Continuación "Forbidden".
Después de la "muerte" de Loki, Gersemi decide re hacer su vida en Midgard. Con Thor como miembro oficial de los avengers ella queda como su mano derecha y reemplazo oficial.
Harry toma parte de su corazón, pero ¿será sufi...
El vuelo había aterrizado hace poco y Harry estaba buscando las maletas. No había llevado mucho, pero si tenía mi armadura conmigo, solo por si ese tal Steve se ponía pesado. El auto que nos recogería estaba ya en la entrada y su chofer ayudaba a Harry con nuestras cosas, me subí atrás y Harry me siguió. El hotel no estaba tan lejos, pues no tardamos tanto como esperaría, o quizá que fueran las dos de la mañana disminuía el tráfico notablemente.
No había dormido en el vuelo, pues no estaba en mis planes arruinar mis horarios de sueño. Así que apenas llegamos al hotel dejé mis cosas a un lado y caí sobre la cama.
Me levanté temprano. Estaba motivada a conseguir a lo que había venido. Harry aun roncaba a mi lado, por lo que simplemente deje una notita a su lado y me fui. Me moví con facilidad por las calles, no era tan complicado llegar a aquel lugar. Vi las puertas y tomé un poco de aire para darme el impulso necesario. Mis manos empujaron con suavidad el metal y me encontré con un gimnasio como cualquier otro. Estaba vacío.
<Camina, ¿o recorriste medio mundo para quedarte de pie ahí?> Ay, que odiosa puedo ser de vez en cuando ¿no?
Mis piernas avanzaron siguiendo la dirección del pasillo. Habían varias puertas las cuales estaban abiertas de par en par dejándome ver diferentes especialidades. Cosas para correr, pelotas, pesas, etc. Pero no fue hasta el final del corredor dónde encontré a mi presa. Mire sus músculos con deseo, pues sólo quería comprobar de lo que eran capaces. Sonreí adentrándome en el cuarto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Vaya brazos que tienes ahí. -Él volteo violentamente, a la defensiva a verme.
-¿Quién eres y qué haces aquí?
–Digamos que... soy tu fan. –Me acerqué más, pero me detuve al ver su posición lista para atacar.
–No puede ser, nadie sabe de mi.
–Vamos, fuiste bastante famoso hace un par de años.
–¿Un par? 70 años no es unos pocos.
–Te sorprendería... –Dije, pues si el pensaba que era mucho. Mis mil y tanto años lo espantarían.
Me senté sobre uno de los sacos que estaban alineados al lado de donde él se encontraba golpeando el actual. Lo mire y sonreí.
–Soy parte del "team" –Hice comillas con mis dedos. –Tú también lo eres, ¿no es así?
–¿Tú también?
–Así es capitán. Ambos estamos del mismo lado.
–¿Cómo te llamas? –Preguntó sin rodeos, pero relajando su postura.
–Gersemi Odinson, y bueno, yo ya se quien eres, Capitán América... wow.
–Soy Steve Rogers. –Se acercó para estrechar mi mano. – Dime Steve.