Todo por una broma

2. El Plan

Disclamer : Ni los personajes me pertenecen ni el universo en el que están todo es obra del creador de Gintama, Hideaki Sorachi.

-Espera... ¿enserió piensas que soy seductora-aru?.-Dije totalmente sorprendida
mientras el sádico se arrodillaba y besaba el suelo -Sabia que era irresitible-aru.

-Claro que si, Oh gran Gura-Sama-Dijo el sádico

-¡Oi! ¡No recuerdo haber dicho eso maldita enana!

-¡Yo se que me amas Sádico!

-En tus sueños perra.

-En los tuyos.

Mientras Okita y Kagura se pelean por sus flash backs aquí esta el siguiente capitulo!

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2. El Plan

-Kagura ya es hora de levantarse -Decía Gintoki tocando la puerta de la habitación de Kagura (Si ahora no vive en el clóset, hicieron una ampliación gracias a Otose que pensó en que Kagura ya era una mujer y necesitaba más intimidad.)

Kagura no había podido dormir en todo el día, no dejaba de pensar en como se había perdido en los brazos del idiota-más que todo no cualquier idiota-. El idiota supremo el que más odiaba. ¡Es que el se aprovecho de ella!

¡Claro, eso fue -aru!-Pensó animada Kagura.- Ahora solo debo matar al Sádico así jamás me volverá a pasar.-Río internamente Kagura.

-¡Ya voy, déjame el desayuno!-Grito Kagura arreglándose rápidamente.

-Aun me tratas como tu sirvienta, Kagura nunca aprendes-Decía Gintoki sonriendo.

Mientras Kagura comía el desayuno, Gin no pudo evitar notar que de la nada Kagura parecía tener pechos.

-Cuando te pusiste naranjas Kagura -Dijo mientras comía.

-Gin-chan ¡Idiota!-Dijo Kagura lanzándole un vaso- Son mis pechos, hace años que los tengo.

-¿Porque nunca lo supe?-Dijo ahora preocupado, su hija/niña no parecía una niña nunca más.

-Porque lo oculte de todos, Tsukuyo-San me enseño como usar vendas para mi pecho.-Dijo Kagura.

-Debo agradecerle a Tsukuyo -Murmuro -¿Pero porque no las estas usando?¿Saldrás así?

-Si, Gin, me empezaban a doler volveré a hablar con Tsukuyo de ello luego pero ahora tengo algo importante que hacer.-Dijo terminando el desayuno.

Conocía al maldito Sádico, sabia que amaba la misma banca que era su favorita. Que siempre que podía se la quitaba y aun peor los días de servicio, sabia que hoy era su día de servicio.

Así que solo siguió sus instintos y fue a esa banca.

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Okita por su parte había conseguido su nueva habitación, pero aun no lograba obtener una idea un plan para hacer que Kagura y el volvieran a lo que dejaron pendiente. A su vez creía que si volvían todo a la normalidad era mejor pero es que no podía olvidar lo que paso.

Lo bien que se sintió besarla, como su cuerpo reaccionaba ante el, como sus ojos expresiones no podían mentirle, Kagura lo deseaba igual o más que el a ella. Sus gemidos, Dios ella pertenecía en sus brazos, pero eso también lo asustaba por lo que significaba.