The color of your words. [Gilbert Blythe]

Veintiséis. Momentos.

Es tan desesperante sentirse apurado. 

En menos de 10 minutos había tirado todo lo que se encontraba en la casa por el nerviosismo. Sabía que el plan saldría a la perfección, conozco a Anne y sus cualidades; pero aun así tenía angustia.

Me amarré bien las botas antes de salir corriendo a encontrarme con Moody, Anne, Diana y Ruby. 

—¿Listos?—dijo Anne una vez arriba de la carretilla.

—No sé si estoy asustada o emocionada— Diana tomó mi mano y la apretó con fuerza.

—Tendremos muchos problemas si alguien nos llega a ver.

—Todo saldrá bien—dije mirando con una sonrisa a Ruby.

Moody comenzó a conducir mientras repasábamos el plan una y otra vez. Siempre imaginé tener aventuras maravillosas, para que cuando crezca pueda recordarlas con una gran sonrisa, y así saber que mi vida no fue tan mala después de todo...

Estos momentos son los que se quedan grabados en nuestra memoria, en nuestra piel. Son estos los momentos que tanto anhelaremos y que tanto lloraremos.

Mientras el viento golpea mi rostro y un maravilloso paisaje nos atrapa, no puedo pensar en otra cosa que en las grandes personas que me rodean, lo tanto que las aprecio. Siempre intuiremos que estamos completos, que nada nos falta, y por supuesto que esto puede ser así, pero en el fondo, en lo más profundo de nuestro corazón, sabrémos que algo nos falta, que alguien nos falta..

Creo que me falta él...

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—Sube—dijo Anne a Cole, que se encontraba a lo lejos.

—¿Ahora?—preguntó, llevaba cosas en las manos. Lo habían puesto a trabajar después del incidente con Anne.

—Sí—dijo Moody, podía sentir su nerviosismo.

—¿Por?—preguntó Cole.

—Te contamos en el camino. Vamos, necesitas ver a la señorita Barry, ella te aconsejará. Estoy segura—Anne miraba a Cole como si quisiera dar su alma para arreglar todo lo que había pasado.

—¿Conduciran hasta haya? 

—Iremos en tren—respondió Diana.

—No tengo dinero.

—Nosotros tampoco—dijo Ruby con ironía 

—Anne, ya me causaste muchos problemas..

—¿Y qué podría ser peor?—dije llamando su atención.

Me mira y luego baja la mirada, respira ondo y sin decir nada, sube a la caretilla. Anne me sonríe y seguimos nuestro camino.

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—Vamos a morir— Ruby estaba temblando.

—Estaremos bien, la gente lo hace todo el tiempo, lo leí en un libro—dijo Anne, probablemente yo era la única que confiaba del todo en Anne, ella logra todo.

—¡Un libro!—dijo Moody asustado— ¿Nunca lo has hecho? 

—¿Qué tan difícil puede ser?—dije sonriendo. Sentía algo extraño en el estomago—. Iré primero.

------------- Gilbert Blythe ------------

Desesperación. Eso es lo que sentía en estos momentos, necesito llegar pronto para poder disculparme con Bash, necesito que todo regrese a su lugar.

Todo se ve tan diferente... 

Veo algo pasar corriendo a la parte trasera del tren, llama mi atención. Abro la ventana y observo, rio cuando veo a Lucy asomada, pronto veo a Anne correr hacia ella, y luego a Diana, Ruby, Cole y Moody. ¿Qué es lo que planean?

Escucho en silbato y el tren comienza a andar sin que nadie se de cuenta de que llevan a unos cuantos fugitivos en la parte de atrás. 

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El frío se volvía cada vez más intenso, no puedo imaginarme a Lucy y los demás dentro del vagón con estas temperaturas tan bajas.

La puerta poco a poco comenzó a abrirse y sonreí al ver a Lucy agachada con una sonrisa, al verme su rostro se torno serio.

—¿Qué estás haciendo aquí?—preguntó.

—Yo debería preguntarles lo mismo—sonreí.

De uno en uno bajaron mientras hacía vigilancia, si alguien descubría esto estábamos muertos. Una vez todos abajo, corrimos a la salida principal de trenes. Anne me contó todo su plan, mientras Lucy caminaba por delante de nosotros decidida. Su corto cabello se movía a cada paso que daba, las agujetas de sus botas chocaban violentamente contra las botas a cada paso. Nunca había visto caminar a Lucy con esa brusquedad. 

Sólo llevaba puesto su gorro y un abrigo, ¿tendrá frío?

Camine hacia ella hasta estar a su paso y me miro mientras caminaba más lentamente.

--------------- Lucy Eckermann --------------

—Espero encuentres a Sebastian—dije con toda sinceridad mirando a Gilbert, que caminaba con las manos en los bolsillos.

—Espero que me perdone por ser tan egoísta—dijo sonriendo, pero yo sabía que le dolía decir esas palabras, tal vez porque eran ciertas. Uno nunca sabe que pasa detrás de la puerta.

—Estoy segura de que harás lo correcto.

—Suerte con la misión de salvar a la profesora— dijo deteniéndose frente a mi—. No puedo creer que subieran a un vagón—sonrió.

—Yo tampoco— le devolví la sonrisa mientras se alejaba de nuevo—. Nos vemos después de la batalla—el frío comenzaba a adentrarse en mis pulmones y me quitaba el aire.

—Nos vemos—dijo caminando lejos de mi.

Observé como se marchaba, anhelando que el oxigeno entrara de manera normal en mi cuerpo, pero no fue así.

—Si sabes que le gustas a Gilbert, ¿no?—dijo Cole parándose a mi lado.

—¿Qué? No es cierto—dije con sorpresa en voz alta.

—Los veo en el tren de la tarde—dijo con una sonrisa siguiendo el camino de Gilbert.

—Saluda a la tía Joe de mi parte, ¡y no es cierto!

—¿Qué no es cierto?—dijo Anne tomando mi mano.

—Nada. Cole siempre dice ridiculeces. Vamos.

Y seguimos el mismo camino a nuestra aventura.

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LectoraNM

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