25. Todo como era antes.

735 81 13
                                    

Loan sabía que una bandita adhesiva no iba a tapar una  herida como esa, necesitaba alcohol, algodón y una gasa, las cuales solo estaban en um botiquin, en el baño.

Con mucha cautela se dirigió hacia allá, tratando de no manchar el suelo o los peldaños de la escalera con su sangre.

Al llegar al segundo piso, tuvo que pasar por fuera de la habitación de sus hermanas, y aún con la puerta cerrada, se podía escuchar a Lyra llorando amargamente y a Liena, tratando de reconfortarla.

Quiso detenerse ante aquella puerta para saber si ambas estaban bien, pero el dolor de su brazo era muy intenso como para ignorarlo.
No tuvo más remedio que alejarse sin hacer ruido, pisando con cuidado el rechinante suelo hasta llegar al baño.

Una vez allí, encontró el botiquín en el mueble junto al lavamanos y sacó todo lo necesario.
Enjabonó y desinfectó la herida con un cuidado casi instintivo.

Loan, sin quererlo, se había vuelto una experta para tratar heridas de cualquier tipo. Esto debido a sus dos hermanas, Lizy y Lacy.
A ellas dos les gustaba mucho jugar en la tierra y siempre pasaban haciéndose raspones o cortadas con objetos filosos, asi que cuando eso pasaba, Loan se encargaba de atender sus heridas, ya sea una rodilla raspada o una esguince en el tobillo.

Una vez seca su herida, tomó unos centimetros de gasa, asegurandose de envolver con firmeza su brazo y detener el sangrado. Luego, lavó su rostro para que sus hermanas no levantáran sospechas de lo que había ocurrido.

- Todo está en orden... - asintió con confianza al verse en el espejo.

Ahora con todo arreglado, se encaminó hasta aquella habitación cerrada.

Antes de siquiera poder girar la manilla de la puerta, Loan se detuvo de golpe y su rostro se enrojeció.
Por fin estaba asimilando el beso que se había dado con Liena y el shock que se llevó Lyra al sorprenderlas a ambas.

Se apoyó en la pared por la vergüenza y se quedó ahí, doblando sus piernas hasta quedar sentada en el suelo.

Con su respiración agitada, pensaba qué podría hacer, o qué podría decir para arreglar todo este malentendido...

En aquel silencio, se dió cuenta de que se podía escuchar la conversación que tenían ellas dos.
Sabía que no era correcto estar escuchando a escondidas, pero ya no sabía que más hacer.

Si escuchar su conversación le daba una pista, o una idea para poder solucionar este problema, lo haría sin pensarlo ni un segundo.
Pegó su oido derecho a la muralla y escuchó en silencio:

- Lo siento Lyra, debí darme cuenta de lo que estabas pasando - dijo Liena.

- No, está bien - decía secándose las lagrimas - no es culpa tuya, ni tampoco de Loan. He sido muy mala con ustedes... no me merezco su perdón...

- No te fijes en eso, estás practicamente perdonada, pero.. ¿qué harás respecto a Richard y aquella chica? - dijo Liena con un semblante de preocupación.

- Decidí que no quería verlo nunca más... pero cada vez que entraba en esta habitación, su rostro aparecía... por eso es que destruí todo... ya no quiero saber nada más del rock. Todo me lo recuerda - lloraba con impotencia.

Liena guardó silencio por unos momentos, tratando de encontrar las palabras correctas:

- Si ese es el problema...  ¿Qué te parece si redecoramos esta habitación a tu manera?

- ¿...De verdad harías eso... por mi? - preguntó Lyra.

- ¡Pero claro que sí! Cuando terminemos, será como si no hubiera pasado nada - Liena secaba las lagrimas de Lyra con sus manos - iremos juntas a hacerte tu guardaropa y escogeremos mucha ropa linda. Pero...
¿Qué haremos respecto a tu violín?

- Ah, no te preocupes por eso - dijo más animada - dame un segundo.

Lyra entró en lo más profundo de su estante para sacar una caja negra que estaba allí.
Sopló con mucho cuidado el polvo y abrió la caja, revelando aquel violín.

- Aquí está, es lo único que no fuí capaz de regalar - decía con cierta melancolía - Fué un regalo de Papá... me trae muchos recuerdos...

Tomándolo con mucho cuidado, Lyra intentaba recordar la postura y la pocisión de sus manos, tratando de recordar alguna canción.

- ¿Por qué no intentas tocar algo? Me encantaría escucharte despues de tanto tiempo~

- Esta bien, solo dejame recordar alguna canción.

En ese momento, una hermosa canción comenzó a sonar de aquellas cuerdas; Una melodia tan relajante que traía consigo sueños de tiempos mejores.

Las tres chicas de la casa, al escuchar la música, sintieron una enorme sensación de paz ante esas notas que abrazaban con gentileza sus almas.

Cuando Lyra se detuvo, Liena aplaudió muy alegre a su pequeña hermana artista, quien se ruborizaba.

Ya eran las cuatro cuarenta de la tarde. Pronto llegarían los más pequeños a la casa.

La vida de Loan Loud (Fanfic +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora