Esa noche JiHoon se quedó pensando en las palabras de su papá cuando se fue a dormir, las imágenes de los niños y los voluntarios se repetía en su mente, él era afortunado, dormía en su habitación, su cuerpo estaba sano, pero las condiciones de muchos otros niños de su edad o menores no era la misma, prácticamente vivían en un hospital, donde compartían su habitación con otros pequeños, no podían salir a jugar a la calle como él lo hacía.
Se sentía culpable al tener tanta felicidad y no compartirla con otros.
Porque quizás él también tenía esa llave mágica.
Se levantó de la cama, encendió la luz y se paró frente al espejo, apretó sus labios intentando sonreír pero más bien parecía una mueca extraña a pesar de que los agujeros de sus mejillas estaban marcados, separó los labios, enseñando sus dientes con las comisuras elevadas, sus ojos se achicaron cuando rió, le parecía gracioso lo que estaba haciendo.
No sabía si su sonrisa tenía algo especial como la llave mágica de la que le había hablado su papá pero quería comprobarlo por él mismo.
A los quince años le rogó a su papá entrar de voluntario en el hospital infantil donde trabajaba, el señor ya le había explicado que podía hacerlo recién a los dieciséis años pero fue tanta la insistencia que no le quedó otro remedio que hablar con el encargado de voluntariado, Lee SeokMin, un estudiante universitario cursando su cuarto año de medicina, quien ocupaba su tiempo de descanso haciendo reír a los pequeños, al iniciar las vacaciones le dio un día de prueba al hijo del doctor Lee.
Estarían pendientes de JiHoon, ya que quizás no podría lograrlo, incluso para algunos adultos era chocante ver la realidad de los pequeños, se colocaban a llorar o simplemente se paralizaban haciendo sentir mal a los niños, como si no fuesen normales.
Había que estar emocional y psicológicamente preparado y muchas personas que deseaban ayudar no conocían ese punto.
A los niños no les servía que sintieran pena por ellos, tampoco que se quedaran sin palabras, necesitaban gente que los tratara como un chico más en el mundo y hacerlos olvidar de su enfermedad por algunas horas.
Muchos creían que eso ocurriría con JiHoon, que se paralizaría al estar en una habitación con niños que padecían diferentes enfermedades terminales pero se llevaron una grata sorpresa.
La experiencia fue única para JiHoon, ni siquiera sacándose una calificación perfecta en matemáticas le hubiese dado tanta felicidad como la que lo invadió aquel día.
Saludó a las chicas del servicio de pediatría pero le terminaron asignando el sector de los chicos, con los cuales tuvo una conexión desde el primer segundo, conoció sus historias, se dio el tiempo de escucharlos y hacerlos reír con chistes básicos y quizás un poco tontos pero las carcajadas no se hacían esperar alumbrando los rostros agotados y demacrados de los pequeños.
Jugó con ellos a las adivinanzas, haciendo el verdadero payaso en medio de la sala, saltando como conejo, haciendo ruidos de elefantes y de monos, acostándose en el suelo cuando la palabra fue "Gusano".
Hizo espadas con globos, era lo único que le había salido el día anterior cuando en su casa buscó videos en internet.
Pero para los niños parecía ser lo mejor del mundo, tuvieron una lucha para rescatar al menor de la habitación; Samuel, un pequeño de ocho años que padecía leucemia.
Y entendió a la perfección por qué antes de entrar a la habitación SeokMin le dijo que pensara en un nombre divertido de payaso.
JiHoon se presentó con su nombre real y los niños lo apodaron de una manera que le sacó carcajadas a todos en el servicio.
Lo confundieron con una chica cuando vieron su adorable y pálido rostro con la punta de la nariz negra y bigotes de gato en sus mejillas dibujados con pintura.
Desde entonces JiHoon cada vez que tenía vacaciones de invierno, invertía su tiempo en dibujarse unos bigotes de gato en sus mejillas, la punta de su nariz pintada de negro, una bata blanca con diferentes dibujos animados, una pequeña boina blanca sobre su cabello rubio y su bolso lleno de juguetes, globos de colores, confeti y serpentinas para celebrar a los pequeños cuando sabían las adivinanzas, cuando ganaban las batallas con espadas de globos o cuando hacían el mejor dibujo, aunque en esta última actividad todos siempre salían ganando.
Ahora era un adolescente de diecisiete años, hace dos años que era voluntario del hospital infantil donde trabajaba su papá, conocía gran parte del personal de salud, todos con vocación y personas muy cálidas y amables.
Algo que muy pocas veces se veía.
Pero amaba saber que tenían cuidado, respeto y humanidad en tratar a los pequeños, quedándose tranquilo el resto del año, estaban en las mejores manos.
El primer día de vacaciones, se dibujó los bigotes de gato pero en lugar de pintarse la nariz se colocó una nariz roja de payaso, tomó su bolso junto a la bata y se fue al automóvil de su padre para dirigirse al hospital.
La habitación donde mayor tiempo pasaba era la B5, del lado de chicos, se había ganado el corazón de cada uno de ellos con perseverancia y humildad, hasta del chico más reservado; Lee Chan.
—Ha llegado un nuevo voluntario hoy —Comentó de pronto JeongHan, o el payaso Ángel como los niños lo llamaban, un chico de veinte años que estudiaba enfermería.
—¿Sí? —JiHoon arqueó una ceja, esperando en el pasillo mientras la enfermera de turno administraba los medicamentos intravenosos y tomaba los exámenes correspondientes.
—Tiene tú edad por lo que supe.
JiHoon miró a JeongHan, no podía tener tanta mala suerte de que fuese un compañero de clase, no era porque le avergonzaba ser voluntario, todo lo contrario, era algo de lo que orgullosamente podía presumir pero no imaginaba a nadie de su salón allí.
No era muy sociable en el instituto, se podía decir que su mejor amigo era la silla vacía que estaba a su lado.
No era alguien popular y tampoco un nerd, sus calificaciones eran decentes pero no las mejores de la clase, pasaba desapercibido para muchos, él sólo existía.
Hubo solamente una semana donde fue el tema de conversación en el instituto y la razón fue porque golpeó a un chico que se metió con su estatura, claramente no era el primero que lo hacía, pilló a JiHoon en un mal momento, además fue odiosamente repetitivo con las burlas.
JiHoon no tuvo otra opción que darle un puñetazo para callarlo.
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JiCheol ♡ c l o w n.
Romance➳ Written by GaabyKookie ♡ Hace dos años que JiHoon es voluntario en un hospital infantil con diferentes enfermedades terminales. Se sentía pleno al utilizar el tiempo de sus vacaciones de invierno en ayudar a quienes necesitaban compañía y risas. P...