A pesar de sí, empezó a dudar.
Cinder era increíblemente poderosa, y sus lacayos, Emerald y Mercury, no eran precisamente unos debiluchos. Se había hecho más poderoso, gracias a descubrir su Semblanza y a las muchas repeticiones por las que había pasado, pero no lo suficiente para enfrentarse a los tres a la vez y esperar poder ganar.
En realidad, incluso luchando solo contra Cinder no tenía la victoria asegurada. Era doloroso, pero tenía que admitirlo.
Puso la espalda contra la pared y se permitió un momento para pensar.
La situación era aún peor. Por lo que sabían todos, incluso Ozpin y su comité, Cinder Fall, si es que ese era su verdadero nombre, era una alumna como otra cualquiera. Si la atacaba él publicó, los estudiantes y el profesorado no estaría de su parte. Serían un obstáculo adicional.
Cuanto más lo pensaba, mas imposible le parecía lo que había decido hacer. Pero había intentado cientos de cosas antes, y todos habían acabado de la misma forma, en muerte y destrucción.
Tenía que intentarlo, al menos. Era su deber. Solo él podía cambiar el futuro.
Estaba tentado a pedirle ayuda al equipo RWBY, pero ya lo había hecho más de una vez. Nunca consiguió lo que quería, solo hacer que se preocuparan por su salud mental.
No quería volver a pasar por eso. Su desconfianza, que se compadecieran de él.
Volver a informar a Ozpin de lo que le había pasado, todo lo que sabía, tampoco serviría de nada.
Tenía que hacerlo solo. Aunque muriera en el intento, no moriría para siempre. Y no tendría que los cuerpos de la gente a la que más quería, el castigo por su fallo. El riesgo, considerándolo todo, era aceptable.
Miró su reflejo en la ventana. No parecía un ser humano.
—Puedo hacerlo—susurro para si—. Puedo.
Vaga por el campus en busca de su objetivo. No tardó en encontrarla. Como siempre, estaba junto a Mercury y Emerald. Esos dos bastardos eran como su sombra. Jaune se acercó, listo para desenvainar la espada en un instante. No llevaba el escudo consigo, pero no era necesario.
Se dieron cuenta de su presencia.
La mujer le miro con esos ojos fríos, tan distintos a las llamas carmesí que usaba. Como si hubiera perdido su alma hace mucho, mucho tiempo.
—Eres Cinder Fall, ¿verdad?
—Sí. ¿Qué es lo que quieres?
—El Directo Ozpin me envía.
Disfruto del breve atisbo de pánico en sus ojos. Se estaría preguntado si se había enterado de lo que tramaba, cuando ya había llegado tan lejos
—Quiere verte en su despacho—los otros se pusieron de pie. Jaune levanto una mano—A solas, no con tus compañeros.
—¿Te comento de que quería hablar?
—Sobre tus papeles de transferencia, creo. No estaba prestando atención.
Había tenido que improvisar, pero esperaba que sonara creíble. O al menos que el miedo de ver su plan desmoronarse le impidiera darse cuenta de que mentía.
—Muy bien—Cinder se levantó—, iré.
—Entraste en Beacon este mismo mes, ¿no? Puedo acompañarte sino sabes dónde está su despacho.
—No. Acompáñame, sino es una molestia.
—Por supuesto que no es una molestia—respondió, y añadió, aunque solo pensarlo le puso enfermo:—Ningún hombre sería capaz de negarle algo a una mujer tan hermosa.
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Escudriñando las tinieblas [RWBY]
FanfictionCada vez que Jaune muere en la batalla de Beacon, despierta una semana antes del festival Vytal. Solo el recuerda lo sucedido, así que el destino de todos está en sus manos. ¿Quedara atrapado para siempre en ese laberinto temporal, o podrá evitar la...