Forgiveness

Thor

Todo estaba listo. Había aceptado parcialmente pero quería comentarle a Thor, ahora solo quedaba ir a verlo. 

— ¿Te irás?  — Preguntó Harry.

—Ida y vuelta. —Dije sonriente.

—Claro, ¿cómo la vez pasada?

Recordé que la ultima vez que había viajado a Asgard, seria por una semana y había terminado un año completo fuera. Me encogí de hombros al no tener una respuesta para mi novio. Le asegure que nada de eso pasaría, no tenía otro hermano con hambre de poder, grandes poderes y un casco con cuernos, que me retrasara en mi vuelta. 

Le asegure a Harry que volvería sana y salva, pero él parecía no convencido del todo con mis palabras por seguras que fueran.

—Hablo en serio. —Dijo él cuando lo ignore.

—Yo también, estaré bien.

—Es que... no lo sé. —Suspiro y despeinó su cabello. —Me asusta perderte de nuevo.

—¿Quieres venir? —Solté de la nada. ¿Por qué? Ni idea. 

Harry levanto su ceja. Obviamente no creía que lo estaba invitando en un viaje entre mundos. Vamos... el me había invitado a Hawaii hace un tiempo, me tocaba el siguiente destino. Le dije que era verdad, que podía venir conmigo a Asgard, ¿qué era lo peor que podía pasar?

Harry se emocionó una vez que entendió lo que significaba. Me alegre mucho, pues realmente era bello el hacer a alguien feliz con algo tan simple. Le dije que se preparará. No estaríamos mucho más de un día en Asgard, pues simplemente iba a informarle a mi hermano sobre lo sucedido en la tierra.

—¿Listo? —Pregunté tomando su mano. Él asintió. 

Y en segundos estábamos en mi tierra natal. Sonreí complacida al ver el rostro de Harry, su impresión al ver el lugar. Le di un pequeño empujón para que volviera a la realidad. Heimdall nos miraba con una mueca divertida.

—Heimdall. —Lo abracé. —Él es Harry, Harry te presento a Heimdall, el cuida Asgard y se encarga del puente.

Mi novio saludo al guardián del Bifrost cordialmente y le indique por donde debía salir. Lo seguí, pero Heimdall me detuvo cuando Harry ya no estaba cerca.

—Él no debería estar aquí.

—Lo sé, pero nos iremos pronto. No te preocupes. —Le sonreí y lo deje solo, para seguir a Harry. 

Caminamos juntos con calma. No había prisa en llegar a la ciudad y sabía que podría decirle a Thor apenas lo viera, así que decidí mostrarle un poco los lugares del pueblo. Caminamos bastante, y vimos de todo. Harry estaba impresionado, pues por una vez en su vida al entrar a un lugar no era la persona más alta. Harry medía 1.88, lo cual lo hacía más alto que la mayoría de las personas que conocía, incluyéndome, pues yo apenas llegaba al metro ochenta, que en la tierra parecía bastante, pero en Asgard era apenas lo común.  

Sugerí ir al palacio, pues ya se hacía tarde y quería ver a Thor pronto. Entramos sin problemas, no fue mucho trabajo encontrar a mi hermano, quien se encontraba entrenando como solía hacerlo desde su tiempo en Midgard, donde al parecer su animo de fiestas había disminuido. Sonreí al verlo dejarse caer cuando termino con todo lo que se le cruzó. Me acerqué y lo sorprendí. 

–¿Cansado? –Dije detrás de él, haciendo voltear a la defensiva. 

–¡Gersemi! –Me abrazo con fuerza, levantandomé del suelo. – ¿Qué haces aquí? 

–Vine porque hay algo que debo informarte. 

Inmediatamente se puso serio. Me miró con preocupación, pero le dije que todo estaba bien y que tenía las cosas bajo control. Simplemente era una especie de reporte sobre lo que pasaba. Cuando por fin se relajo sobre lo que le contaría, miró atrás mío y levantó su ceja, volviendo a poner su mirada sobre mi.