Forgiveness

¿Loki?

Me había sentado a ver como mi compañero golpeaba sin piedad el saco. Era el segundo que colgaba desde que llegué, realmente tenía ira acumulada, eso o simplemente le gustaba dar golpes. Hablé un poco con él, pero me pareció interesante mirarlo un rato, analizarlo lo más que podía, para poder ver sus puntos fuertes y débiles. Era algo que hacía a menudo, aunque en batalla no es tan simple, no tengo tiempo de analizar al enemigo, pues ya estaba sobre ti a punto de cortar tu cabeza. 

Hace unos minutos que Steve había dejado de responder a mi conversación, por lo que supe que callar sería mejor opción. Me acomodé en un lugar lejos de donde el saco podría caer y donde molestaría con mi presencia, y observé como golpeaba una y otra y otra vez. De pronto la arena salió volando junto a la tela. Ahí iba otro saco más.  Ni se molesto en recogerlo, simplemente volteó, me dio un corto vistazo y colgó otro más, pero no pudo golpearlo. 

–¿Insomnio? 

Steve volteó a la puerta, la cual yo no podía ver pues estaba detrás de un pilar, pero reconocí la voz al instante. Se estaba acercando, y yo no quería que me viera ahí, pues sabría que estuve haciendo unas movidas para enterarme de cosas. Steve volvió a su saco. 

–Dormí 70 años, creo que ya tengo eso cubierto. –Dijo mientras se esmeraba en romper otra bolsa. 

–Entonces sal, diviértete, ve el mundo. –Me moví un poco, intentando no hacer ruido. 

–Cuando me dormí, el mundo estaba en guerra... ahora me dicen que ganamos, pero no que perdimos. –Steve se movió con Nick lejos de donde yo me encontraba. 

–Cometimos algunos errores en el camino. Algunos recientes...

Steve miró a Fury confundido. Yo también lo estaba. O sea, estaba plenamente consiente de las miles de metidas de pata de los humanos, pero ¿necesitaban a héroes así? digo, supuse desde un principio que estas personas especiales elegidas iban a ser para un momento demasiado crucial para la vida, no por una guerra entre países, con intereses monetarios de por medio. ¿Qué más había? Me fijé en la carpeta que tenía Nick con él, mi curiosidad me mataba. 

–¿Tiene una misión para mi, señor? –Preguntó Steve, con ese tono y forma de hablar tan militar que tenía. 

–Si.

–¿Me quiere devolver al mundo? –Steve se había quitado ya las vendas de sus manos, al parecer los golpes habían acabado por hoy. 

–Quiero que lo salves. 

Le entrego la carpeta y Steve leyó en voz alta. ¿El arma de Hydra? ¿Qué eso no era...? Mierda. Mierda por mil. Si era lo que estaba pensando, esto realmente era grave. Ahora entiendo por qué estaba aquí Nick. De caer en manos equivocadas, el Tesseract podría causar gran daño, demasiado diría yo. 

–El Tesserat puede ser la clave para una energía ilimitada y sustentable. Algo que el mundo necesita.

–Steve cerró la carpeta y se la devolvió. –¿Quién la robo? 

–Se llama Loki. 

No. No era posible, tiene que ser mentira. Un impostor haciéndose pasar por él. No evité que mi respiración se cortara un segundo, lo cual me hizo atorarme con el aire que inhale después, puse mis manos en el piso y respiré lo más profundo que pude, pero ya era tarde. Ambos hombres me miraban extrañados. Fury se paró frente a mi, mirándome confundido. 

–¿Qué haces aquí? 

–¿Loki? –Levanté la mirada y poco a poco me puse de pie. –¿Es el Loki que creo? 

–Tu hermano.  

Mi vista se nubló, las lágrimas saldrían en cualquier momento. Mi respiración agitada no ayudaba de mucho cuando Nick hablaba con nosotros, por lo que básicamente no entendí mucho de lo que estaba diciendo, salvo que nos necesitaba. Negué con mi cabeza, pues no quería hacerle daño a Loki, y eventualmente, de ganar eso es lo que haríamos.