Quince. Atrevido.

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-¿No regresará a Avonlea?-dice Diana sentándose junto a Anne.

-Indefinidamente.- contesta.

-¿Cuándo mandó las cartas?

-Se enviaron hace tres semanas, desde el Puerto de España en Trinidad.

-Deberíamos darle las cartas a Ruby...- Diana intento tomar mi carta pero la quite.

-No, ¿por qué?- dije a la defensiva.

-Como paño de lágrimas...- Diana me miro y luego dijo- A menos que... no quieras- dijo con una sonrisa.

Anne que tenia su carta en mano, se volteo y en ese instante Billy Andrews le quitó la carta y la levanto. Anne y yo nos levantamos e intentamos alcanzarla.

-“Querida Anne. Me alegra oír...”

Danzamos por el salón tratando de quitarle la carta a Billy. Hasta que una mano detrás de él, le arrebato la carta y la levanto. Billy se giro y vio a Cole que sostenía la carta en lo alto. Hasta ahora me daba cuenta que Cole era mucho más alto que Billy.

-Hum, que caballero.- responde Billy antes de mirarme e irse.

-Oh. Gracias, Cole.- dice Anne una vez que tiene la carta en manos.
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Gilbert Blythe

-¿Qué haces aquí?- dice Sebastian al verme entrar en la letrina.

-Al fogonero no le gusta como canto.- digo.

-¿Te has metido en líos para poder ayudarme?

-Toma- digo acercándome a él.- Ponte esto debajo de la nariz.- saco de mi bolsillo un pequeño frasco y se lo acerco.- Mitigará el olor. Uno de nuestros vecinos es criador de cerdos.- le pongo un poco debajo de la nariz.

-Tomillo. ¿Hierba medicinal trinitense? Buen truco doctor.

-Supervivencia.
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Lucy Eckermann

-¿A que les recuerda Cole asomado entre los abrigos?- pregunta Anne.

-No lo sé.- responde Josie.

-A un búho en un hueco de un árbol.- respondo.

-Esta tan dedicado a su arte, cultivando su imaginación.- dice Anne.

-Es muy guapo, ¿verdad?

-Ruby,- dice Tillie- no te pueden gustar todos los chicos.

-Melancólico y guapo...- dice Diana.

-Al pobrecito le vendría bien animarse.- dice Josie antes de levantarse y caminar asía él.

Nos quedamos sentadas y calladas tratando de escuchar claramente lo que decían.

“-Hey Cole- dijo Josie sentándose junto a él.- Solo quería decirte que es una lastima que el juego terminara antes de llegar tu turno. Supongo que puedo saltarme las reglas y dejar que me beses ahora.”

The color of your words. [Gilbert Blythe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora