24. Mi "Yo" real

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En el momento que Lyra entró hacia el comedor, no pudo creer lo que estaba viendo: sus dos hermanas besandose frente a ella.

Con una tardía reacción, Loan se alejó torpemente de Liena. Sus piernas temblorosas y su agitado jadeo era lo único que se podía escuchar:

-¡N-no es lo que crees Lyra! dejame explicarte... - Decía Loan.

- S-se estaban besando... - suzurró Lyra.

- Esto es mi culpa - dijo Liena levantándose de la silla - Yo fuí la que...

- ¡Se estaban besando! - interrumpió Lyra con un grito.

Liena ya sentía venir la reprimenda que caería sobre ellas, pero Loan era la que menos tenía que ver en esto.
Volteó a verla por un segundo, solo para ver su rostro atemorizado y a punto de llorar.

Lyra solo exhaló:

- ...Como sea. Si me necesitan, estaré en mi habitación.

Ambas quedaron extrañadas ante la actitud de Lyra, quien solo subió las escaleras hasta encerrarse en su cuarto de un portazo.

Una pesada tensión volvía a interponerse entre Loan y Liena, quienes estaban sin habla por lo ocurrido. Las piernas de Loan finalmente cedieron y cayó al suelo:

- Ehhmm... Loan... sobre lo que pasó hace poco... Quiero pedirte perdón. No debí haber... Debí pensar en tus sentimientos.

Loan no respondió. Se encontraba demasiado confundida para siquiera poder hablar.

- Comprenderé si quieres estar sola... - Liena salió de la cocina, incapaz de voltearse a mirar a su hermana.

Loan, aún en el suelo, seguía sin reaccionar, solamente abrazó sus piernas y se apoyó en la pared del comedor...

Lo unico en lo que Liena pensaba era en hablar con Lyra y explicarle lo ocurrido. No quería involucrar a Loan de ninguna forma.
Cada peldaño que subía hasta su habitación, se sentía como una eternidad. Saber si su hermana realmente estaba molesta por lo que pasó, le hacía dudar aún más cada paso que daba.

Un ruido proveniente de su cuarto la alarmó. Se escuchaban muchas cosas romperse y caer al suelo.
Liena subió con ahinco por la escalera hasta abrir la puerta.
Se quedó aterrada al sentir el odio y la rabia que Lyra tenía tan guardado dentro de ella; cada disco, cada casette, cada poster, cada instrumento... estaban totalmente destruídos.

Lyra solo jadeaba, mirando el cuello de la guitarra que sostenía entre sus temblorosas manos, sus ojos al borde de las lagrimas y una amarga sonrisa en su rostro...

- Perdón por el ruido Liena, solo estaba... ordenando mi lado de la habitación.

Cayó al suelo y terminó rompiendo en llanto frente a su hermana, quien corrío sin pensarlo dos veces para atraparla entre sus brazos.

- ¿Cuándo empezó todo a salirse de control? - Pensaba Liena - ¿Acaso es mi culpa...? ¿Tan ciega he sido que no lo noté...? - Antes de darse cuenta, un par se lagrimas comenzaban a recorrer sus mejillas.

Eran las Tres treinta y cinco de la tarde. Aún quedaban casi dos horas hasta que todas sus hermanas llegaran.

Loan, que escuchó todo el ruido del segundo piso, sabía que algo había pasado con Lyra, pero ahora mismo, su cabeza estaba ocupada con otros pensamientos.

No sabía que hacer ante los sentimientos de Liena, y menos podría mirarla a la cara con normalidad, al menos no por el momento:

- Vaya, jamás imaginé que le gustáras a Liena, aunque debo reconocer que eso explica muchas cosas~

Loan tapó sus oidos como si de un reflejo se tratáse. Sabia exactamente quien le estaba hablando, y ahora menos que nunca quería escucharla:

- ¡Oye, que grosera! Solo quería saber si tu sientes algo por ella también.

- Claro que no, no así... Yo quiero mucho a Liena. Ella es mi hermana... es mi familia.

- ya veo, pero cuando te masturbas pensando en tu padre, ahí se te olvida que es de tu familia, ¿Cierto?

- ¡Cállate! - gritaba Loan con sus ojos cerrados - ¡Déjame sola!

- ¿Sabes algo? Tus padres tuvieron sexo para tu existieras, pero ahora tú quieres hacerlo con tu padre? ¿Qué es lo que pensaría la pobre Lori de todo esto?

- ¡Basta! ¡Deja de hablar de ella! -
Loan se sentía acorralada por aquella chica que la miraba con tanto desdén.

En un intento desesperado, Loan giró su cabeza en todas direcciónes, buscando algo con la mirada. Cerca del lavaplatos, estaba un pedazo del plato roto que nadie recogió.

Tomándolo con cuidado, se arremangó la manga izquierda de su polerón.
A sabiendas de su drástica decisión, sus manos comenzáron a temblarles. Infló su pecho y de un movimiento certero, apuñaló su antebrazo.

A pesar de que solo una leve cantidad de sangre corría por su brazo, el dolor era demasiado, tanto como para no poder pensar en nada más.

La chica rubia, comenzó a gritar de dolor y a desvanecerse frente a sus ojos.
Este morbido descubrimiento dejó sin habla a Loan, mientras lloraba por el dolor de su cortadura.

La vida de Loan Loud (Fanfic +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora