Epílogo

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El sol caía, bañando las praderas de un color anaranjado hermoso. Me senté junto a mi madre, quien observaba el paisaje embelesada por su belleza. Tomé su brazo con cariño y ella me sonrió. 

–¿No han tenido batallas? –Preguntó. 

–No... –Dije en un tono neutral, quizá demasiado. 

–Todo parece demasiado quieto. –Dijo Thor, quien estaba a nuestro lado. 

Esa tarde habíamos almorzado todos juntos... bueno, casi todos. Me sentía mal, pues toda esta charada de familia perfecta, con sus hijos de vuelta y todo eso, era pura mierda. Loki estaba encerrado, y nadie parecía preocuparse. Pero no podía hacer nada, ¿qué les iba a decir? "Hey, la verdad es que lo amo, y creo que no es del todo mal, ¿lo dejan volver?" Já, como si eso fuese a funcionar.  

Me levanté, excusándome con mi madre, porque realmente no podía soportarlo. Últimamente me pasaba eso a menudo, estaba en familia o con amigos, pero mi mente estaba lejos, estaba en esa celda junto a él. No duraba mucho en esos eventos sociales, y siempre terminaba escabulléndome a la prisión para poder verlo, aunque sea por unos minutos. Ya conocía el procedimiento de memoria, magia, llave, ilusión. 

–Te van a descubrir... –Dijo él al verme, pero sonrió de igual manera. –

–No lo harán... debemos admitir que somos los mas competentes aquÍ. –Dije riendo. –Bueno, yo más quizá... no estoy tan loca. 

Ya se había hecho habitual el bromear con él. Me agradaba esta nueva relación que teníamos, pues no había momento incomodo para ambos. Podíamos sentarnos en silencio, simplemente esperando a que las horas pasaran, y ambos éramos felices. Ya conocía a la perfección su ser, o eso esperaba, pero estaba segura que él no era malo.  

Me senté con él y tomé su mano para acariciarla. Por algún motivo él parecía distante... no es como si no lo hubiese visto así antes, pero últimamente no le había dado motivos para estarlo. Me levanté para ponerme de frente a él, esperando a que reaccionara y me mirara. 

–¿Hola? –Dije moviendo mi mano frente a él. 

–Ah... perdón, ¿qué decias? 

–Nada... –Lo miré. –¿Todo bien?

–Si. 

Intenté cambiar de tema, pues al parecer eso que molestaba a Loki no era algo de lo que quería hablar. Pero parecía que todo estaba lejos de él, como si estuviera en otro lado, por lo menos su mente así lo estaba. Hablé de libros, magia, incluso mencioné algo estúpido que Thor había dicho en la mañana, pero nada pareció llegarle, como si lo que le estaba hablando entrase por un lado de su cabeza y saliera por el otro, sin hace contacto con nada en él. Sus respuestas eran vagas y monosílabas en su mayoría. 

No sabía bien que hacer, en otra ocasión hubiese sugerido ir a algún lugar, pero dadas las circunstancias eso estaba fuera de las opciones. Hablar parecía la opción más sana, pero no estaba funcionando como quería.

–Loki... 

–¿Hmm?

–Me tomó unos segundos pensar en que decirle. –Vámonos.

–¿Ah? 

–Vámonos... de aquí. –Dije poniéndome de pie. 

–¿Irnos? 

–Si, vamos lejos de aquí. A un lugar donde no tengas que estar encerrado, un lugar para ambos. –Respondí, planificando todo en mi mente.

Loki lógicamente no se opuso, no era un secreto que él ansiaba su libertad. Lo dejé nuevamente para poder ir a planear todo, no podía fallar porque eso significaría no sólo un castigo peor para él, sino que yo tendría que atenerme a las consecuencias también. Me dispuse en mi escritorio a revisar un par de libros de la geografía, deseando de todo corazón que Heimdall tuviese asuntos más importantes que espiar las reuniones que mantenía con Loki. Vi hasta el cansancio el mejor lugar para escapar, Loki me había mostrado un par de salidas, además del Bifrost, que podrían servirnos, pero si no queríamos ser atrapados la mejor opción era ir por el camino complicado, esperando que los demás no fueran tan hábiles como nosotros. 

Debía practicar un poco, así que hablé con Loki y le anuncié que nuestra partida sería en un par de días. Me propuse hacer lo mejor que podía y engañar a todo el mundo en los próximos días. Dije que iba a volar, porque era algo que me interesaban para un futuro, claramente no dije que el futuro sería en unos días.  Los siguientes días fueron de recorrer la misma ruta una y otra vez, aumentando la velocidad cada intento, porque mientras más rápido mejor ¿no? 

–¿Listo? –Pregunté, sonriente, cuando entré en la celda. 

–Listo. –Dijo él. 

Era tarde, la mayoría de los presos dormían y los guardias tenían la guardia algo baja por lo mismo. Nadie me había descubierto anteriormente, así que no habían sospechas de ningún tipo. 

Loki y yo habíamos salido con éxito. Nos encontrábamos cargando la nave con algunas cosas necesarias, y pronto seriamos libres de todo. Me apresuré a meter algo de ropa y luego volteé a asegurarme de que nadie nos hubiese visto, pero para mi sorpresa y mala suerte, habíamos sido vistos. 

–¡Alto ahí! –Cerca de una docena de guardias venía corriendo a nosotros. 

Me moví con agilidad y desenfundé mis espadas. Loki, quien estaba a mi lado se paralizo, supongo que porque, primero no esperaba que nos encontraran y eso era poner demasiada fe en mi, y segundo, no había peleado en algún tiempo. 

–¡Loki! –Grité, mientras corría a los guardias. Él me miró y tuve el tiempo justo para lanzarle una de mis espadas. –¡No te quedes ahí parado! 

La batalla no duró mucho, los guardias no nos dieron mucha pelea. Loki sonrió y me devolvió la espada, la guardé y me reí. 

–¿Qué? –Preguntó él. 

–¿No creíste que nos iríamos así de fácil o si? 

Nos subimos a la nave y me dispuse a movernos. Al parecer esos guardias habían anunciado a los cuatro vientos que nos iríamos, por lo que había compañía, demasiada. Maniobrar se estaba volviendo complicado, pero no imposible aún, así que seguí mientras que Loki me gritaba que tuviera cuidado.  

–¡Cállate y deja que me concentre! –Grité de vuelta. 

Nos disparaban a diestra y siniestra, pero hasta el momento no habían logrado más que daños superficiales. Me mantuve a flote un rato más, ya nos estábamos acercando a la salida, pero un gran disparo logró llevar mi vuelo a picada y poco a poco nos íbamos acercando al piso. Me desesperé, y comencé a apretar botones como loca, incluso aquellos que no conocía. 

–¡Ay! ¡ay! –Grité cuando vi que nada pasaba. 

–Hay que saltar. –Dijo él. 

–No. Vamos a morir. 

–Prefiero eso a volver al encierro. 

Loki tomó mi mano y me miró. Asentí y apreté con fuerza. 

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