Era un momento incómodo y estresante para los tres. Haechan, mi crush, por fin, me dijo lo que quería escuchar y parecía que eso solamente enfureció a Jisung. Él sabía cuánto me gustaba Haechan y cuanto me ha lastimado. Siendo el buen amigo que era, creo yo, Jisung se enojó un poquito. El punto es que los dos terminaron con golpes y yo en medio para detenerlos... así fue como terminé con mi boca sangrando. Haechan sin haber medido su fuerza me dio con todo en mi cachete.
—¡____, perdón! ¿Estás bien?— Se acercó Haechan hacia mi.
—¡No la toques!— Jisung lo empujó antes de que Haechan me pudiera ayudar a levantarme.
—Yo la tumbe, ¡déjame ayudarla!— Haechan se paró frente de Jisung y le empujó ligeramente suficiente para provocarlo una vez más.
—¡Ya!— Grité antes de que comenzaran otra vez. Mientras me ponía de pie, con mis dedos revisé si salía sangre de mi boca entumida. Al ver la tinta roja sobre mis dedos, decidí irme de ahí. No me preguntes porque, simplemente camine hacia la calle.
—¡____!— Escuchaba detrás, pero no quería verlos, sin embargo, seguía caminando.
Pero cada paso que daba sentía mi corazón llamarme, suena medio cliché, lo sé. Escuchaba, más bien, sentía como gritaba que regresara con Jisung y Haechan. Mis manos temblaban de lo nerviosa que estaba, mi boca ya se había acostumbrado a sabor de la sangre y mi mente no paraba de pensar en lo mismo, en como Jisung había reaccionado. Siempre lo había considerado como hermano, pero esta vez no sentí lo mismo de él. En ese momento que me "defendió" supe que no era mi hermano, ni mejor amigo... algo más.
De repente sentí mis dos brazos recogidos por dos hombres y fui jalada hacia un callejón oculto. Traté soltarme pero ellos apretaban sus brazos más y más. Cuando por fin me solté de ellos me empujaron al piso y sentí un golpe fuerte en mi frente. Con mi mano cubriendo mi frente, volteé a ver los dos hombres. Uno parecía más grande de edad que el otro. Ambos con el estilo de pantalones casi cayéndose y enormes para su cuerpo, combinada con una sudadera y una cachucha o gorrito. Ellos se acercaban hacia mí con una sonrisota sobre su rostro.
—¿Qué quieren?— Dije tratando de alejarme de ellos.
Ellos no respondieron, seguían acercándose sin ninguna palabra. —¡Aléjense!— No sabia que hacer mas que decirles eso —¡Auxilio!— ¿Qué más podía hacer?
—¡Cállate!— Uno de ellos se atrevió a pegarme y por inercia yo le regresé el golpe. Hubo un silencio breve, el más joven vio al que yo había golpeado con miedo en sus ojos.
El mayor giró su cabeza hacía mí, sus ojos llenos de furia y su puño se estaba preparando para atacar una vez más. Cerré mis ojos y alcancé a escuchar,—¡Pinchi pu-!—, antes de volver abrir mis ojos.
Frente de mi estaba Jisung y Haechan, los dos ocupados con los dos hombres que me agredieron. Al final, los dos desconocidos huyeron, Haechan fue detrás de ellos y Jisung se hincó frente de mi.
—¿Estás bien?— Puso una mano sobre mi frente y sus ojos me vieron dulcemente aparentemente preocupados. Jamás lo había visto tan diferente. Ya no se parecía al Jisung que me compartía su lonche cuando no traía, el tierno Jisung que siempre me hacía sentirme bien cuando no lo estaba. El que siempre estaba dispuesto hacerme compañía ni el que me acompañaba a todos lados por seguridad. Ahora mismo cuando se acercó sentí mi corazón, por primera vez, latir por él, sentí como mi rostro sonrojaba cuando colocó su mano sobre mi frente.
—¡Jisung!— Me aventé hacia él con los brazos abiertos. Mis lagrimas escurrieron de mis ojos y enterraba mi rostro entre su cuello.
Jisung no dijo nada, simplemente colocó sus brazos al rededor de mi y acarició mi espalda.
—Ya estás bien, no te va a pasar nada mientras que yo viva— Escuchaba como sonreía.
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