increíbles. 

Ambos coordinados. Jonathan lleva un traje negro que le queda a la medida y Marian está usando un vestido negro ajustado y que le llega por debajo de las rodillas, todo esto complementado con muy hermoso con un blazer negro. Se ven preciosos, como muñequitos de pastel y puedo notar que ya han empezado a tomar confianza, Marian va hacia él sin que se lo pida y él la abraza por la cintura le susurra cosas al oído. Se ven tan adorables que si fueran otras personas les animaría para seguir adelante y ni separarse pero sin ellos, si tan solo no los amara tanto todo sería muy diferente.

—Quiero que los empleados me respeten y papá dijo que esto era lo mejor para mi edad y el puesto que voy a desarrollar en la empresa —Jonathan la tiene todavía agarrada de la cintura, quiero pero no puedo dejar de mirarlos.