Jaune tenía mucho miedo.
Por primera vez, no por Pyrrha, sino de ella. Tenía miedo del silencio. Se había esperado que reaccionara con incredulidad, que insistiera que era una broma, que no tenía gracia. Se había esperado rabia, tristeza, pena. Pero no que se quedara tan quieta y tan callada, escuchando su historia, moviendo la cabeza de vez en cuando para demostrar que le estaba escuchando o puede que por alguna otra razón.
Di algo, le suplico dentro de su cabeza. Por favor, di algo.
Era la primera vez que estaba tan asustado. La necesitaba, sino le apoyaba ahora, no estaba seguro de que pudiera seguir intentándolo. Aunque era muy consciente de lo que pasaría si se rendía.
—Jaune. ¿Es eso verdad?—pregunto sin inflexión.
Ahí estaba, la incredulidad. Las dudas. Y el miedo en sus ojos. No por él, sino porque lo que le había contado resultara ser cierto, después de todo.
Se le cayó el alma a los pies. Estoy perdido, pensó.
—Claro que es verdad. ¿De verdad me crees capaz de inventarme una cosa así, de preocuparte y hacerte daño solo para echarme unas risas?—dijo furioso, a pesar de sí. Pero no duro mucho, se desinflo como un balón pinchado. —Olvídalo. Olvídalo y vuelve a tu vida normal. Sabía desde el principio que iba a pasar esto. Después de todo, lo he visto, y no solo una vez, muchas. No debería haberme hecho ilusiones. No debería haber deseado que esta vez fuera diferente.
—Jaune, por favor, intenta entenderme. Quiero creerte, pero es difícil. Vivimos en un mundo donde muchas cosas son posibles, cosas magnificas e increíble, pero viajar en el tiempo, eso ni siquiera es una posibilidad teórica.
—¿Quieres que te lo demuestra?—pregunto, después de una muy larga pausa.
—Claro.
—Poco después de que comience el torneo, Ozpin se acercara a ti y te hablara de las Damas y su poder. Te pedirá que tomes el lugar de la antigua Dama del Otoño, porque eres la única candidata adecuada, y se les acaba el tiempo.
—Entendido.
—Oye, Pyrrha—Jaune dijo, se reclino y levanto la cabeza para mirarla sin cambiar de posición. Sentía el pecho de la chica contra su espalda, pero era como si le estuviera pasando a otra persona, no se sentía ni avergonzado ni feliz por ello. —Sé que no me crees. Que no lo harás hasta que pase eso, pero ¿puedes hacerme un favor?
—Lo que sea por ti—respondió. Se sonrojo ligeramente.
—Vigila a esa mujer. A Cinder. No estoy pidiendo que vayas todo el día tras ella, como una especie de investigadora privada, solo que si te cruzas con ella, no le quites los ojos de encima.
—Está bien, lo hare.
—Gracias.
Se quedaron largo tiempo mirando a nada en particular, en silencio, juntos. Llegaría la hora en el que serían separados, todos, y fluiría la sangre de las personas que más le importaban, una vez más. Pero ahora por el momento podía permitirse olvidar y disfrutar del momento. Beber de esta paz.
Pyrrha fue la primera en separarse. Mentiría si dijera que no se sintió decepcionado.
—¿Vienes conmigo?
—No—respondió, sin apartar la vista del terreno de la academia—. Me quedare un poco más.
—No estarás pensado hacer alguna tontería, ¿verdad?
Jaune rió secamente. Con un poco de amargura.
Dos de sus muertes habían sido así, por su propia mano, pero no tenía ningún deseo de repetirlo. No cambiaría nada, después de todo.
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Escudriñando las tinieblas [RWBY]
FanfictionCada vez que Jaune muere en la batalla de Beacon, despierta una semana antes del festival Vytal. Solo el recuerda lo sucedido, así que el destino de todos está en sus manos. ¿Quedara atrapado para siempre en ese laberinto temporal, o podrá evitar la...