23. Sentimientos en conflicto

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Tras la pregunta de Loan, el ambiente en aquél comedor se había puesto muy tenso.

Ambas estaban muy nerviosas, al punto que ya no podían decir lo primero que saliera de su cabeza.
Tenian que ser muy precavidas con sus palabras:

- ehmmm... ¿Loan... Por qué me preguntas eso?

- ¡Ah! ¡L-lo siento! No quería que se malinterpretara, es solo que... tenía una duda respecto a eso y pensé... que quizás tú podrías saber más que yo...

Al escuchar eso, los nervios de Liena se disipaban lentamente:

- Ahh, entiendo... pero en ese caso, ¿no sería mejor que le preguntáras a papá sobre eso?

- ¡No no no! ¡imposible! ¡no puedo hablarlo con él!

El rostro avergonzado de Loan le hizo entender a Liena que era un tema muy personal.
Era más que obvio que no podría hablarlo con cualquier persona, menos con su padre.

- Tienes razón, no se en que pensaba - reía nerviosa - pero bueno, ¿que necesitas saber?

- Queria consultarte sobre... ehhmmm... sobre una historia que leí un dia en internet, ¡Eso!

Era la excusa perfecta para Loan; si hacia sonar el problema como algo ajeno a ella, Liena podría ayudarla sin sospechar de la situación.

Antes de siquiera empezar su relato, se escuchó el estómago de Loan. Ya no podía aguantar su hambre por más tiempo.

- Ehhmmm... estoy segura que la historia puede esperar, ¿no crees? Primero será mejor que comas. Tu desayuno se está enfriando.

Las dos finalmente se sentaron a la mesa.
Mientras Loan desayunaba con un hambre incontrolable, Liena la acompañaba tomándose una taza de té.
Solo se quedó ahi, viendo a su hermana:

- Estoy muy celosa de ti Loan, puedes comer todo lo que quieras y jamás subes de peso.

- ¿Qué? No es verdad, estoy asi porque no he comido mucho ultimamente...  es más, me hubiera gustado tener una figura como la tuya.

- No hablas en serio... - contestó con voz decaída - a nadie le gustan las chicas gordas... al menos nadie que yo conozca...

Loan se sintió muy mal al escucharla hablando así. Eran muy pocas las veces que se le veía tan triste a Liena.

- ¿Sabes algo? Yo creo que ser gordita tiene sus ventajas - dijo tratando de animarla.

- ¿Como cuáles?

Loan se levantó de su asiento y rodeó a Liena con ambos brazos:

- Cuando te abrazo, se siente muy suave y blandito por ejemplo - le contestó con una sonrisa.

Liena se habia ruborizado por el actuar tan inesperado de su hermana.

- Eres muy hermosa Liena, deberías quererte un poco más, así como todos te queremos - dijo juntando su mejilla con la de ella.

Ante esta muestra de cariño, Liena cerró sus ojos lentamente, sintiendo la calidez de su hermana y escuchando el palpitar de su corazón:

- Muchas gracias Loan... siempre sabes que decir...

Cuando Liena abrió sus ojos, notó que su hermana también tenía los suyos cerrados.
Tenerla tan cerca, le hizo percatarse que sus labios estaban a unos cuantos centimetros de tocar los suyos.

Su corazón se aceleraba tan solo pensar en eso, pero en ese momento había algo más profundo, un sentimiento que Liena luchaba por ocultar y que finalmente estaba aflorando:

Ella estaba enamorada de Loan.

Hubo muchas instancias donde ella había sentido esta misma sensación en su pecho, pero por más que trataba de declararse, sabía que esos sentimientos no iban a ser aceptados ni por su familia, ni por la sociedad.

Al notar que todos regresarían tarde ese día, Liena comprendió que esta sería la unica oportunidad para poder hablar sobre eso con ella.

Ya no podía ocultarlo por más tiempo. Se armó de valor en ese momento, aún sabiendo que quizás Loan no le correspondería.

Al ver tan de cerca los labios de Loan, no podía rechazar la tentadora idea de robarle un beso.

Lentamente y con su corazón a más de mil por hora, acercó su rostro al de ella...y entonces pasó.

Era la primera vez que Liena experimentaba esta sensación tan suave y calida en sus labios. Se sentía muy felíz al ver su más grande anhelo cumplido.

Por otro lado, Loan estaba demasiado confundida...
Abrió sus ojos de golpe y no podía entender lo que estaba pasando.
Su cabeza daba vueltas y sus pensamientos chocaban en su mente. Ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar. Debido a esto, aquél momento se extendió más de lo que cualquiera de las dos lo hubiese querido.

Eran las tres y cuarto de la tarde.

Lo unico que logró desentonar ese momento fué el ruido de unas llaves abriendo la puerta principal.

Se trataba de Lyra, quien abría la chirriante puerta con cuidado de no hacer mucho ruido:

- ¡Loan! ¡Liena! ¿Están en casa?

A partir de esa tarde, las cosas no harían más que empeorar para Loan y su familia...

La vida de Loan Loud (Fanfic +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora