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Soonyoung se consideraba a si mismo un hombre de nieve, porque aunque se le cayera la nariz de zanahoria, no perdería la sonrisa que le colocan.

Pero a veces temía por su vida, porque el sol lo derretía.

Eso era Jihoon para él, un sol.

Soonyoung empezó a trabajar porque sabía que su madre no podría cuidar a GyeolKwa, así que la llevó con su madre y ella a Seúl, junto con Jihoon. Al inicio, la pareja dormía en el sofá, abrazados e incómodos, pero valía la pena poder esperar a tener un lugar más grande. Todos hacían algo allí. Su madre trabajaba como siempre hasta tarde, pero ayudaba con alguna de las facturas, mientras que Soonyoung trabajaba como mesero en la noche; Jihoon componía canciones y la mandaba a sus clientes; el dinero era bueno.

El tiempo pasó, y con el dinero reunido lograron comprar una casa.

La pequeña y querida GyeolKwa no tenía cinco años, ya tenía 10. Era tan energética como su hermano mayor. Jihoon se encargaba de cuidarla cuando su novio y la madre de este iban a trabajar.

Estaban todos felices, y no creían que podrían a llegar a aquella felicidad.

Una noche, Jihoon y Soonyoung se acurrucaron en la hamaca del patio, hablando tonterías.

"Me alegro haberte conocido. Creí que estaría solo por mucho tiempo..."

"Me alegra haberte conocido igual, tonto. Me alegra mucho."

"Te amo, Hoon."

"Te amo igual, Soon"

Solo se quedaron viendose a los ojos, porque no quedaba más que decir.

Así que se besaron, porque era lo que anhelaban.

Porque Jihoon fue el sol que derritió la tristeza del hombre de nieve con su calor. Porque el sol quiere demasiado al invierno que lo descongela para darle amor.

Fin.

YlenoL • Soonhoon/HoziDonde viven las historias. Descúbrelo ahora