Una cachetada sonora se impactó en la mejilla del moreno.
— ¡Degenerado! – la quinta niñera que le habían enviado, le había gritado después de darle el golpe, y furiosa salió del departamento.
— Pero qué. – el moreno se quedó parado mientras veía como la mujer se había marchado, -- ¿y ahora que hice? – se preguntó mientras veía al niño que sentado en el suelo le veía mientras reía, el moreno lo tomo en brazos mientras se ajustaba su bóxer.
En la oficina de sweet baby, la compañía de niñeras, en un sillón de color beige se encontraban cinco mujeres sumamente enojadas.
— ¡Es un monstro! —una morena exclamaba – se pasea por toda la casa en ropa interior.
— ¡y eso no es todo! —una pelirroja le interrumpió—mientras veía la televisión se rascaba su..su...
— ¡Huacala! ¡no lo digas! —una rubia puso cara de asco—el hombre es atractivo, pero no tiene decencia, salía de bañarse con solo una toalla de mano tapándole su entrepierna.
— Pero que sinvergüenza – comento una castaña.
— Calma señoras – un hombre ya de edad avanzada con el cabello largo y blanco, con una barba adornándole su arrugado rostro les dedico una ligera sonrisa.
— No señor Dumbledore, nos negamos a volver a esa casa—comentaron al unísono.
— Lástima él bebe era hermoso. —comento la mujer de cabello morado.
— Pero el hombre... -- el anciano interrumpió a la rubia.
— Ya señoras, yo me encargare, y ustedes no tendrán que ir a esa casa—dijo Dumbledore resignado. Había tratado de convencerlas de darle otra oportunidad al policía, puesto que lo conocía, habían trabajado en algunos casos de abandono de menores y sabia que no era un mal chico, algo descuidado pero un buen chico, al fin y al cabo. Pero sus empleadas no querían aceptar dicho trabajo y el no las iba a obligar, así que no tenía más opción que llamarle, tal vez era pronto, pero tenía buenas referencias de esa persona. Asi que después de que las mujeres abandonaran su oficina, tomo su ajenda y hablo al único contacto que estaba remarcado en verde, solo esperaba que aceptara dicha encomienda.
En un penhouse del centro de la ciudad, con hermosos ventanales que daban una grandiosa vista desde el piso 15, sentados en una elegante sala de color verde oscuro, un hermoso rubio platinado, con los ojos color plata, piel blanca como la leche, vestido de una pantalón negro una camisa blanca y un chaleco color beige, de aproximadamente 21 años, enfrente suyo, un moreno con la piel chocolate pelo negro, los ojos marrones, vestido elegantemente con un traje hecho a la medida de color gris, de unos 26 años, a su lado se encontraba una hermosa pelinegra de larga cabellera, con unos ojos grandes y verdes oscuro, vestía un hermoso vestido color vino que contrastaba con su pálida piel, los tres tenían una seria expresión en el rostro, de 25 años.
— Draco, te lo repito—el de piel chocolate, Blaise Zabini tomo la palabra—es completamente innecesario.
— Blaise – el menor de los tres y el único rubio Draco Rosier* -- ya no puedo seguir siendo mantenido por ustedes
— Es que Draky – chillo la voz de la pelinegra Pansy Parkinson – a nosotros no nos molesta hacernos cargo de tus gastos
— Pero entiende que a mi si – se exalto el rubio—ya es momento de hacerme cargo de mi mismo, de mi vida.
— Draco – la voz seria del hombre mayor se escuchó – comprende que estaríamos mas tranquilos, desde que te sacamos de tu casa has estado bajo nuestra responsabilidad, no quiero ni pensar en lo que diría tu padre sí..—sus palabras fueron cortadas por un manotazo a la mesa de centro de la sala.
— A el ni lo menciones – comento con furia en sus plateados ojos—ustedes me han ayudado – dijo después de unos minutos de silencio que ocasiono el ruido de su palma contra la madera de la mesa. – me escape de mi casa y ustedes me tendieron la mano, cuando no sabía ni cómo conseguir un mísero centavo ustedes pagaron mi colegiatura, me llevaron al extranjero, por ustedes pude cumplir mi sueño, es momento de que comience a retribuirles lo que ustedes me han dado, ¿y que mejor que consiguiendo empleo y un departamento?
— Pero cariño – Pansy se acerco y se sentó a un lado del rubio. —comprende que estaríamos menos preocupados si aun te quedaras con nosotros, esta es tu casa
— No Pansy, -- Draco le miro con una sonrisa—ustedes pronto serán recién casados, querrán tener familia y yo necesito saber que puedo ser completamente independiente.
— ¡Pero Draco! —la voz chillona sobresalto a los dos hombres—¡nosotros somos tu familia!
— Lo sé, pero...-- las palabras del rubio fueron interrumpidas.
— Pansy tiene razón – la voy de Blaise se escuchó—y como familia te vamos a apoyar
— ¡¿en serio?!—fue la exclamación de sus dos acompañantes.
— Si, pero con condiciones – el hombre se puso serio, Draco se tensó, esa mirada que ponía Blaise era la misma que ponía cuando iba a cerrar un trato, no por nada era el gran heredero de la compañía constructora Zabini.
— ¿Las cuales serían? –pregunto poniéndose serio también.
— Aceptaremos que busques un trabajo, y ahorraras para un departamento, pero todas tus ganancias irán a esos ahorros, nos seguiremos haciendo cargo de ti hasta que juntes para la compra del departamento
— Y te ayudaremos a elegir el departamento – dijo la morena que se había sentido desplazada de la conversación.
— ¿tengo mas opción? – el rubio suspiro al ver el movimiento de cabeza negativo de ambos—pues no me queda mas que aceptar...-- iba acomentar algo mas cuando su celular comenzó a sonar – disculpen – menciono mientras veía el nombre que marcaba en la pantalla—pues creo que hay que empezar.
Sus dos acompañantes lo miraron extrañados mientras contestaba la llamada son una sonrisa maliciosa, solo sabían que el rubio pronto daría el primer paso para cumplir con su trato.
En el edificio de condominios familiares, en el departamento 162, una hermosa mujer de descendencia oriental, cabello negro y largo hasta casi la cadera, con ojos azules y vestida de jeans y blusa casual, se encontraba observando la puerta de enfrente con el numero 161 marcado, de donde provenían ruidos estruendosos, como de cosas cayendo, y uno que otro grito.
— Pero que vecinos tan escandalosos – dijo en voz alta mientras habría la puerta de su hogar eh ingresaba con sus dos hijos y su pequeña maleta, cerró la puerta y suspiro, pensando que debía darle la bienvenida a sus ruidosos vecinos, después de todo eran los primeros que tenia desde que llego a vivir ahí.
Asi que pensando en eso se metió en la cocina a ver que podía llevarles, lo que no esperaba fue la sorpresa que se llevo al ver quien le habría la puerta del departamento frente al suyo.
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My Little Baby
FanfictionUna sorpresiva paternidad le da una vuelta de 180° a uno de los mas grandes detectives de su generación. Actualización de portada, gracias a mi hermosa bakki ❤️