Jaune se despertó gritando. El dolor había desaparecido, estaba de vuelta en su habitación, tumbado en su cama. Se tapó la cara con las manos, jadeaba ligeramente.
-¿Qué pasa? -pregunto Nora-. ¿Quieres hacer un concurso de gritos? Vale.
Cogió aire y grito, descontrolada, un sonido lo bastante fuerte para hacer estallar cristal. Jaune hizo una mueca, aparto las manos de su cara.
-Nora...-dijo Ren, y suspiro, tirando la toalla antes de empezar.
Pyrrha salió, vestida con ropa casual, una camiseta blanca a la que había subido las mangas y unos pantalones negros, ajustados. Se acercó a su cama. Él había dormido con lo puesto, su vestimenta de Cazador, ni siquiera se había molestado en ponerse un pijama. Supuso que había estado demasiado cansado para eso.
-¿Jaune? Fuiste tú primero, ¿no? ¿Qué te pasa?
-Nada. Tuve una pesadilla.
Se levantó, fue al baño, cojeando ligeramente. Se examinó en el espejo. Se pasó una mano por la cara, lentamente, hundió los dedos en la piel. Nada de esto le parecía real, como si fueran imágenes nacidas en un sueño, un espejismo en el desierto. Vio a Pyrrha reflejada en el espejo, mirándole.
-Estas actuando de una manera muy extraña-dijo-. ¿Qué soñaste, Jaune?
Cerró los ojos, tomo aire.
-¿Jaune? Por favor, cuéntamelo.
-Podría hacerlo...-dijo, volviendo a abrir los ojos-, pero no es asunto tuyo, ¿vale?
Ella reacciono como si la hubiera abofeteado.
-Sí, tienes razón. Siento... haberme entrometido.
Se mordió el labio inferior. No debería de haber reaccionado así, había sido un impulso, quería disculparse, pero no se atrevía a hablar por miedo de echarse a llorar. La había visto muerta muchas veces, durante las numerosas repeticiones, esas imágenes flotaban ahora en el ojo de su mente.
Salió del baño, pasando a su lado, cogió su espada y su escudo y se dirigió a la puerta.
Nora se puso en su camino, extendió los brazos a los lados, enfurecida, o todo lo que podía estar una persona como ella.
-Eso no ha estado bien. Discúlpate.
-Deja que se vaya-dijo Pyrrha.
-Pero...
Aprovecho ese momento de distracción para rodearla y salir de la habitación. Camino un poco por los pasillos, se detuvo en medio de uno, con la espalda contra la pared. Se tomó un momento para tranquilizarse, recuperar el aliento, pensar.
Vio a los estudiantes pasar, hablaban entre ellos, reían. Estaban muy cerca, pero no pertenecían al mismo mundo ni al mismo tiempo que él. Quería extender la mano para tocar a uno de ellos, quien fuera, solo para asegurarse de que existía.
La visión se le empaño. Suspiro pesadamente y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.
Se encamino hacía la biblioteca, era buen lugar para organizar sus pensamientos y trazar un plan.
Busco una mesa vacía, saco un cuaderno, un bolígrafo y se quedó una página en blanco durante un buen rato, taqueando el papel con la punta del boli, pensando. Decidió empezar por lo básico, escribir cada paso del plan de la mujer de roja que había podido presenciar, lo que había improvisado en las ocasiones que había desbaratado partes de su plan.
«Ruby debe ser la razón por la que estoy en esta situación» escribió «, la luz que dispara de sus ojos, es lo único que tiene sentido, según como lo veo. Pero ella ya tiene una semblanza, no entiendo la naturaleza de ese poder. ¿Es posible que posea el poder de una doncella, de alguna manera? Ozpin y los otros me dijeron que ninguna de ellas es capaz de hacer algo así, que son poderosas, pero no tanto como para trastocar las leyes del tiempo y el espacio.»
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Escudriñando las tinieblas [RWBY]
FanfictionCada vez que Jaune muere en la batalla de Beacon, despierta una semana antes del festival Vytal. Solo el recuerda lo sucedido, así que el destino de todos está en sus manos. ¿Quedara atrapado para siempre en ese laberinto temporal, o podrá evitar la...