•Chenle•

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P.O.V de Chenle

Era mediados de verano, el sol estaba a su máximo, no se podía imaginar un clima más caliente y por cualquier cosas que hicieras te escurría sudor. Era ese tiempo del año que no se antojaba salir para nada, ni estar encerrado dentro de tu casa. Lo único bueno era que todos los estudiantes tenían su descanso de 2 meses (si no un mes y medio). Pero siendo hijo de padres ocupados las 24 horas del día, ellos me enviaron a un campamento de verano.

En mi primer día, nos pusieron en equipos para ir a explorar el bosque ¿Cómo pueden los instructores ser tan entusiasmados para estar afuera en el solazo?

Una vez en la tarde, nos reunieron a todos y nos dividieron en grupos una vez más, está vez fue para sentarnos en medio de una fogata y contar historias y/o cantar.

No sé porque era tan amargado en estas cuestiones pero logré encontrar amigos igual que yo. Los cuatro teníamos la misma idea de estar en casa todo el día y nomas jugar vídeo juegos, odiábamos todo sobre el campamento. Pero lamentablemente no nos íbamos a ir pronto, por lo menos teníamos a nosotros.

Las únicas veces que nos separábamos era cuando nos dividían en grupos para realizar las actividades del día. En uno de esos días, mi grupo fue asignado limpiar los baños.

—¿Cómo lo hacemos?— Empezamos a organizarnos.

—Yo digo que nos dividamos, unos limpian el baño de los hombres y unos limpian el baño de mujeres—  

—Suena bien, ¿hombres limpian el de los hombres y mujeres el de mujeres?—  

—No, somos más mujeres que hombres, entonces no será justo— 

—Entonces hay que dividirnos. Ustedes limpian el de los hombres y ustedes el de mujeres— La misma que hablaba tomó la libertad de separarnos.

Me uní con mi grupo correspondiente y comenzamos a limpiar el baño de mujeres.

Todos empezamos y mientras lo hacíamos todos hablaban, menos yo. Yo me aislaba mientras limpiaba los espejos.
Me perdía en mis pensamientos, en cómo el espejo podía reflejar cada detalle.

—¡Hola! Perdón por llegar tarde, pero aquí estoy lista para limpiar baños— Anunció una niña, su voz hizo que volteara a verla. Me asombró lo bella que estaba ella. Su sonrisa parecía alumbrar la habitación. 

—No te preocupes, ya casi terminamos pero puedes ayudar a... perdón pero ¿cómo te llamas?— Se acercó otra niña a ella y me preguntó a mi. 

Quite mi vista de la ella y sacudí mi cabeza —Ch- Chenle. Me llamo Chenle— Sentí como mi cara se ponía roja. Me giré y fingía limpiar cuando en realidad la miraba de reojo.

—Puedes ayudar a Chenle con los espejos—   

—Claro— Volvió a sonreír y se sentó en el piso a lado de mi, su cuerpo dirigido a mi—Hola Chenle— Parecía que su sonrisa nunca desaparecía de su bello rostro. 

—H-hola— Sonrojé, lo bueno era que no podía ver mis cachetes. 

—¿Me puedes pasar algo con que limpiar?— 

—Uh s-si— Mi corazón no podía parar de latir, el hecho de que me estaba viendo no me dejaba. Sin ninguna palabra le pase un trapo y limpiamos. Yo de vez en cuando la miraba por el reflejo del espejo. De repente, me entro la duda sobre su nombre, no lo sabia... y me daba mucha vergüenza preguntarle pero tenía que saberlo. 

Junté todo el valor dentro de mi, respire hondo y justo cuando abrí mi boca, ella se volteó a verme y dijo, —Estos espejos están muy cochinos ¿No hay otra manera de limpiarlos?—

Desapareció todo mi valentía —No sé— Respondí.

Con eso dicho, ella se puso de pie, —Voy a preguntar, ahorita vuelvo—

Estando yo solo, repetía en mis pensamientos, —Tienes que saber su nombre— Pero, acobardé cuando ella regreso y así seguí hasta terminar e irnos.

En la noche, no podía parar de pensar en ella. Quería saber su nombre, tanto que me molestaba todo el tiempo. De vez en cuando la miraba sola, pero no podía acercarme a ella. Me odiaba por eso. Pensé que iba a terminar el campamento sin saber su nombre, y no fue así. Un día que compraba algo en la tiendita, miré a mi lado y la vi parada sonriendo a una hoja que sostenía. Su cabello y su piel brillaba en sol, nunca se había visto como un ángel. 

De pronto escuché, —¡___!— y ella levantó su mirada y dijo, —¡Ahí voy!— y corrió hacia la persona que la llamo.

—Aquí tiene— La señora me dio mi orden —Tienes baba ahí...— Apuntó con una mano y con la otra me dio una servilleta y sonrojé. 

Después de eso, no tuve nada de contacto. Se me fue el verano siendo el chico tímido que limpio espejos una vez con ella... y así es si se acuerda de mi. 

La ultima vez que la vi, fue cuando ella se estaba subiendo a su carro para irse a su casa y seguir con su vida. Trate de buscarle en redes sociales pero no me sabia su apellido, hasta fui a varios campamentos de esos y jamás la pude ver. Jamás la olvidé.

 Jamás la olvidé

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NCT One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora