Sólo dilo...

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Temo empezaba a sentir que sus sentimientos escapaban de su mente, empezaba a sentir que ya no podría mantenerlo más tiempo en secreto.

Aris le gustaba, le gustaba cómo nunca nadie le había gustado, empezaba a sentir que si no lo decía terminaría asfixiado, lo pensaba todo el día, agradecía poder estar a su lado cómo su mejor amigo, agradecía poder estar cerca, poder tocarlo y abrazarlo sin levantar sospechas.

Justo ahora se encontraba dormido a tan sólo horas de tener que despertar para ir al colegio, aunque no habría peor destino justo ahora, que despertar.

Se miraba a si mismo en un jardín de flores, tomaba una pequeña piedra mientras los rayos de sol acariciaban su cabello, era el atardecer, imaginó que estaría sólo en ese lugar, arrojó la piedra hacia el horizonte y se sentó a mirar la puesta de sol.

Supuso que sería relajado, hasta que los pasos detrás dejaban ver lo contrario, un chico con cabello risado y camisa azul venía caminando con un girasol en su mano, mientras en su muñeca llevaba una pequeña pulsera con un dije de corazón, con inscripciones A&T.

- ¿Aris?
- ¿Amor?

El rubor subió por su rostro mientras Aristóteles tomaba asiento a su lado, Temo no sabía cómo reaccionar, le había dicho amor... Aris tomó su mano poniendo un beso sobre su dorso y entregando la flor a su amado, mientras volvía a su lugar con una sonrisa.

- Es para ti, aunque tu eres mas bonito...
- Aris, y...yo

Temo titubeaba, no sabía cómo podría llegar a ser mas felíz, casi podría saltar de la emoción, Aris se acercó para callarlo, tomó su mano sobando un poco el dorso de ésta y con la otra mano acarició su mejilla, mientras miraba sus ojos, para darle un beso muy suave y dulce, tan tierno cómo lo que podrían sentir ellos dos, dejando que Temo cerrara sus ojos y volara entre el polvo de la galaxia que empezaba a emerger dentro de sí.

¡Y entonces Pancho Lopez entró a la habitación!

Temo en la cama babeando la almohada mientras acariciaba esta cómo si fuera algun tipo de malvabizco, enserio lo asustó.

- ¡Cuauhtémoc Lopez! ¿Que sucede aquí?

Temo se despertó exaltado por el grito de pancho y sin más dio vueltas en la cama cayendo al piso, mientras recuperaba la cordura.

- ¡Papá! ¡Estaba en la mejor parte!
- ¿ De que estás hablando mi Temo? Entro y estabas babeando, ¿tienes parásitos? Oh peor aún, ¿la palabra con a?
- ¡No! Espera, ¿parásitos? ¿Palabra con a?

¿Acaso pancho podría saber que Aris era su sueño adorado? ¿O querrá decir amor?

- Así es, ¡Anemia!

Dijo Pancho mientras Temo consideraba que podría ser adoptado, ya que esto no podría ser normal, caminó mientras acomodaba su pijama y su almohada toda babeada.

- Papá estaba soñando...
- ¿Con que?
- Con nada, ehm, soñaba que me ahogaba...
- Ah, pues no deberías tomar agua en las noches Temo, ya andale que se te hace tarde.
- ¡Sí, bajo enseguida!

Temo fue hasta el baño buscando la manera de quitarse toda la fantasía de su cabeza, pues no podría ver a Aris a la cara sin pensar en el beso de su sueño.

Bajó las escaleras para encontrar a sus hermanos y Aris en la puerta, el uniforme cómo siempre se le veía bien, cómo podría versele mal era Aristóteles Córcega, el chico de sus sueños.

- Temo, buenos días amigo ¿cómo dormiste?
- Hola, bien supongo, sueños y así.
- Imagino, ¿soñaste con alguien acaso?
- No, nada en especial.

Temo no podría haber sentido más nervios en su vida, estaba a punto de caer por mas escaleras de no ser por que tenía su mano en el barandal.

El resto del día transcurrió normal, nada de emoción, lo mismo de siempre, aún habían tensiones porlas molestias de los demás hacia Temo y Aris por lo de la piscina, aprovechando que Temo aún tenía una marca de pintura en su rostro.

Salieron de la escuela, caminaban juntos hacia casa mientras Aris jugueteaba con la cuerda colgante de su mochila, y Temo con el elastico de su camiseta de basket, estaban sudados así que Aris desvió su mirada un poco y notó la mancha de pintura en su rostro.

- Oye Barney, ¿cuando te quitarás la pintura?
- ¿Eh?
- Es broma, te sienta bien el color Temo.

Aris empezó a reir mientras Temo esbozaba una sonrisa nerviosa.

- A ti también se te veía bien...

Ambos reían mientras se acercaban más a casa.

- Entonces, ¿todo listo para el cine esta noche?
- Sí, listo y sin problemas, mi papá ya me dio permiso.
- Perfecto, la película de superhéroes es muy chida.

Llegaron hasta el punto donde debían despedirse, y Temo sintió la misma frustración de todos los días al tener que despedirse de Aris.

El resto de la tarde la pasó pensando que usaría, Aris de seguro iría muy guapo, y quería verse bien para estar a juego llegada la hora ambos se encontraron en la puerta del edificio.

- ¡Señor Cuauhtémoc!
- ¡Señor Aristóteles!

Ambos rieron por su saludoy se fueron para el cine, la gran sorpresa fue cuando no pudieron pasar a ver la película por que debían reservar, y la única que estaba en cartelera libre era una de amor.

- Entonces, señor Pipo, ¿no puede darnos aunque sean sólo dos boletos?
- Lo lamento chicos, la película es de las más solicitadas, por desgracia ya no hay boletos, pero tu y tu novio pueden ver otra si quieren.

Aristóteles miró enseguida a Temo quien estaba más rojo que un tomate, estaba a punto de terminar huyendo del lugar.

- El es mi mejor amigo, no somos novios.
- Cómo digas, hacen buena pareja...

Ambos entraron a ver la película mientras Aristóteles no podía sacarse de la cabeza lo que dijo el chico de los boletos, enserio hacían buena pareja, tal vez nunca había considerado a Temo de esa manera.

Durante toda la proyección Temo estubo muy sentimental, la película en sí lo era, en el final Temo sostenía una lágrima en sus ojos, mientras la mirada de Aristóteles lo seguía y mantenía un cierto análisis a su cara, Aristóteles pensaba que podría pasar, por que de pronto la idea de Temo cómo algo más lo intrigaba tanto.

Salieron del cine cruzando un parque cercano a casa.

- Debe ser muy feo todo eso.
- ¿Todo que?
- La chica, estuvo enamorada de su mejor amigo toda la vida y jamás pudo decírselo, neta si está bien gacho, casi hasta lloro.
- Tienes razón, pero no mientas Temo si lloraste, yo te vi.
- Sí, pero sólo un poquito.
- Espera, ¿lloraste por que te sentiste identificado? O por que te gusta alguien.
- Sí, si me gusta alguien, y mucho...

Aristóteles y Temo se miraron, mientras ambos corazones latian con fuerza, Temo estaba seguro de que tenía una oportunidad, pero no iba a decirle de la nada.

- Ay ya dime, ¿ Quien te gusta?
- No, es que es un secreto Ari...
- Yo creo que el amor no se debe esconder nunca Temo.
- Es que no estoy seguro de que esa persona sienta lo mismo que yo.
- Te sorprenderías Temo, hay personas que se aman unas a otras y nunca se lo dicen por miedo.
- Es que no lo sé...
- Temo...

Aris puso su mano sobre el hombro de Temo mientras este lo miraba con ilusión.

- El corazón nunca se equivoca, sólo dilo, déjalo salir, podría sorprenderte.

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