Pasaron unos días, días encantadores, Temo recibía las visitas de un exhaustivo enamorado que llevaba batidos de moras para su enfermo amor, mientras que Pancho había tenido una emotiva conversación con Diego, habían acordado que sería Temo quién decidiera sobre Diego, una vez que hablaran, hasta entonces todo estaba mejorando, casi siendo perfecto, hasta Julio inclusive había formado cierta amistad con Aristóteles, al punto de ayudarlo a meter una flor al hospital justo cuando el guardia había dicho que Temo no podía recibirlas.
Justo ahora era horario de visitas, y de clases, por lo que Pancho seguía trabajando mientras Julio y Lupita seguían en la escuela, Aristóteles había escapado, preparó una carta algo elaborada para hacer creer a la directora que sus padres le habían dado un permiso para faltar, debido a que se sentía mal, obviamente siendo enviado al hospital más rápido que nunca.
Pasó a lado de uno de los consultorios buscando una justificación asegurando que sentía cosas extrañas en su abdomen, cuales eran mariposas obviamente, al cabo de un rato ya estaba justo afuera de la habitación de Temo, al abrir la puerta lo vio sentado sobre la camilla, su pierna y brazo enyesados le impedían caminar así que de seguro estaba haciéndose el fuerte otra vez intentando caminar hasta la jarra de agua.
- Alguien está haciendo travesuras otra vez...
- ¡ARIS!Temo suelta el barandal de la camilla y casi cae al suelo por el susto mientras Aris lo sostiene tomándolo rápidamente.
- Gracias...
- ¿Acaso no entiendes Temo? El doc dijo que no te pararas de la cama.
- Pero tenía sed...
- Ya ándale, vamos a recostarte.
- Ándale pues...
- ¿Entonces cómo has estado?
- Aris viniste ayer, y me haces esa pregunta todos los días...
- Y todos los días espero que la contestes...
- ¿Pues bien no? Digo, todo lo bien que puedes estar si estás lesionado.
- Bueno, traje algo para eso...
- Que...Aris saca la flor de dentro de su camisa, algo lastimada por el traslado, pero aun así seguía estando hermosa.
- Es un girasol...
- Oh, Aris, no tenías que...
- Claro que sí, si no, no estaría cumpliendo la canción.
- ¿La canción?
- Él ya sabía que algún día pasaría, que el vendría a buscarlo con sus flores amarillas...
- Tu ru ruuuu...Ambos se echaron a reír mientras Temo tomaba la flor en sus manos, tocando suavemente sus pétalos.
- Gracias, es muy bonita...
- Pero tu más...
- ¿Perdón?
- Nada nada, ya olvidar...
- No, repite lo que dijiste Aris... anda...
- Ya ya, bueno eso, que eres muy lindo...
- ¿Enserio?
- Claro, ¿o acaso me ves cara de mentiroso?
- No, claro que no....
- Claro que no...Aris se queda mirando a Temo en la camilla mientras este se confunde somnoliento de sus ojos.
- ¿Qué pasa?
- Te observo...
- ¿Por?
- Me enamoras...
- Y tú a mí...Luego de un beso corto empezó un verdadero conflicto por culpa de un personaje un poco recurrente en sus discusiones.
- Temo ya te dije, me molesta cómo se atreve a meterse.
- Pero es mi amigo Aris, sé que no está bien, pero tengo que ayudarlo...
- ¿A qué? ¿A separarnos? ¿A eso lo vas a ayudar?
- No entiendo, ¿cómo sabes que nos quiere separar?
- No me hace falta saberlo Temo, ¿neta ni siquiera te das un poquito de cuenta? Ni lo intenta y ya nos tiene discutiendo.
- Pero si él ni siquiera se ha aparecido...
- ¡Temo tú le gustas! Es obvio que nos quiere separar...
- Yo...
- ¿Que? Por favor es algo obvio, no va a quedarse toda la vida viéndonos felices sin intentar conquistarte.
- Aris estás diciendo cosas raras.
- ¡Chiflando y aplaudiendo!Pancho entró a la habitación con una botella de agua y unas maletas, por lo visto a Temo ya le habían dado el alta.
- ¡Papá!
- Ay pero que sensible... así se ponen con la edad Arístides...
- Papá no es momento.
- Ay bueno, Temo ya te dieron el alta, ya nos vamos de aquí.
- ¿Enserio?Preguntó Temo emocionado.
- Así es, en la casa ya nos están esperando, Julieta y Robert quisieron que hiciéramos algo pequeño para celebrar que vuelves.
- No se hubieran molestado, pero va...Aris ayudó a Temo a tomar sus cosas y subir a la burra una vez que terminaron de arreglar el papeleo, en unas semanas la luz y la belleza de la forma de ser de Temo había cautivado a varios del personal del hospital, tanto que varios fueron a despedirse y dar sus mejores deseos a Temo, ahora sólo sería un problema las muletas, ya que el yeso en su brazo fue retirado antes de salir del hospital, Pancho fue aconsejado por Susana para seguir al auto responsable por el choque, más sin embargo prefirió dejarlo ir alegando que tenía mucho dinero cómo para ponerse a pelear con un pobre hombre asustado y cobarde.
Al llegar al edificio hubo una grata sorpresa al no ver a nadie afuera y la panadería cerrada, subieron hasta el departamento donde todos esperaban para gritar sorpresa en el momento que Temo apareció por la puerta, una pequeña reunión de bienvenida para Temo por sus golpes, todos celebrando hasta que llegó la noche.
Amapola había tomado los papeles de divorcio de Audifaz, estaba segura de que era lo correcto, pero estaba más que asustada de que Aris y Arqui no estuvieran bien con todo lo que ocurría.
Aristóteles ayudaba a Pancho a terminar de lavar unos trastes mientras Julio y Lupita terminaban de hacer deberes en su habitación, Diego esperaba paciente para poder hablar con Temo, Pancho por su parte entendía que Diego no fue quién condujo el auto, ni mucho menos quién le dio el golpe, así que intentaba no ser duro con él, eran buenos amigos, seguro Temo tomaría una buena decisión.
Aristóteles por su parte no podía aguantar lo que sucedía, entendía que Pancho lo pusiera a dormir con Julio y Lupe, porque era obvio que no sería correcto dormir con Temo, pero no soportaba la idea de que Diego se quedara en la habitación de Temo.
- Temo...
- ¿Sí?
- ¿Podemos hablar?
- Claro, adelante Diego...
- No aquí, me refiero, solos...Temo miró a Aris de reojo mientras asentía y volvía al cuarto para poder hablar con Diego.
- Bueno, aquí estamos, dime lo que tienes que decirme Diego...
- Temo yo necesito explicarte por qué hice lo que hice...
- Diego yo... entiendo, creo que es obvio que no puedo corresponderte porque estoy con Aris...Diego bajó su mirada un poco triste mientras sentía que podría morir de desilusión, Temo lo tomó del mentón para subir su mirada hacia él.
- Diego mírame, eres mi mejor amigo, jamás podría dejarte sólo, ¿recuerdas? Juntos contra todo...
- Juntos contra todo...
- Gracias por entenderlo...
- Sobre el choque...
- No, no es necesario Diego, yo corrí desesperado, no fue culpa de nadie más.
- Gracias Temo, no sé ni cómo mirar a la cara a tu papá.
- Tranquilo yo le explicaré todo, ¿un abrazo?
- Siempre...Y así sellaron su amistad nuevamente, el mundo podría caerse por completo, pero Temo lo tenía a él, estaba seguro de que en algún momento podría ser feliz con alguien más.
- Entonces, ahora que eso quedó claro, podemos buscarte un príncipe azul.
- No, creo que mejor me dedicaré a convertirme en el príncipe azul que tú mereces.
- Diego...
- Quién sabe...Ambos rieron mientras volvían a salir de la habitación encontrando a Aris y Pancho pegados a la puerta escuchando.
Luego de una reprimenda de parte de Temo sobre que no es correcto andar escuchando detrás de las puertas, explicó a Pancho todo y pidió que trataran bien a Diego, pues no consideraba que fuera correcto hacerle sentir mal.
Además se enteraron de que empezaría a estudiar en la misma escuela de Temo, pues su papá había conseguido un puesto en una empresa en Oaxaca, luego de largas conversaciones y enterarse de que Aris había cumplido con sus deberes de la escuela durante el tiempo que estaba hospitalizado, Temo y los demás se fueron a dormir, Pancho prefirió que Diego se quedara en el sillón pues era la última noche que pasaba ahí, y Temo necesitaba descansar sólo y tranquilo.